Skip to content

Será en septiembre

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

Si recuerdan, en marzo de 2008, en plena campaña electoral, Zapatero prometió "crear 2 millones de nuevos empleos" en la presente legislatura. De hecho, llegó a decir que "España está en condiciones para llegar al pleno empleo". Por desgracia para todos, el tiempo se ha encargado de desmontar la falsedad de tales palabras, además de la ineptitud de quien las profirió.

La mayoría de titulares destacan que el desempleo ha bajado en 20.794 en personas con respecto a junio, según las cifras oficiales. Sin embargo, este dato esconde algunas trampas, que resultan clave para entender la tendencia real del mercado laboral.

En primer lugar, si se elimina el efecto calendario propio de la época estival, los datos de los Servicios Públicos de Empleo (antiguo Inem) muestran que tan sólo 2.437 personas han abandonado la cola del paro en julio. Una cifra ínfima e insignificante.

Además, el único indicador relevante en esta materia es la tasa interanual, y ésta muestra que 1.117.179 personas han perdido su trabajo en los últimos doce meses (un aumento de 46% respecto a julio de 2008). Asimismo, España destruye empleo a un ritmo del 6,4% interanual, lo que se traduce en la desaparición de 1.238.669 de puestos de trabajo.

El Gobierno basa su optimismo en que el repunte del turismo, propio de la época estival, ha logrado crear algo más de 45.000 empleos. De hecho, el sector servicios ha registrado 79.173 nuevos afiliados a la Seguridad Social. Sin embargo, cabe destacar que la agricultura, la industria y la construcción han destruido 33.606 puestos de trabajo en julio. Es decir, tan sólo el turismo crea empleo, pero a un ritmo muy tímido debido a la particular crisis que atraviesa el sector (la peor en décadas).

Por si ello fuera poco, por décimo cuarto mes consecutivo, la contratación indefinida se reduce a un mayor ritmo que la temporal. En concreto, la contratación indefinida cae un 30,7% interanual en julio, mientras que la temporal lo hace a un ritmo muy inferior (-11,9%). Además, desde abril la mayor parte del empleo que se está generando es de carácter temporal, según el Servicio de Estudios de AGETT.

En segundo lugar, tal y como alardea el propio Ejecutivo, el Plan E destinado a la realización de obras inútiles en los ayuntamientos está ocupando a 400.000 trabajadores, de los que casi 169.000 son nuevas contrataciones. Es decir, el escaso trabajo que se crea es de carácter artificial, ya que se sostiene sobre ingentes partidas de gasto público que, tarde o temprano, se terminarán agotando.

Por último, los demandantes de empleo han crecido un 3% en julio y rozan ya los 5 millones. Este dato indica que aumenta el número de personas que se incorporan por primera vez al mercado laboral. Y es que el deterioro económico que sufren los hogares, la mayoría muy endeudados, provoca que miembros de la familia que antes no trabajaban (desde estudiantes a amas de casa) se pongan a buscar empleo. Muchos, sin éxito.

Visto lo visto, la realidad es que, hoy por hoy, España cuenta con algo más de 4 millones de parados; una tasa de desempleo superior al 18%, según las estadísticas más fiables (EPA y Eurostat); la creación de empleo estival es muy exigua debido al desplome del turismo; y el escaso trabajo que se genera es artificial (dinero público) y temporal (incertidumbre económica).

De este modo, España retomará la senda del aumento del paro a la vuelta de las vacaciones. Septiembre será, pues, la prueba de fuego. Incluso agosto podría deparar alguna que otra sorpresa desagradable. La cuestión es que sin reformas estructurales los números rojos volverán y el drama que viven millones de ciudadanos continuará su curso. El pasado febrero, los datos avanzaban un paro del 20% a finales de año. Superar dicho umbral marcará un antes y un después. Ojalá el Gobierno reaccione a tiempo incentivando el libre mercado para evitar el peor escenario posible en 2010: un desempleo de entre el 25% y el 30%.

Más artículos

Populismo fiscal

Cómo la política impositiva del gobierno de Pedro Sánchez divide y empobrece a la sociedad española El nuevo informe del Instituto Juan de Mariana evalúa la deriva de la política

El tropiezo del dictador

El aislamiento no es un problema para los dictadores cuando se produce. Puede operarse a través de sanciones internacionales impuestas para frenar su comercio e intercambio, o por medio de su marginación de los grandes eventos de la política internacional y su influencia en ellos. El motivo es que Maduro emana hostilidad allí donde va.