Si le hubieran dado todas las licencias a Él, igual les cambiaba un poco la cara, pero es lo que tienen las regiones traidoras, que se apartan del diktat progre y se quedan tan anchas. "¿Es que no hay nadie que le diga a los jueces lo que tienen que hacer?" Se preguntaba en voz alta Felipe González en su día. Ni a los jueces ni a Valcárcel, mire usted; aquí ya hace todo el mundo lo que le da la gana.
Cuando los progres de nómina se cogen una rabieta de campeonato, es señal inequívoca de que la derecha está haciendo algo bien. No falla. Con las nuevas televisiones, un gran sector de la audiencia, actualmente huérfana de representación mediática, tendrá la oportunidad de ver programas en los que no se ofenda a sus creencias ni se insulte a su inteligencia, en los que no se haga mofa de los políticos señalados por la secta ni se hurgue en las braguetas del petardeo oligofrénico.
La verdadera pluralidad informativa, es la que permite la existencia de medios de comunicación de todas las tendencias culturales y políticas. El socialismo la entiende en su forma pervertida: Pocos medios, todos defendiendo el sesgo informativo diseñado por el clan de los ungidos y con algún invitado ocasional ajeno al cotarro para cubrir cuota y dar sensación de ecuanimidad.
Libertad Digital TV, que es el caso que más parece tocar las narices al vocero socialmurciano de mirada felina, tiene ahora su oportunidad legítima para llegar a convertirse en lo que el canal Fox News ha sido para los EEUU, la cadena informativa de tendencia liberal-conservadora que, salida prácticamente de la nada, está batiendo marcas de audiencia. La misma oportunidad tienen también ahora el resto de operadoras, cada una defendiendo su apuesta informativa. Y los espectadores a decidir libremente… mientras la alegre muchachada rojelia nos lo permita.