Skip to content

Un tipo único

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

Ya ven, y eso que mis impuestos no tienen nada de complicado. Esto de cumplir con el fisco no es baladí. No sé cuáles son los datos para España, pero Robert Hall y Alvin Rabushka calcularon el coste para la economía estadounidense en 650.000 millones de dólares para el ejercicio 1993. Hoy rozaría el billón.

Es muy importante que los impuestos sean muy complicados y con muchas excepciones, porque ese es el caldo de cultivo del politiqueo, donde los grupos de interés se mueven a gusto. Mientras que para la gran mayoría, que tenemos como principal fuente de ingresos un sueldo, no tiene por dónde escapar, el resto da trabajo a miles de grandes profesionales del escamoteo al fisco. Adiós a la ilusión de la progresividad fiscal.

Precisamente Hall y Rabushka han propuesto para Estados Unidos simplificar el impuesto hasta el máximo. Un único tipo grava todos los ingresos menos los destinados al ahorro, para las personas como para las empresas. Nada de exenciones, reducciones o desgravaciones, aparte de un mínimo exento, que hace el impuesto (verdaderamente) progresivo. Sólo grava el consumo y favorece el ahorro y la creación de capital. Y para cumplimentarse, para mí como para El Corte Inglés, sólo se necesita una hoja. Yo seguiré entregándolo a última hora, como todo, pero al menos diría adiós al estrés fiscal.

Un tipo único sería una mala noticia para los más ricos; pero qué le vamos a hacer, no puede haber ley fiscal a gusto de todos. Seguramente porque el único impuesto justo es el que no existe. El BBVA hizo un estudio que calculaba qué tipo sería suficiente para allegar al Estado los ingresos actuales, y el número mágico es el 24 por ciento. Y es a todas luces excesivo, ya que en Estados Unidos se bastarían con un 19 y de los países que lo han adoptado, varios no llegan al 15. ¿No estaríamos mejor?

Más artículos

Conde-Pumpido o la apoteosis del Derecho alternativo (I)

El escándalo no ha hecho nada más que empezar. Desprecio absoluto por parte de los magistrados Cándido Conde-Pumpido Tourón, Inmaculada Montalbán Huertas, María Luisa Balaguer Callejón, María Luisa Segoviano Astaburuaga, Juan Carlos Campo Moreno y Laura Díez Bueso de las normas que obligan a abstenerse del enjuiciamiento del caso por una larga lista de causas.

Contra el ‘sumacerismo’

Desde el comienzo del estudio de la economía como ciencia —e incluso antes— ha habido ciertas voces que han atribuido la riqueza de unos pocos afortunados a la miseria y a la privación material del grueso de la población.