Lo primero que hay que aclarar es que tendemos a definir como virus al llamado malware, que comprende tanto virus como troyanos y gusanos. Todos ellos son programas creados para expandirse sin permiso y hacer cosas malas, de ahí lo de malware. Sin embargo, la forma de propagarse es bien distinta. Los primeros en darse a conocer fueron los virus y recibieron ese nombre por su parecido con sus homólogos biológicos. Estos programas se adhieren a aplicaciones que tenemos en nuestro ordenador o en disquetes y CDs y se ejecutan cuando el usuario arranca el programa en el que se han infiltrado, momento que suelen aprovechar para infectar otros ficheros.
Los gusanos, en cambio, no necesitan modificar ningún fichero para funcionar, porque se alojan en la memoria del ordenador. Generalmente se propagan sin necesidad de que el usuario haga nada. Los virus, en cambio, requieren que se ejecute el fichero infectado. Eso permite que los primeros se propaguen mucho más rápidamente, de modo que la mayoría de las infecciones que afectan a millones de equipos, como el Blaster, suelen ser gusanos.
Los troyanos, por otro lado, son programas que engañan al usuario haciéndole creer que son algo útil o interesante para que así lo ejecute. Emplean eso que se ha definido de forma tan cursi como "ingeniería social". A no ser que sean muy convincentes, y que al ejecutarse funcionen como un gusano –que es lo que sucedió con el famoso ILoveYou– es difícil que se propaguen mucho. Sin embargo, al contrario de lo que pasa con los anteriores tipos de malware, en los que cuenta mucho el diseño del sistema operativo para frenar su expansión, no hay manera informática de impedir que funcionen. Depende de la educación del usuario.
Mac OS X es una variante de Unix y, como tal, está mucho mejor preparada que Windows para enfrentarse a virus y gusanos. Además, aunque creciente, su base de usuarios sigue siendo menor que la del sistema operativo de Microsoft, de modo que es un objetivo menos deseable para los creadores de malware. Pero ningún sistema operativo está a salvo de troyanos y, por tanto, de vez en cuando aparecerá alguno para Mac. En este caso, estaba escondido dentro de una copia pirata de iWork y a los pocos días ha aparecido una variante en otra copia descargable por internet de Photoshop CS4.
Los usuarios de Mac deberían empezar a plantearse el uso de algún sistema antivirus. Por suerte, es de esperar que nunca sean tan grandes ni coman tantos recursos como sus homólogos en Windows. No les debería hacer falta.