Las visitas frecuentes a los restaurantes más acreditados y los viajes en los cruceros más exclusivos ya no son patrimonio de los potentados. Los principales defensores de la clase obrera son también rostros habituales en estos ambientes de lujo, con la salvedad de que ellos lo hacen con cargo al bolsillo del contribuyente, para orgullo de todos los que financiamos el espléndido tren de vida de tanto benefactor. Y es que los dos sindicatos mayoritarios en España, autotitulados "de clase" (alta), sólo conservan de sus principios fundadores la verborrea marxistoide que interpreta las interacciones sociales bajo el esquema decimonónico de la lucha de clases. Hoy en día, la Unión General de Trabajadores y las Comisiones Obreras son emporios empresariales cobijados al abrigo del presupuesto público, dedicados fundamentalmente a mantener el tinglado que permite a sus dirigentes disfrutar de todos los vicios pequeñoburgueses que las organizaciones de izquierdas siempre han condenado.
Horcajo y Algarra, Xavier y Javier respectivamente, son periodistas bien conocidos por su participación en los programas más exitosos de la cadena Intereconomía. Ambos han dado a la imprenta el libro Sindicatos, S. A., subtitulado "Toxo y Méndez, los mandarines del capitalismo obrero", que esmalta precisamente el éxito de los dos dirigentes sindicales en su empeño de convertir a unas organizaciones creadas para defender los derechos del trabajador en dos auténticos imperios financieros.
El rosario de escándalos del sindicalismo español, en el que la UGT ostenta un merecido protagonismo, distrae la atención del ciudadano de la causa principal que permite tanto latrocinio, que no es otra que la liberalidad con que estas organizaciones utilizan el dinero público. Tras dos capítulos en los que se relata la llegada al poder de Méndez y Fernández Toxo, imprescindibles para fijar el perfil biográfico de ambos mandarines, Horcajo y Algarra explican con detalle la manera en que las dos organizaciones han llevado a cabo todo un programa expansivo para rentabilizar el intenso caudal de fondos públicos que reciben cada año, sin que se sepa, hasta el momento, cuál es el beneficio tangible que los trabajadores españoles reciben a cambio. Los grandes escándalos de la UGT, desde la estafa de la cooperativa de viviendas PSV hasta el fondo de reptiles de la Junta de Andalucía, ocupan por derecho propio un lugar de deshonor en este libro, imprescindible para hacerse una idea cabal de los verdaderos intereses de estas organizaciones.
El anexo que se incluye como propina, con el nutrido listado de empresas vinculadas a UGT y CCOO, justifica sobradamente el título que Horcajo y Algarra han elegido para esta obra. Pocas empresas del IBEX 35 pueden exhibir un ramaje corporativo tan frondoso como el que ofrecen estas dos corporaciones sindicales gestionadas por Méndez y Toxo. Dos empresarios de postín, cuyo ventajismo la clase política en pleno se negará siempre a suprimir.