A ver si no voy a poder ser yo como todos los operadores de telecomunicaciones, dominantes, por monopolistas, en el mercado de terminación de llamadas en su propia red. (Los servicios de terminación se los prestan mutuamente los operadores para permitir que sus respectivos clientes se llamen entre sí, por ejemplo, cuando un cliente de ONO llama a uno de Orange, o al revés. En el primer caso, será Orange quien dé la terminación a ONO; en el segundo, ONO se lo da a Orange).
Así lo constata la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones en unos documentos recién publicados, en los que analiza distintos mercados de comunicaciones electrónicas. Este ejercicio no lo hace la CMT gratuitamente, sino con la intención de imponer obligaciones a los operadores a los que encuentre en esa envidiable posición en cada uno de los mercados. Si la CMT decide que un operador tiene Peso Significativo en un Mercado, le puede fijar los precios por los servicios que suministra.
Pues bien, la CMT, entre otros, analiza el conjunto de mercados de terminación. Y define un mercado de servicios de terminación para cada uno de los operadores que tienen red. Me explico: define un mercado que es, por ejemplo, el de terminación en la red de Telefónica; y otro, que es el de terminación en la red de Vodafone, y así sucesivamente. Si Perico-de-los-Palotes tiene red de telecomunicaciones, la CMT habrá definido un mercado de terminación en la red de Perico-de-los-Palotes.
Es fácil imaginar los resultados de los respectivos análisis de estos mercados, a los que no obstante el citado organismo dedica más de un párrafo en un loable esfuerzo por justificar lo obvio. Efectivamente, Perico-de-los-Palotes es dominante en el mercado de terminación en la red de Perico-de-los-Palotes. Y en consecuencia, existe un grave riesgo de que cobre precios excesivos, y es necesario regular los precios de este servicio, y demás.
Es justo decir que con estos mercados la CMT se limita a seguir los dictados de otro organismo regulador, mucho más sabio y de mayor perspectiva, la eminente Comisión Europea. Es esta quien realmente "recomienda" a los reguladores nacionales que analicen los mercados de terminación en cada red individual porque puede haber problemas de competencia en los mismos.
Pero esto no disminuye un ápice lo absurdo del ejercicio de definir un mercado de por sí monopolista; lo absurdo de analizar un mercado que es monopolista por definición; y lo absurdo de pretender resolver problemas de competencia en un mercado que no puede ser más que monopolista (porque, por supuesto, para estos reguladores la existencia de monopolio es un problema de competencia).
En esta dinámica reguladora se mueven las telecomunicaciones. Imagino que en otras similares se moverán todos los sectores económicos regulados. Yo, mientras tanto, iré a lo mío: voy a ver si convenzo a Libertad Digital de que, como dominante en el mercado de artículos de Fernando Herrera, les tengo que cobrar precios excesivos.