Los influyentes estudios de Michael Porter, renombrado economista, profesor e investigador de la Harvard Business School (HBS), han marcado un antes y un después en el análisis de la estrategia competitiva de las empresas y las políticas económicas y públicas orientadas a la competitividad nacional. Sus obras seminales, como La Ventaja Competitiva de las Naciones, Ventaja Competitiva, Estrategia Competitiva y Ser Competitivo, han proporcionado un marco analítico fundamental para abordar estos temas cruciales.
Concepto y enfoque de las ventajas competitivas
Michael Porter define las ventajas competitivas como la capacidad de una empresa para lograr y mantener un desempeño superior en un sector económico competitivo. En su obra Estrategia Competitiva, Porter estableció un marco de análisis para el estudio de sectores industriales y competidores, identificando tres estrategias genéricas que una empresa puede seguir para obtener ventajas competitivas:
- Liderazgo en costos: Producir bienes o servicios a un costo inferior al de los competidores.
- Diferenciación: Ofrecer productos o servicios únicos y valorados por los clientes.
- Enfoque: Concentrarse en un nicho de mercado específico, ya sea por costo o diferenciación.
Según Porter, la ventaja competitiva reside en cómo una empresa implementa estas estrategias genéricas para alcanzar sus objetivos. En Ventaja Competitiva, el autor plantea interrogantes clave sobre cómo lograr y mantener estas ventajas:
- “¿Cómo obtiene una empresa una ventaja en costos sostenible?”
- “¿Cómo puede diferenciarse de sus competidores?”
- “¿Cómo elige una empresa un segmento de manera que la ventaja competitiva surja de la estrategia de enfoque?”
- “¿Cómo y cuándo puede una empresa obtener una ventaja competitiva para competir con una estrategia coordinada en los sectores industriales relacionados?”
- “¿Cómo se introduce la certidumbre en el seguimiento de la ventaja competitiva?”
- “¿Cómo puede una empresa defender su ventaja competitiva?”
Para Porter, la ventaja competitiva de una empresa se basa en el valor que puede crear para sus compradores, un concepto que profundiza en su obra Ventaja Competitiva. Además, Porter desarrolló el influyente esquema de las cinco fuerzas competitivas que moldean la competencia en un sector industrial.
Más allá del enfoque de Porter: otras perspectivas sobre la competitividad
Si bien el trabajo de Michael Porter es fundamental, otros autores también han contribuido al entendimiento de la competitividad. Metcalfe et al. (1992), por ejemplo, sostienen que la competitividad empresarial se logra al obtener una ventaja basada en la generación de productos o procesos superiores a los de los rivales, y al gestionar dicha ventaja para lograr una mejor posición en el mercado.
Desde una perspectiva más dinámica, De Woot (1990) conceptualiza la competitividad como “la capacidad de una empresa, bajo condiciones de libre mercado, para producir bienes y servicios que ‘pasan la prueba’ de los mercados internacionales mientras, al mismo tiempo, mantienen o expanden esa capacidad”. Esta definición introduce dos elementos cruciales: la dimensión internacional de los mercados y el libre mercado como condiciones bajo las cuales las empresas deben operar para ser competitivas.
Tanto el entorno de libre comercio como la dimensión internacional crean un marco dinámico empresarial en constante evolución, impulsado por diversos factores que inciden en los niveles de competitividad de las empresas a escala global.
Determinantes del entorno competitivo actual
Entre los principales determinantes del actual entorno competitivo empresarial a nivel internacional, destacan:
- La reconfiguración de la globalización de los mercados y de sus cadenas de valor y suministro internacionales.
- Los enfrentamientos geopolíticos y geoeconómicos entre potencias como Estados Unidos y China.
- Los cambios estructurales en ciernes en el ámbito comercial entre Estados Unidos y sus principales socios económicos en América, Europa y Asia (Japón, Corea del Sur, India, Vietnam).
- El crecimiento de las tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial.
- La lucha por el control de las tierras raras, vitales para el desarrollo y control de las mencionadas tecnologías emergentes.
La intervención estatal: ventajas y desventajas
El escenario descrito no escapa a la intervención estatal a escala global. Ni siquiera el modelo de las cinco fuerzas de Michael Porter es inmune a la actuación de los estados, ya que los elementos que lo componen pueden ser influenciados por políticas gubernamentales.
Ventajas de la intervención estatal
- Inversión en infraestructura y capital humano: El gasto en transporte, energía, comunicaciones y educación genera externalidades positivas. Estas se traducen en la reducción de costos operativos para las empresas, la mejora de su productividad y la simplificación del acceso a los mercados.
- Creación de un marco legal y regulatorio predecible: Un marco que proteja los derechos de propiedad privada, garantice el cumplimiento de contratos y regule eficazmente la competencia, con una intervención estatal mínima, puede incentivar la inversión y la competencia empresarial.
- Promoción de la inversión en investigación y desarrollo (I+D): A través de incentivos fiscales o la creación de centros de investigación, los estados pueden ayudar a las empresas a desarrollar nuevas tecnologías, productos y procesos que mejoren su competitividad.
- Corrección de fallas del mercado: La intervención estatal puede mitigar problemas como la información asimétrica y los monopolios, mejorando la eficiencia y la equidad económica en los mercados.
- Apoyo a la libre competencia: Esto se logra mediante la regulación antimonopolio, la promoción de la entrada de nuevas empresas y la eliminación de barreras de entrada, fomentando así la competencia y mejorando la eficiencia de los mercados en todos los niveles de sus respectivas cadenas de valor.
Desventajas de la intervención estatal
- Regulaciones excesivas: Pueden aumentar los costos operativos de las empresas, reducir su flexibilidad y retrasar la toma de decisiones.
- Creación de barreras de entrada: Regulaciones excesivas, subsidios mal dirigidos o el proteccionismo (por ejemplo, barreras arancelarias) pueden distorsionar la competencia y reducir la eficiencia. Estas políticas mercantilistas, que buscan proteger a las industrias nacionales de la competencia extranjera, a menudo aumentan los precios para los consumidores y reducen la competitividad empresarial.
- Subsidios: Suelen distorsionar la competencia, proteger a empresas ineficientes y crear incentivos perversos que pueden llevar a la corrupción y al mal uso de los factores de producción (humanos o materiales), afectando negativamente el clima de negocios y la neutralidad estatal.
Conclusiones
En el actual escenario internacional, lo que ha predominado y afectado la competitividad empresarial son las políticas de intervención estatal, impulsadas por imperativos geopolíticos, geoeconómicos y un creciente nacionalismo y populismo económico a nivel global. Esto ha generado un aumento en los niveles de incertidumbre política y económica para las empresas, resultando en una reducción de su competitividad a escala global y, al mismo tiempo, en una mayor dependencia de las políticas intervencionistas de los estados.
Bibliografía
- De Woot, P. (1990). Competitive Revival in European Industry. Springer.
- Metcalfe, J. S., Georghiou, L., Cunningham, P., & Carneron, H. M. (1992). Evaluation of the impact of European Community Research Programmes upon the Competitiveness of European Industry. Concepts and Approaches. Commission of the European Communities, Monitor/Spear Programme.
- Porter, M. E. (1991). Ventaja Competitiva. Editorial Rey Argentina.
- Porter, M. E. (1992). La Estrategia Competitiva. Edición 1992.
- Porter, M. E. (2008). Ser Competitivo. Harvard Business Press (Novena Edición).