En un país bajo una dictadura como la actual se agradecen fenómenos como el de las criptomonedas.
Las necesidades insatisfechas están ahí, y también está, aunque incipiente, la tecnología para satisfacerla.
La financiación no desaparece solo para el supuesto nuevo Estado.
Un retorno global al oro puede ser la solución real a la crisis financiera global de los últimos años.
La única guerra económica que existe en Venezuela es la del chavismo contra su pueblo.
El BCE está preocupado porque sigue obsesionado por la planificación central.
Draghi sabe que un euro fuerte ni impide el crecimiento de exportaciones ni es malo para los consumidores.
Recordemos que se trata de doctoras, de profesoras, de personas muy preparadas intelectualmente.
La reducción del déficit es esencial, se ha reducido a la mitad sin inflación ni alto crecimiento global, pero hay que reducir la deuda total.
Los mismos que exigen que se relaje el déficit –más deuda-, se mesen los cabellos porque sube la deuda.