Pedro Sánchez y su cartera
Al final, la realidad es tozuda. Los socialistas quieren subir la presión fiscal del 38 % hasta el 42 % del PIB.
Al final, la realidad es tozuda. Los socialistas quieren subir la presión fiscal del 38 % hasta el 42 % del PIB.
¿En qué punto pierdes la capacidad para traspasar tus bienes a un hijo sin que el Estado se quede con un trozo por el camino?
Nadie les explica qué pasa cuando todo el mundo exige más gasto y pone trabas al crecimiento.
No existe mejor manera de asegurar los servicios públicos que una fiscalidad orientada al crecimiento y a aumentar las bases imponibles.
Nunca falta el profesor que dictamina que la culpa no es del gasto excesivo sino de los ingresos insuficientes.
Una vez que cruzas el umbral es tan difícil la vuelta atrás que la mayoría de los países prefieren ir con todo hacia la unidad máxima y soberanía mínima.
El actual modelo de financiación favorece la acomodación de las regiones con menos recursos.
Los bancos centrales entienden que no hay suficiente oferta de crédito, pero el problema es la falta de demanda porque no hay oportunidades de inversión.
La protección de los sectores rentistas no crea una Europa líder en tecnología, en valor añadido y en empleo.
Es inaceptable que Cataluña haya disparado su presión fiscal a medida que contaba con más autogobierno.