La Comisión Europea sale al rescate de la inteligencia artificial
El poder político no garantiza ningún resultado, pero sí distrae recursos y, sobre todo, distorsiona el sistema de precios.
El poder político no garantiza ningún resultado, pero sí distrae recursos y, sobre todo, distorsiona el sistema de precios.
Las empresas sólo retienen una mínima parte de los beneficios generados por la innovación.
Las subvenciones y ayudas no tienen tanto sentido en un mercado global.
Los robots no van a tener un efecto neto negativo sobre el empleo.
La información y el control que el presidente chino va a tener sobre su población va a ser inmensa.
Quizá todos los coches son adecuados si se desarrollan tecnologías eficientes que minimicen las externalidades negativas.
El futuro será de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses y chinas.
¿Qué ocurriría si los sistemas de IA analizasen las reacciones de miles de millones de personas a determinadas frases, comentarios, tonos de voz o gestos?
Sería interesante explorar soluciones de naturaleza institucional que no supongan una prohibición en los términos en los que estamos acostumbrados.
Los Estados tal y como están concebidos hasta la fecha no sirven para hacer frente por sí solos a al cibercrimen.