¡Cuánto os lo agradecemos!
El quid no está en discutir si la ONU tiene o no razón en sus teorías sobre “el cambio climático”.
El quid no está en discutir si la ONU tiene o no razón en sus teorías sobre “el cambio climático”.
La moralina catastrofista, intolerante y liberticida del conservadurismo aliado con el Estado no es la solución.
Debemos impedir que el Estado organice y controle la sociedad y haga así lo que mejor sabe: favorecer a determinados grupos privilegiados.
Arguiñano describe a los políticos como a inoperantes egoístas que al fin y al cabo estorban más que otra cosa.
Debemos reivindicar con sano orgullo que se nos llame conservadores si eso implica defender los derechos individuales.
La primera lectura que recomiendo es de un anarquista español, poco conocido en nuestros mundos, pero cuyos libros son oro puro para un ancap.
La ciencia ha dejado de serlo para pasar a ser instrumento a sueldo de la política.
Políticos y burócratas no pueden saber qué beneficios se habrían producido si la inversión de recursos y esfuerzo se hubiese dirigido en otra dirección.
Las críticas contra la gestación subrogada suelen ser manifestaciones irreflexivas de asco y falaces racionalizaciones de intolerancia liberticida.