El liberalismo promueve la libertad de conciencia, es decir, la libertad para que cada individuo desarrolle sus planes de vida.

La libertad económica, en el presente, tiene, si no más relevancia, sí al menos más significación que el resto de las libertades.

Podemos cambiar la creencia de nuestros adversarios sobre la economía de mercado y la libertad.

La única recomendación debería ser: dejemos que el mercado y la propiedad privada actúen.

«¿Qué hemos hecho mal los liberales?». En su caso, creerse que lo es y no serlo.

Argentina debe volver a la libertad individual, la economía de mercado, la propiedad privada y el Gobierno limitado.

La economía feminista no ha optado por la libertad, sino por la intervención.

La obra de Mises ha creado un feraz terreno para el cultivo de las ciencias sociales.

Tiene pinta de que Oriente no tardará en tomar una vez más la delantera.