Si el separatismo iba a tener difícil formar gobierno, el constitucionalismo todavía no tiene suficiente fuerza para lograrlo.
El desarrollo de las ideas de la libertad no sólo compete a los teóricos: ingenieros y técnicos tienen mucho que aportar.
Cabe terminar como Albert Boadella: “¡Viva Tabarnia!, que es lo mismo que decir: ¡Viva España!”.
El Estado ha sido adecuado a los intereses del régimen chavista para mantener el control de la población y eternizarse en el poder.
El liberalismo está para recordar que todo poder tiene un límite en el reconocimiento de los derechos del individuo.
Aunque fuese una minoría la que rechazase cualquier forma de gobierno, esto no valida el contrato social hipotético.
Se confía en el ojo vigilante de una instancia superior para asegurar que no nos desmoronamos.
¿Para qué puede querer un ciudadano cualquiera saber si el PIB per cápita de Andalucía es inferior o superior al de Castilla y León?
Los nacionalistas han jugado como si ese conjunto de normas, las del Estado de Derecho, no existiesen.
Si las instituciones imperiales se corrompen y pierden su eficiencia, también colapsará el imperio.