Pensar seriamente en Tabarnia
La defensa de la secesión y de una mayor descentralización política no es patrimonio ideológico exclusivo del nacionalismo catalán.
La defensa de la secesión y de una mayor descentralización política no es patrimonio ideológico exclusivo del nacionalismo catalán.
No pensemos en el Estado, sino en que quienes nos dan las órdenes son personas concretas y reconocibles, y el mundo comenzará a cambiar.
Es inaceptable que Cataluña haya disparado su presión fiscal a medida que contaba con más autogobierno.
Hoy, como en octubre, como en las elecciones de 2015, hay dos millones de catalanes que quieren dejar de ser españoles.
El populismo (de ambos lados) empuja hacia un mayor grado de desinformación, de confusión y de ceguera política.
Los primeros que cambian sus decisiones de consumo, de inversión y contratación son los agentes económicos locales
La verdadera austeridad la han practicado en Portugal y con un gobierno de izquierdas.
¿Podría imaginarse un plantón al presidente Rajoy por parte de veinte diputados (o senadores) en un caso similar?
Lo peor de todo es el brote de radicalismo que está asfixiando a los ciudadanos de bien.
Ni los nacionalistas catalanes, ni los vascos, ni los librillos autonómicos. Nada que no deseen los padres para sus hijos.