Miserias aparte, el asunto es muy relevante y preocupante. Los casos parecen aumentar ligeramente, aunque quizá, como dice Wonka, nos falte perspectiva para trazar una tendencia. El aumento que se observa de 1999 (primer año para el que hay datos) hasta ahora parece deberse principalmente a un mayor número de casos de mujeres extranjeras, aunque sólo sea porque entre ellas es mucho más común y el número de inmigrantes no ha cesado de aumentar.
La justicia, que en España está pensada para proteger al delincuente frente a la víctima, de nada sirve a las mujeres que han denunciado las palizas y las amenazas ante la Policía y ante el juez, para acabar formando parte de las noticias del día y de la estadística del año. La justicia ocupa su lugar cuando el crimen se ha cometido, y la Policía puede acumular denuncias de amenazas sabiendo de antemano que de ahí no va a salir ninguna solución. ¿Una orden de alejamiento? ¿Creen que va a detener a quien está dispuesto a acabar con una vida humana?
Pero no faltan medios para lograr una defensa efectiva de las mujeres maltratadas y amenazadas. Pero, por alguna razón, cuando esa defensa la realiza un tercero nadie pone reparos, mas cuando es la propia víctima la que se defiende hay quien se lleva las manos a la cabeza. Será que la tienen ahí para eso, para sujetársela con las manos, y no para otra cosa.
Porque la autodefensa es un derecho primordial y que sirve, además, como garante de todos los demás derechos. El derecho a la vida es el derecho a defenderla; si tiene algún sentido es precisamente ese. Y hay instrumentos muy efectivos para ejercer ese derecho, desde un spray a un arma de fuego. Muchos gallitos que se atreven contra una mujer indefensa preferirán tragarse sus miserias a enfrentarse a una persona con los medios para defenderse. Y si, pese a todo, prefieren dar curso a su odio, al menos la víctima tendrá una opción de salvar su vida.
Cada una de las 69 mujeres muertas a manos de sus parejas mereció la oportunidad de haberse defendido. Sea cual hubiese sido el resultado en cada caso, hoy la cifra que ha convocado a manifestarse a la gente a la calle sería menor. Y esa oportunidad se la merecen todas las que tienen razones para sentirse amenazadas. No entiendo cómo las organizaciones de mujeres no enseñan a las personas amenazadas a defenderse. Será que lo importante es lograr que se le llame violencia "machista".