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Internet y Justicia

Publicado en Libertad Digital

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Es una idea comúnmente aceptada entre los izquierdistas que el terrorismo es un subproducto de la pobreza. En un canal de televisión de Cataluña una presentadora, y sus invitados, estaban convencidos que el terrorismo se debe a la pobreza. En la misma línea ha sido un artículo de ZP en el diario Financial Times señalando que la causa del terrorismo es consecuencia de las “enormes desigualdades”. Como siempre, los ungidos de la izquierda se equivocan.

Muchas evidencias nos dicen que los terroristas, por ejemplo, no tienen un nivel bajo de cultura. Según Nasra Hassan, actual directora del servicio de información de Viena de Naciones Unidas, que realizó varias entrevistas a 250 militantes en campos de entrenamiento palestino durante los años 1996 a 1999, todos ellos tenían algún tipo de estudio, la mayoría eran de clase media, vivían de un salario y dos de ellos eran hijos de millonarios.

Otro estudio de Alan Krueger de la Princeton University, y Jitka Malečková de la Charles University llegaron a conclusiones empíricas que muestran como el terrorismo no viene dado por la pobreza: “los hombre bomba palestinos provienen de familias económicamente aventajadas y tienen un nivel educativo relativamente alto”. Y por otra parte, “los activistas judíos que actuaron a finales de los años 70 y principios de los 80 tenían una muy buena educación y ocupaciones muy bien remuneradas”.

Es más, dirigentes como Ayman Al-Zawahiri, Osama Bin Laden, Abu Musab Al-Zarqawi, etc. no son en absoluto iletrados. Tienen carreras universitarias, grandes fortunas e incluso hablan, como mínimo, dos idiomas.

Si el terrorismo fuese la causa de la pobreza países como Malí, Mongolia, Haití, etc. tendrían los grupos terroristas más activos y violentos del mundo. Y si la pobreza es la causa del terrorismo tampoco se entiende por qué España, al que se considera un país rico, ¡tiene un grupo terrorista en activo e internacionalmente conocido en una de sus regiones más prósperas!

¿Y por qué la izquierda y el estado insisten en culpar a la pobreza del terrorismo?

La izquierda tiene un lema que nunca falla: “nadie es responsable de sus propios actos”. Esta visión masoquista, de “yo” soy el culpable de todas las desgracias que ocurren en el mundo, les llevan a posiciones absurdas e inconsistentes con cualquier test racional. Si alguien es pobre no es debido a su falta de sacrificio, esfuerzo, o a las ansias de mejorar su futuro personal; sino de la sociedad. Y la sociedad somos todos, es decir, la culpa es de usted. Si algún desequilibrado se divierte matando a niños la culpa no es del asesino, ¡el es un enfermo! La culpa es de la sociedad que lo ha hecho así, a saber, el culpable es usted otra vez. Y evidentemente, si un grupo de fanáticos se dedica a exterminar a cuantos más cristianos mejor, la culpa no es de los fanáticos, sino de usted también. Se lo mire por donde se lo mire, usted, hombre medio blanco judeo–cristiano es el culpable de todas las desgracias del mundo.

Esta visión es la que impulsan los estados para así poder tomar más control sobre el individuo y sociedad continuando con sus políticas de coerción: más presión fiscal, aumento del estado policial, prohibición de libros según la arbitrariedad del legislador, de periódicos, de partidos políticos, encarcelamiento de personas que no se ajusten a los gustos del estado pese no haber cometido ningún acto criminal. Y todo para financiar la corrupción política, costes de transacción estatales y la ineficiente burocracia.

Pobreza y terrorismo no se deducen la una de la otra. Si queremos eliminar la pobreza eliminemos las barreras al libre comercio, aranceles y empecemos a desmontar por completo el estado del bienestar. Y si queremos acabar con el terrorismo llevemos más allá la liberalización y acabemos con la intromisión internacional de los estados.

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