El NAFTA ha sido muy beneficioso para los productores agrícolas y ganaderos a ambos lados de la frontera.
El discurso proteccionista y antimexicano del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está teniendo dolorosas consecuencias para el sector agrícola estadounidense. El diario The Wall Street Journal informaba la semana pasada que, según los datos oficiales del Departamento de Agricultura de EEUU, las exportaciones hacia México sufrieron una fuerte caída durante los primeros cuatro meses de 2017.
El motivo de este descenso no es otro que el temor de autoridades e importadores mexicanos ante la retórica con la que Trump ha afrontado la negociación para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés).
Hasta el momento, el NAFTA ha sido muy beneficioso para los productores agrícolas y ganaderos a ambos lados de la frontera. Estados Unidos es el mayor comprador exterior de los mexicanos, mientras que México es el tercer importador mundial de los estadounidenses. De hecho, supone el 13% de sus exportaciones, por un monto aproximado de 18.000 millones de dólares (16.078 millones de euros) en 2016. Como botón de muestra, se puede señalar que las exportaciones de lácteos de EEUU al mercado mexicano pasaron de 250 millones de dólares (223,3 millones de euros al cambio actual) a 1.220 millones de dólares (1.090 millones de euros) entre 1993, un año antes de la firma del acuerdo, y 2016.
México mira hacia América del Sur
Ese importante comercio bilateral está comenzando a resentirse, sobre todo las ventas en sentido norte-sur. La caída más fuerte es la que afecta a la exportación de harina de soja para alimentar aves y ganado, que fue del 15%. Se trata, además, del primer descenso en cuatro años. En cuanto a la carne de pollo, la disminución (primera desde 2003) fue del 11% y en el caso del maíz se registró una contracción del 6%. Estos dos últimos datos son especialmente preocupantes para EEUU, puesto que México es su principal mercado exterior en ambos rubros.
No solo han caído las exportaciones agrícolas de Estados Unidos a México. Además, el Gobierno de este país y el sector privado han comenzado a buscar otros mercados donde abastecerse por si Trump impone restricciones al comercio entre los países del NAFTA. Así, el director de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Raúl Urteaga, viajó junto con una delegación de 17 empresas por varios países de América del Sur con el objetivo de negociar acuerdos para la compra de maíz, soja y trigo. También, autoridades sanitarias mexicanas evaluaron a mediados de este mes las instalaciones de compañías avícolas argentinas con el objetivo de aumentar las compras en ese mercado.
Trump castiga a sus votantes
Este descenso de ventas a México castiga especialmente a los 12 estados del Medio Oeste, que conforman el corazón agrícola de Estados Unidos. Es una zona que, además, es una de las regiones más importantes del mundo en este tipo de actividad. De ella procede el 37% de la producción global de maíz y el 30% de soja. Irónicamente, es un área que resultó fundamental para llevar a Donald Trump a la Casa Blanca el año pasado.
Hillary Clinton resultó vencedora tan solo en dos de esos estados: Illinois y Minnesota. En los otros diez (Iowa, Indiana, Nebraska, Kansas, Dakota del Norte y Dakota del Sur, Ohio, Wisconsin, Michigan y Kentucky), Trump se hizo con la victoria con bastante diferencia de puntos sobre su rival.
Trump, con su retórica antimexicana y sus amenazas contra el libre comercio está perjudicando precisamente a quienes más confiaron en él y sus argumentos. Por otra parte, puede beneficiar a países que compiten con Estados Unidos en el mercado agrícola internacional, en especial a algunos latinoamericanos como Brasil o Argentina. Eso sí, siempre está el peligro de que México quiera levantar sus propios muros comerciales si los votantes caen en la tentación populista llevando a la Presidencia a Andrés Manuel López Obrador. Las consecuencias para las exportaciones e importaciones del país serían imprevisibles.