La noticia sobre la más espectacular reducción de la pobreza en el mundo que se haya registrado en nuestro tiempo no aparecía hasta el final.
Leí este titular en la portada La Vanguardia: «El 11 % de la población mundial vive con 1,75 euros al día. La pobreza extrema afecta a 766 millones de personas». Obviamente, la norma del periodismo es que en el titular se resume lo más destacado de la noticia.
Una vez en la página 33, el artículo de Rosa M. Bosch parecía ir a tono con el texto de la portada. Se refería al informe sobre el desarrollo humano del PNUD, una conocida burocracia internacional dentro de la gran burocracia internacional que es la ONU, y cuya especialidad es decir que todo va fatal. Esto, a su vez, colma de placer a políticos, intelectuales, artistas, profesores y periodistas que nutren el pensamiento único.
Informó doña Rosa de que el PNUD «alerta que, a pesar de las mejoras registradas desde 1990, los colectivos más vulnerables ven pasar de largo el progreso en un mundo en el que crecen las desigualdades: el 1 % de la población acumula el 46 % de la riqueza».
Esto ya parece más claro. El mensaje es el siguiente: mucha gente muy pobre y débil sigue igual que antes, y los que se benefician son los muy ricos. Por eso el texto habla de «a pesar de las mejoras». La única forma de entender esto es que las mejoras no son para los pobres sino para los ricos.
En esa línea catastrofista prosigue el artículo hablando de «las sequías alimentadas por el cambio climático», como si no hubiera habido sequías antes, y toda clase de desgracias para amplios «colectivos».
Sólo al final del artículo nos enteramos de una noticia muy notable, que no encaja con el titular de La Vanguardia ni con el texto y el tono del artículo de Rosa M. Bosch. Resulta que desde 1990 la población mundial ha aumentado en 2.000 millones de personas. Dirá usted: claro, de ahí el aumento de la pobreza y la desigualdad en este mundo cruel para el 99 % de las personas.
Pues no. Es justo al revés. En ese período «más de 1.000 millones de personas salieron de la pobreza; la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años se redujo en más de la mitad».
Es una noticia sobre la más espectacular reducción de la pobreza en el mundo que se haya registrado en nuestro tiempo. Y no, no estaba en el titular de La Vanguardia, y tampoco cabía esperar encontrarse con ella si uno no leía el artículo hasta el final.