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Por qué los economistas son los que peor entienden Bitcoin

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No hay más remedio que reconocer que las opiniones acerca del dinero son más difíciles de describir que las nubes deformadas por el viento.

J. A. Schumpeter. Historia del análisis económico,

Suelo emplear un meme que dice “Economist have the worst understanding of Bitcoin. Change my mind”. Los economistas no entienden bitcoin. Una y otra vez compruebo cómo es este gremio el que tiene peor comprensión del activo. Y no depende de la escuela que sigan, de si son catedráticos o directivos de banca, de que sean de izquierdas o derechas, de la Escuela austriaca o de la Teoría Monetaria Moderna. Tras cuatro años dedicados a Bitcoin, cientos de entrevistas, conferencias y debates, puedo contar con los dedos de una mano los economistas que lo entienden.

Y es que Bitcoin ataca a creencias establecidas, y las creencias, como bien sabía Ortega, nos constituyen, estamos “sujetos” por ellas. Es desde las creencias desde donde interpretamos el mundo, y no admitiremos un pensamiento distinto ni una ocurrencia opuesta a ellas.

¿Qué les ocurre a los economistas?

Indudablemente, Bitcoin se sitúa en el campo económico —aunque no solo en él—. ¿Cómo es posible que algo de tanta trascendencia se les haya escapado a sus teóricos? “¡Es una burbuja! ¡Los tulipanes digitales!”, con la leve diferencia de que los tulipanes multiplicaron su precio por 22 y bitcoin por 60 millones. “No puede ser, el mercado se debe estar equivocando al valorarlo”, deben de pensar. Pero, ¿qué se les está pasando?

Bitcoin consigue resolver una serie de problemas históricos en el mundo digital. En éste, por defecto, carecemos de privacidad, puesto que siempre tiene que haber un proveedor del servicio. La privacidad es revelarse selectivamente. Hay que elegir a quién revelar tu información (un proveedor del servicio). Y éste siempre va a poder vulnerar tu decisión de no dar tus datos. Cuando das en mano una carta, el contenido de esa carta es privado. Sin embargo, cuando envías un correo electrónico, esa privacidad puede ser vulnerada por el proveedor del servicio, por lo que por defecto careces de privacidad. Lo mismo pasa con el dinero en efectivo.

Si tú pagas en una tienda con un billete físico, el tendero no tiene por qué saber quién eres o cuál es el origen de ese dinero, ni el que ha emitido ese billete, saber qué compras, cuándo y a quién, o de dónde procede ese dinero. Sin embargo, si nos movemos en el mundo digital, esa privacidad se pierde. Tu proveedor de ese servicio, tu banco, sí lo sabe, y con ello puede llegar esa información a muchos otros agentes.

Efectivo electrónico

Pues bien, el primer paso es entender que bitcoin vendría a ser ese “efectivo electrónico” que Satoshi describía en el whitepaper. Sin embargo, estas dos palabras han llevado a una serie de presunciones, a mi juicio totalmente erróneas, que son las que llevan a los economistas a no entenderlo. Bitcoin no es una alternativa al dinero fiat y a los bancos centrales, como propone el libro de Saifedean El Patrón Bitcoin. Veamos por qué.

Los dos problemas que conseguía resolver Bitcoin en el mundo digital son los siguientes: el problema del doble gasto y el problema de este tercero de confianza que provee un servicio digital. Lo fácil en este ámbito digital es multiplicar las unidades sin apenas coste. Por ejemplo, podemos distribuir una misma imagen a través de una aplicación de mensajería a múltiples personas. Pero el hecho de poder replicarla tantas veces como se quiera impide que sea un bien escaso y, por tanto, que merezca la pena atesorarlo.

La dependencia de un tercero

Además, para un activo que aspire a convertirse en un bien económico, su reproducción ilimitada equivale a la falsificación. Imaginemos que 100 unidades monetarias de nuestro banco pudiesen ser enviadas a muchas personas a la vez (problema del doble gasto). Este problema se podría resolver introduciendo un tercero que haga de intermediario y que garantice que esa imagen o esas 100 unidades monetarias no puedan ser reenviadas, como por ejemplo hacen las plataformas de series y películas o los bancos con nuestras monedas digitales.

Pero si tienes que depender de un tercero hay una serie de riesgos considerables, empezando por la pérdida de privacidad, dependes de su diligencia, estás sometido a sus normas, si tiene problemas técnicos te ves perjudicado en tu servicio, puede establecer mecanismos de censura, puede ser atacado, puede quebrar, puede ser intervenido por el Estado, etc. (problema del tercero de confianza).

Solución del doble gasto y tercero de confianza

Pues bien, bitcoin es el primer y único activo digital que consigue resolver estos problemas del doble gasto y del tercero de confianza, siendo el único activo real digital, una commodity digital. Sí, bitcoin es un activo real, no es el pasivo de nadie, no tiene emisor, ni una empresa que lo controle o que se centre en generar valor respecto de él. Entender bitcoin como un activo real es su primera dificultad.

La segunda dificultad es la comparación con los medios de pago. Bitcoin no es un gran medio de pago, no por problemas técnicos, sino porque no está diseñada principalmente para eso. Tampoco tenemos problemas para pagar en el día a día en la mayoría de casos, así que su demanda para eso tampoco nos importa demasiado. Además, incrementa considerablemente los costes de transacción —R. Coase— para hacer pagos. Por si fuera poco, bitcoin tiene una oferta determinística, por lo que cualquier cambio en la demanda se refleja vía precio, no hay manera de ajustar la oferta a la demanda para estabilizarlo, por lo que encima es inherentemente volátil. Los medios de pago y unidades de cuenta requieren ser estables para permitir el cálculo económico, pero precisamente esa estabilidad se logra sacrificando la revalorización del activo en el largo plazo. Entonces, ¿qué valor aporta bitcoin?

Redefinición del derecho de propiedad

Pues lo primero es que es una redefinición del derecho de propiedad, hasta ahora, toda nuestra propiedad dependía del orden establecido por el poder coactivo. Como Bitcoin suprime al tercero de confianza y genera un sistema global autónomo donde se puede poseer y transmitir el control de un activo real —bitcoin—, en realidad se parece más a un sistema global de derechos de propiedad privada absolutos.

El cambio es de dimensiones históricas, porque como además hace depender la propiedad de un activo del conocimiento de unas palabras, permite hacer tu riqueza y tus transacciones de forma privada a una escala global por ser digital. Por primera vez, todos los seres humanos tenemos la posibilidad de acceder a propiedad para ahorrar, intercambiar y dejar en herencia a quien consideremos sin censura, con una accesibilidad total y sin que nadie la pueda diluir. No me parece poco.

Deterioro, divisibilidad, costes de custodia…

Lo segundo, es que si es un activo real debe tener unas propiedades X, puesto que no es el pasivo de nadie, su valor dependerá de la demanda de esas propiedades. Al no depender de nadie, se convierte en el primer y único activo resistente a la censura, siendo muy difícil de confiscar. Además, reduce enormemente los costes de transacción para ahorrar, para transmitir valor en el tiempo. Al tener una oferta determinística, en realidad deflacionaria por errores de custodia, con el paso del tiempo tu parte respecto del total no para de incrementarse, lo que acaba con el riesgo de dilución e incrementa tu concentración.

Tampoco requiere de información asimétrica para elegir en qué depositar tus ahorros. Es como si comprases oro, no hay que elegir entre miles de empresas en cuál invertir, ni entre un fondo u otro. Sin embargo, el oro es caro de dividir, custodiar, verificar y transportar. Y tiene una dilución del 1,6-2% al año, lo que a largo plazo es considerable. Bitcoin no solo no se deteriora. Tampoco tiene unos costes de custodia altos. Es fácil de dividir, verificar y transportar. La divisibilidad, el no tener deterioro, ni riesgos regulatorios también lo hacen una opción atractiva frente a los bienes inmuebles, en los cuales sí necesitas una parte de tus ahorros, tienes que liquidar el bien entero, tienen muchos gastos asociados por el deterioro y su exposición a mayores impuestos o regulaciones y okupas es significativa.

La superioridad de Bitcoin

Si lo comparamos con aquellos activos que utilizamos para aparcar riqueza, para transportar valor en el tiempo, tiene propiedades muy superiores a la mayoría de ellos. Bitcoin está diseñado para el atesoramiento, que con una oferta fija es lo que realmente da valor a un activo, que sea demandado para ser atesorado, no para desprenderte de él, no para hacer pagos. Además, por ser un activo real, no tiene riesgo de contrapartida, no tiene que estar respaldado por nada ni hay posibilidad de que alguien incumpla su obligación.

¿Qué opciones hay de que los Estados dejen de devaluar sus monedas? ¿Cuáles son las perspectivas de que no se incrementen las regulaciones? ¿Qué se puede esperar de los impuestos sobre todos los activos, especialmente los más ilíquidos? ¿Dejarán los políticos los fondos de pensiones privados intactos sabiendo que allí hay acumulado dinero? ¿Ha quebrado alguna vez un banco y no ha podido devolver el dinero a sus depositantes? ¿Ha quebrado alguna vez un Estado o una empresa y no ha podido hacer frente a sus obligaciones? Bitcoin puede ser una respuesta para muchas de estas preguntas.

Los economistas tienen pendiente hacer los deberes. No se trata de pensar Bitcoin desde las categorías y las creencias preconcebidas que tenemos, sino que repensemos todas estas creencias, estas teorías y categorías a la luz de Bitcoin. 

1 Comentario

  1. Gracias por la reflexión y la posibilidad de comentar.
    Felicidades por el análisis.
    Vengo diciendo que son las creencias limitantes y la indefension aprendida las que imposibilitan en cambio de mentalidad.
    Y, eso mismo, las mismas creencias e indefensiones las padecen ya muchos tecnologos que no ven más allá.
    Bitcoin es una puerta estelar ( para que se me entienda, sin literalidad) es decir, cuando sea desplegada en su totalidad permitirá el desarrollo tecnológico para que el que nació. Sin mineros. Una nave que transportará una carga muy valiosa que hoy diremos que es ℹ y cuya utilidad entonces se verá claramente entonces y por los que vivan. Como puerta dejará pasar (o generará ) un nuevo mundo.
    Es como las letras y el alfabeto. El mismo valor para la humanidad. Supuso un cambio en el cerebro determinante. Y analfabetos aún existen hoy en día.
    Tengo una newsletter en LinkedIn ➕Humano donde voy contando mi teoría.
    Gracias por tu atención.


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