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La economía a través del tiempo (XIX): el error de Marx con el comercio griego

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Karl Marx también realizó sus propias interpretaciones sobre la economía griega. En este texto, se revisará la concepción que tenía sobre el comercio precapitalista y Grecia, así como estudios posteriores al autor que pueden inducir a pensar que sus comentarios padecían de cierto sesgo. Y es que Marx (2009) interpreta que no se podía denominar capitalismo al sistema griego, algo que, por cierto, colisiona con el pensamiento weberiano (Weber, 2015, 109)1. Las razones que da son las siguientes:

No obstante, este error no es de ningún modo mayor que el de todos los filólogos, p. ej., que hablan de capital en la Antigüedad, de capitalistas romanos, griegos. Eso es sólo otro modo de decir que en Roma y Grecia el trabajo era libre, lo que difícilmente estos señores estarían dispuestos a afirmar (p. 116).

Es decir, el problema que tenía Marx para denominar el sistema económico griego como capitalista es la mano de obra esclava. Para él, esto era algo determinante, pues para que hubiera capitalismo era necesario el trabajo libre. Por tanto, al negarle a Grecia la entidad de sistema capitalista, le niega también la posibilidad de que su comercio tenga aspiraciones expansionistas.

Comercio precapitalista en Marx

Así diferencia Marx (2009) el comercio actual con el precapitalista:

La tendencia a crear el mercado mundial está dada directamente de la idea misma de capital. Todo límite se le presenta como una barrera a salvar. Por de pronto someterá todo momento de la producción misma al intercambio; es decir, pondrá la producción basada sobre el capital en lugar de los modos de producción anteriores, más primitivos desde el punto de vista del capital. El comercio ya no aparece aquí como función que posibilita a las producciones autónomas el intercambio de su excedente, sino como supuesto y momento esencialmente universales de la producción misma (p. 360).

Lo importante en este texto es el contraste que Marx ve entre el comercio capitalista y precapitalista, siendo su principal diferencia el objeto mismo del intercambio. En el caso moderno, la misma producción tendería al intercambio como fin. En el caso antiguo, la producción tendería al consumo y su excedente sería el susceptible de ser intercambiado.

Expansión del comercio en Grecia

No obstante, estudios recientes (Izdebski et al., 2020) apuntan a que el comercio griego podría haber sido mucho más sofisticado. Y es que varios científicos analizaron el polen de seis lugares en Grecia correspondiente a los años que se encuentran entre el 1.000 a.C. y el 600 d.C. y encontraron restos de cereales, olivos y viñedos que les mostraron los cambios agrícolas de la época. La conclusión fue la siguiente:

Presentamos evidencia de que hubo una economía de mercado en la antigua Grecia y una importante expansión comercial varios siglos antes de la conquista romana. Nuestros resultados son consistentes con datos auxiliares sobre dinámica de asentamientos, naufragios y antiguas prensas de aceite y vino (p. 2597).

Es decir, la evidencia científica apunta a que realmente sí hubo expansión comercial, algo que contrasta con las afirmaciones de Marx. Si bien no podía considerarse un mercado mundial (especialmente por las limitaciones técnicas y de transporte de la época), sí se puede hablar de un mercado regional en expansión dentro de sus posibilidades. Desde luego, no coincide con la idea de que el comercio se limitaba al excedente y de que no tenía aspiraciones más allá de perpetuar su propia existencia, sino que para expandirse necesitaba entrar en algún tipo de lógica capitalizadora, todo lo contrario de lo que Marx pensaba cuando llamaba a estos tiempos “precapitalistas”.

Notas

1 Dice el sociólogo e historiador:

En este sentido específico se usa aquí el concepto “espíritu del capitalismo”. Naturalmente: del capitalismo moderno. Pues a la vista del planteamiento que seguimos, es evidente que sólo estamos hablando de ese capitalismo de Europa occidental y América del Norte. “Capitalismo” ha habido en China, la India y Babilonia, en la Antigüedad y en la Edad Media. Pero como veremos, le faltaba aquel ethos peculiar.

Max Weber. La ética protestante y el espíritu del capitalismo (2015).
Bibliografía

Izdebski, A., Słoczyński, T., Bonnier, A., Koloch, G., & Kouli, K. (2020). Cambios en el paisaje y comercio en la Antigua Grecia: evidencias a partir de datos sobre Polen. The Economic Journal, 130(632), 2596-2618. https://doi.org/10.1093/ej/ueaa026

Marx, K. (2007) Grundrisse. Siglo XXI Editores

Marx, K. y Hobsbawn, E. (2009) Formaciones económicas precapitalistas. Siglo XXI Editores.

Weber, M. (2015) La ética protestante y el espíritu del capitalismo. AKAL

1 Comentario

  1. Como siempre, los inútiles del Juan de Mariana destrozando la economía y confundiendo conceptos por tener la profundidad de un charco.

    Para empezar, cuando Marx habla de «capitalismo», se refiere a que el capital comienza a dominar el modo de producción de las condiciones de vida. La Antigüedad griega simplemente no tenía a un capital dominando el modo de producción porque, efectivamente, la relación social era esclavista, lo cual es excluyente de la fórmula D-M-D’ de la relación social económica capitalista: extracción de plusvalor de un trabajo libre remunerado.

    Aclarado esto, el hecho de que Grecia no sea capitalista no implica que no existiera capital. En muchísimas ocasiones tanto Marx como Engels señalan la existencia de formas primitivas de capital previamente al surgimiento del capitalismo, siendo la principal el capital comercial, que se presenta como inversión en el mercado dirigido a obtener ganancia vía compraventa de mercancías. Marx y Engels señalan que este capital comercial se presenta, naturalmente, en la Antigüedad y en la Edad Media. La diferencia esencial es que este capital comercial se presenta exclusivamente en la esfera de la circulación, no de la producción. Por eso la Grecia antigua no puede de ninguna forma calificarse como capitalista, porque es una ley económica fundamental que la circulación está sometida a la producción (las mercancías que circulan tienen, naturalmente, que ser producidas, y esa producción era probadamente esclavista y no capitalista).

    Aclarado todo esto, vamos a analizar BIEN (no la chapuza que hace el Juan de Mariana, como siempre): «El comercio ya no aparece aquí como función que posibilita a las producciones autónomas el intercambio de su excedente». Esto significa que, naturalmente, la función del comercio en la Grecia antigua era intercambiar excedente. ¿Ello excluye la expansión? De ninguna manera, porque a mayor excedente, lógicamente, mayor incidencia del comercio. ¿En algún momento de la obra citada Marx excluye la posibilidad de aumento de excedente y su concomitante expansión del comercio? Tampoco, pero el Juan de Mariana tiene pensamiento mágico y recurre a afirmar manipulando que la frase «el fin del comercio antiguo es intercambiar excedente», por arte de birlibirloque, significa «el comercio antiguo no puede de ninguna forma desarrollarse».

    Es tan absurdo que da risa que un supuesto think tank de economía recurra a una maniobra de manipulación tan burda y básica. La conclusión es evidentemente que los descubrimientos arqueológicos sobre la expansión del comercio griego no contradicen a Marx, sino que están en consonancia con su concepto de capital comercial previo al surgimiento del capitalismo y al hecho de que Marx en ningún momento excluye la posibilidad de una expansión territorial del comercio concomitante al aumento de su excedente productivo. Porque Marx se limita a afirmar que la producción capitalista recurre al comercio para universalizarse, y que por lo tanto su consecuencia necesaria es el mercado mundial. La prueba definitiva de ello es la evidencia de que sólo en la época capitalista se puede hablar de mercado mundial, de que sólo el capitalismo es capaz de crear una afluencia extrema y nunca vista en la historia de mercancías que necesariamente tienen que ir a parar a todos los rincones del mundo para poder generar ganancia, pero parece que ni algo tan extremadamente evidente como esto es percibido por los lumbreras del Juan de Mariana.


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