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¿Es la utilidad un requisito previo al valor?

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Hoy voy a hacer un paréntesis en la serie sobre la cardinalidad, para tratar una cuestión que llevo ya un tiempo analizando. Se trata del concepto de escasez económica como causa única del valor, al margen de la utilidad. 

Desde un punto de vista práctico creo que es un asunto muy interesante que puede servir para aportar una mejor explicación teórica a fenómenos especulativos que nos suelen producir rechazo o incluso nos cuesta comprender hasta el punto de calificarlos como irracionales.

Por poner ejemplos reales voy a referirme a obras de “arte” moderno que deliberadamente no eran tales, como los cuadros pintados por un chimpancé en 1964 que se vendieron por unos 650 dólares actuales, a ciertas criptomonedas como Dogecoin, y también a Bitcoin. 

En el caso de Bitcoin y otras criptomonedas, es interesante que algunos Bitcoiners critiquen duramente a Dogecoin y otras “shitcoins” por ser especulativas y sin utilidad más allá de encontrar a alguien que te pague más de lo que tú pagaste por ellas. Pero cuando personalidades como Warren Buffet o Steve Hanke critican a Bitcoin exactamente por lo mismo, montan en cólera defendiendo a Bitcoin.  Pero claro, si Bitcoin no sirve para otra cosa que para comprarse y venderse, ¿no aplicaría a los Bitcoiners el dicho de “le dijo la sartén al cazo…”? Lo intentaré responder al final del artículo.

La utilidad no es condición suficiente

Pues esto es lo que quiero analizar y explicar hoy. Antes de responder a la pregunta que titula este artículo, podemos afirmar con total tranquilidad que la utilidad no es una condición suficiente para que exista valor. No hay nada más útil que el aire que respiramos y no tiene ningún valor económico. Visto que no es condición suficiente, ¿es condición necesaria en el sentido de requisito previo al valor?  Para responder a esta pregunta, cómo no, voy a recurrir a los Principios de Economía Política de Carl Menger. 

Uno de los logros históricos de esta obra es explicar la causa del valor, y el  concepto clave que maneja Menger para investigar esta cuestión tan importante es la necesidad humana en relación con la cantidad disponible del objeto que puede satisfacer dicha necesidad. Muy resumidamente podemos decir que mientras no haya cantidad suficiente de un objeto para satisfacer una necesidad, el objeto es escaso y por tanto tiene valor en proporción a la importancia que para nosotros tenga la insatisfacción. Y podemos resumir el concepto de utilidad de Menger como la capacidad de un objeto para satisfacer una necesidad humana.

Si el objeto satisface una necesidad será porque le reconocemos cualidades intrínsecas para satisfacer esa necesidad, ¿no? Por ejemplo, el pan satisface la necesidad de alimentarnos. Pero, ¿Es posible que existan objetos que satisfagan necesidades solo bajo el requisito previo de ser escasos?

Utilidad frente a escasez

Mi respuesta es un rotundo sí. Esto es así para los objetos cuya única utilidad es ser medios de intercambio indirecto, y la demostración es muy sencilla. Si por ejemplo Bitcoin fuera útil independientemente de su escasez y por la razón que fuese aumentara su cantidad de manera ilimitada, dejaría de tener valor pero tendría que seguir siendo útil. Y esto claramente no es así. Si Bitcoin no tiene valor, deviene totalmente inútil para el intercambio. El pan no, el pan seguirá siendo útil aunque lloviera del cielo y dejase de tener valor económico. 

Antes nos hemos preguntado por “objetos que satisfagan necesidades solo bajo el requisito de ser escasos”. Y aunque considero que el ejercicio mental del párrafo anterior resuelve toda posible circularidad, es pertinente considerar que el concepto de escasez implica si o si demanda, y nadie demanda cosas inútiles.  Bien, esa utilidad aunque sea entendida como la capacidad de satisfacer la necesidad de intercambiar en el futuro, ciertamente tiene que existir aunque sea como una consecuencia esperada. Y en ese caso la utilidad sería empresarial o especulativa y condicionada a la escasez, a la futura relación cuantitativa entre la cantidad total del objeto y cantidad que potencialmente se especula que se podría necesitar. 

La expectativa de utilidad futura no implica “utilidad presente” en un sentido estricto, sino valor presente. Pretender que la utilidad futura es utilidad presente sería como decir que los futuros peces que esperas obtener y que imputas al valor presente de una caña de pescar, existen en el presente. No, los peces no existen, lo que existe es el valor presente de esos peces futuros, que proyectamos en la caña.  

El «billete de lotería»

Si otros agentes llegan a la misma conclusión que yo y acaban otorgando valor presente a un objeto como potencial medio de intercambio, entonces aparece por fin la utilidad para intermediar intercambios. Pero esa utilidad aparece una vez que escasea el objeto. Es consecuencia, no causa.

Si no aparece ningún otro agente que llegue a la misma conclusión y el coste de poseer el objeto es muy bajo o casi nulo, yo podría poseer el objeto indefinidamente aunque no se cumpliera en plazo mi expectativa de escasez, debido a que la ecuación coste beneficio puede seguir siendo muy positiva aunque el beneficio sea muy improbable, porque el coste es ínfimo.

Esta última demanda a modo de “billete de lotería” se justifica con el valor presente (no con utilidad presente). Es una demanda del todo racional y empresarial y salvo que el demandante exprese claramente otra cosa, no veo pertinente que el economista asigne causas a su criterio unilateral como el coleccionismo o el cariño, que si bien se pueden dar, son cuestiones psicológicas complejas que no solo quedan fuera del campo de especialización del economista, sino que además no le competen porque semejante precisión y detalle solo lo puede conocer el sujeto que valora. La explicación de la empresarialidad en anticipación a la escasez es más general pues abarca cualquier posibilidad, incluyendo la de coleccionismo y similares, y toda teoría que ofrece una explicación más general de manera satisfactoria y con menos excepciones ad-hoc, es una teoría superior.

Rareza y escasez

Como decimos, la demanda por “billete de lotería” es una razón natural y racional para demandar objetos raros o únicos, porque la probabilidad de que acaben siendo escasos es elevada. Debido a su cantidad limitada, a nada que se demanden serán escasos y por tanto hay una oportunidad de ganancia. Esa ganancia puede producirse porque se le descubra al objeto alguna utilidad de consumo. Pero también puede ser especulativa donde la utilidad sería una consecuencia esperada de la escasez. Ya que la especulación, el trasiego con el valor, si se acaba dando, también es útil. Especialmente en una economía altamente especializada donde la necesidad de traficar con el valor en el espacio y en el tiempo es descomunal.

¿Y qué es un objeto “raro”? Desde un punto de vista puramente físico, todo objeto material sería raro porque es imposible que existan dos objetos absolutamente idénticos.  Desde un punto de vista económico lo relevante para lo que estamos analizando aquí es que sea muy fácilmente identificable y distinguible de manera que facilite mucho la coordinación espontánea en torno a él. Es decir, un Punto Focal.

El ejemplo de la wikipedia ilustra magníficamente como el cuadro rojo es el punto focal por el mero hecho de distinguirse muy claramente de los demás. No sería así, por ejemplo, para los granos de arena del desierto que son para nosotros difícilmente distinguibles por mucho que cada uno de ellos sea físicamente único analizado al microscopio. 

Bitcoin: distinguible y delimitable

El objeto raro puede ser una unidad, como un cuadro de arte moderno muy distinguible aunque su valor ornamental o artístico sea nulo o muy dudoso, o un conjunto fungible de unidades como es el caso del oro o de Bitcoin. Es preciso tener en cuenta que la “rareza” (en realidad ya hablaríamos de escasez) también puede ser inducida vía acaparamiento. Esto parece bastante claro en el caso de Dogecoin, Shiba Inu o Ripple. Nos puede parecer injustificado el valor de estas shitcoins, pero es un hecho indiscutible que una hábil y deliberada gestión de la escasez puede generar mayor valor aunque sólo sea temporalmente, a costa, eso sí, de intensificar el carácter de activo financiero del objeto al “centralizarse” en el acaparador.

Cabe distinguir entre el concepto de Punto Focal que presentó Thomas Schelling en 1960 y el concepto de concurso de belleza que presentó Keynes en 1936.  El concepto de Schelling llega al fondo de la cuestión y nos proporciona un por qué: La distinguibilidad y delimitación del objeto, las cualidades del punto focal para servir como elemento de coordinación, mientras que Keynes se queda en el argumento circular de intentar anticiparse a lo que otros van a hacer.

Aplicando el concepto de punto focal a Bitcoin, su distinguibilidad y delimitación es muy destacable porque de manera muy sencilla y barata cualquiera puede identificar y delimitar tanto el conjunto total de unidades de Bitcoin como cada unidad en particular. Además, tiene otra serie de propiedades como la facilidad de transporte, atesoramiento, divisibilidad, etc.

NFTs

Estas propiedades no lo hicieron útil porque sin la escasez no sirven para nada, pero es más que probable que los primeros demandantes las tuvieran en cuenta anticipándose a que otros agentes también las apreciaran posteriormente, y las probabilidades de devenir en escaso fueran mayores. Pero a lo sumo serían causas coadyuvantes que no son ni suficientes ni necesarias, pues pueden existir objetos valiosos destinados exclusivamente al intercambio de pobre vendibilidad. Por ejemplo que sean poco divisibles como los NFTs, o no tan fáciles de transportar como cualquier objeto físico que solo sirva para intercambiar. 

Considero también importante analizar la persistencia en el tiempo de un Punto Focal y ver hasta qué punto se puede reemplazar por otro mejor. Un punto focal genera efecto red, y el efecto red realimenta a su vez al punto focal. Pero en mi opinión el efecto red no aguantaría mucho si un competidor representa un punto focal significativamente mejor.  Bien es cierto que si la necesidad de unificación no es crucial, los puntos focales no tienen porqué ser excluyentes, y el mercado puede utilizar varios de manera simultánea.  

Pero volviendo a la posibilidad de reemplazo, hay puntos focales que dada su simplicidad, una vez concebidos es difícil que otro candidato pueda desbancarlos o que “les robe cuota de mercado”. Tal es el caso de nuestro abecedario o de los numerales indoarábigos posicionales de nuestro sistema numérico. Y también podría ser el caso de Bitcoin frente a otros candidatos sí, nótese el condicional, lo que al mercado le importa sobre todo fuera el carácter de conjunto fijo de unidades de un activo real digital. 

Punto Focal

Esta simplicidad no se debe confundir con el concepto de first mover, pues la simplicidad genera un punto focal muy persistente. Ser el primero en llegar no significa mucho si se trata de un punto de coordinación complejo que puede se puede mejorar ampliamente. Eso sucedió con la red social msn o con el estándar Betamax. El efecto red que se consiguió por ser el primero se viene abajo fácilmente ante una alternativa significativamente superior. También puede pasar, ojo, que los sistemas simples queden superados, pues los numerales indoarábigos predominan hoy porque doblegaron al anterior punto focal que ostentaban los numerales romanos. Pero en los sistemas simples es en principio más difícil y menos frecuente que suceda el reemplazo.

En conclusión, la utilidad no es la causa del valor. A lo sumo es una condición coadyuvante, pero no es ni condición necesaria ni suficiente. Es la escasez económica lo que determina si un objeto es valioso o no. Y en particular para los objetos que solo sirven para intercambiar es muy relevante el carácter de Punto Focal. La delimitación y distinguibilidad de un objeto es crucial para traficar con el valor utilizando ese objeto como elemento de coordinación. Este carácter de Punto Focal puede ser más o menos persistente en el tiempo según lo difícil que sea que otro Punto Focal lo desbanque. Y este carácter de Punto Focal y su persistencia es en mi opinión una explicación perfectamente racional de los fenómenos puramente especulativos. 

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