Cumpliendo las previsiones, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales polacas ninguno de los candidatos consiguió más de la mitad de los votos necesarios para resultar elegido para el cargo. Asimismo, los dos candidatos favoritos se enfrentarán en la segunda vuelta del 1 de junio. Con una participación de más del 67 por ciento del electorado, la ligera sorpresa vino, sin embargo, por el reajuste de la influencia anunciada de las fuerzas políticas concurrentes.
Así, la ventaja de cinco puntos a favor de Rafał Trzaskowski ( Coalición Ciudadana -KO) frente a su contrincante más destacado, Karol Nawrocki (Derecho y Justicia – PiS) quedó en un virtual empate. Ambos candidatos, representantes de los dos partidos políticos a quiénes se ha dado en llamar “duopolio”, se repartieron alrededor del 60 por ciento del voto escrutado, si bien la distancia entre ellos se redujo a dos puntos porcentuales[1].
En un tercer puesto, aunque las primeras encuestas le auguraron un apoyo popular superior, respaldado por la multitudinaria asistencia a sus mítines por todo el país, quedó Sławomir Mentzen, del partido Confederación Libertad e Independencia, con un poco menos del 15 por ciento. Curiosamente, a más distancia le siguió su antiguo compañero de filas, Grzegorz Braun, quién se alzó con un significativo 6,34 por ciento. Por su parte, el actual presidente del Sejm (Congreso) Szymon Hołownia obtuvo casi un 5 por ciento; el líder izquierdista fuera de la coalición gubernamental Adrian Zandberg un 4,86 por ciento y cerrando los resultados estimables la vicepresidenta del Senado, la dirigente de Nueva Izquierda, Magdalena Biejat con un 4,23%[2].
En un principio, si las etiquetas de derecha e izquierda que llevaban los candidatos en esta primera vuelta se transfiriesen sin mayores consideraciones a los dos que han superado la criba, el casi desconocido Karol Nawrocki, sustentado por la máquina electoral de Derecho y Justicia (PiS) tendría la victoria en sus manos. No en vano, la suma de su porcentaje de voto a los recibidos por Mentzen y Braun, denominados genéricamente como de derechas, equivaldría prácticamente a más de la mitad del electorado. Las huestes moderadamente europeístas de la Coalición Ciudadana (KO) de Donald Tusk más sus aliados de centro evanescente de la Tercera Vía (Hołownia) así como la izquierda coaligada (de Biejat) e, incluso, la opositora (de Zandberg) tendrían escasas probabilidades de aupar a la presidencia de la República bicéfala a Rafał Trzaskowski.
No obstante, la situación política presenta aristas e incógnitas que solo se resolverán el mismo día de los comicios en segunda vuelta, cualquiera que sea el vaticinio de las encuestas. Los más avisados advierten que la cohabitación del primer ministro Donald Tusk con un nuevo presidente apoyado por Jarosław Kaczyński abocaría a una probable convocatoria de elecciones generales anticipadas, dadas las potestades en esta materia del Jefe del Estado (art. 98 de la Constitución)
Por supuesto que la larga campaña electoral fue calentando progresivamente los ánimos de los contendientes más destacados, tal como se pudo contemplar en los cuatro debates televisados, organizados por medios de comunicación públicos y privados tradicionales, pero transmitidos también a través de distintos portales de internet.
A lo largo de la campaña se hicieron más evidentes los choques entre el presidente saliente afín al partido Derecho y Justicia (PiS) y el gobierno del primer ministro. A pesar de alinearse en grandes cuestiones de política y defensa, durante el escaso año y medio de cohabitación, Andrzej Duda ha opuesto su veto y devuelto, seis leyes aprobadas por el Parlamento a instancia del gobierno de Coalición Ciudadana, Tercera Vía y Nueva Izquierda, dirigido por el primer ministro Donald Tusk[3].
La reversión de las leyes que afectaron la independencia judicial y atentaron contra el Estado de derecho en el marco de las obligaciones asumidas por la República polaca, tal como recordó la Sentencia definitiva del TJUE de 5 de junio de 2023 (Caso C‑204/21) cuentan, aparte de situaciones de hecho consolidadas a lo largo de seis años, con la abierta hostilidad del actual presidente, proclive a defender la labor de los gobiernos que promovieron esas reformas legislativas y torpedearon el cumplimiento de las sentencias del Tribunal de Luxemburgo.
El veto presidencial a la Ley sobre la asistencia sanitaria financiada con fondos públicos, que, entre otras medidas, reducía las cotizaciones empresariales por empleado para la financiación de la sanidad, puso de manifiesto otra división ajena al esquema izquierda/derecha. En efecto, los jóvenes dirigentes del partido Confederación (el candidato Sławomir Mentzen y Krzysztof Bosak) en su línea de defender la desregularización de la economía, abroncaron al presidente por dificultar la actividad de las empresas polacas manteniendo unas contribuciones específicas progresivas, mientras que el líder izquierdista de Razem (Juntos) Zandberg alabó la postura, en consonancia con el criterio del anterior gobierno del PiS, en tanto que, en su opinión, los empresarios deben sufragar el sistema público de salud de esa forma.
A los pocos días de un debate en el que el candidato Karol Nawrocki se manifestó en contra del impuesto catastral y que se conociera que solo había incluido la propiedad de una vivienda en su declaración patrimonial, un diario en internet comenzó a publicar los detalles de una oscura operación formalizada en 2011, mediante la cual, su esposa y él adquirieron un pequeño apartamento municipal del Ayuntamiento de Gdańsk, financiando en un primer momento su compra a un anciano inquilino, quién disfrutaba de un “alquiler social” y tenía el derecho de adquisición preferente a un precio reducido al 10 por ciento del valor, con la condición de mantener la posesión durante al menos 5 años. No obstante, por vivir durante mucho tiempo en una residencia de ancianos pública, parece que el primer adquirente nunca poseyó el apartamento en cuestión. El candidato interesado ha negado hasta ahora toda ilegalidad en la adquisición de la vivienda, la cual finalmente inscribió a su nombre en el Registro de la Propiedad. Este caso de corrupción enfrentó a Karol Nawrocki contra los demás candidatos. Sin embargo, fue Mentzen quien extrajo las conclusiones más políticas del caso[4]
Tres acontecimientos tendrán sin duda una repercusión decisiva en la segunda vuelta de las elecciones para elegir presidente de la República polaca. En un alarde por mantener el pulso con grandes movilizaciones, los estados mayores de los dos grandes partidos han convocado en Varsovia, a la misma hora – el mediodía – del domingo sendas manifestaciones. La posibilidad de enfrentamientos violentos entre los partidarios más enfervorizados de ambos bandos no se puede descartar, en un marco de polarización creciente. Ambos candidatos han anunciado que van a celebrar un debate adicional abierto a todos los canales de televisión y medios que deseen retransmitirlo.
No obstante, la iniciativa más original y audaz desde el punto de vista de la táctica y la comunicación políticas ha partido de los jóvenes de Confederación, encabezados por el candidato Sławomir Mentzen. Dispuesto a convertir el quince por ciento de los votos populares en el fiel de la balanza entre los supervivientes de la primera vuelta, ha invitado a ambos a mantener una conversación en su canal de Youtube sobre ocho puntos “para ayudar a sus votantes a tomar una decisión” en la segunda, a quiénes en todo caso considera maduros para hacerlo por sí mismos sin recomendaciones. De esta manera, asegura Mentzen que se podrán observar no solo la coincidencia o divergencia de opiniones, sino también las razones esgrimidas para sostenerlas y la credibilidad de los candidatos, de forma transparente.
Básicamente, esa lista de objetivos conducirían al futuro presidente a vetar las leyes que aborden las siguientes cuestiones: que suban los impuestos, la tasas parafiscales y las cotizaciones; que limiten el uso del dinero en efectivo y eliminen el zloti polaco; que cercenen la libertad de expresión, de acuerdo a la Constitución Polaca; que autoricen el despliegue de tropas polacas en Ucrania; que ratifiquen la adhesión a la OTAN de Ucrania; que limiten el acceso a las armas de los polacos; que transfieran cualquiera de las competencias de la Republica polaca a la Unión Europea o que ratifiquen nuevos tratados de la UE que debiliten la ponderación del voto y restrinja el derecho de veto de Polonia en la UE (lo cual significa un veto indirecto a la adhesión de Ucrania)
Forzados ambos contendientes a ampliar sus respectivas bases electorales, no solo han aceptado mantener esas reuniones con Mentzen por separado, sino que en el caso de Karol Nawrocki ha declarado su disposición a firmar el documento en señal de aceptación. En definitiva, que las propuestas de un grupo que bascula entre el nacionalismo económico, la defensa de las libertades civiles y económicas y una más que cauta política de defensa pueden convertirse en el programa del futuro presidente de Polonia.
Notas
[1] Concretamente, Rafał Trzaskowski obtuvo un 31,36 %, mientras que Karol Nawrocki recibió el 29,54 % del voto escrutado.
[2] Curiosamente, el periodista Krzysztof Stanowski logró un 1,24 por ciento de los votos, por encima de los candidatos independientes y la política profesional Joanna Senyszyn.
[3] Concretamente, la ley de acompañamiento de la Ley de Presupuestos para el año 2024; la ley de reforma del Derecho Farmacéutico; la reforma de la Ley de Minorías Nacionales y Étnicas, así como las Lenguas Regionales; el proyecto de ley para derogar la ley sobre la Comisión Estatal para el Estudio de la Influencia Rusa ; la Ley sobre soluciones especiales respecto al examen por el Tribunal Supremo de los casos relacionados con las elecciones del Presidente de la República de Polonia y las elecciones parciales al Senado de la República de Polonia convocadas en 2025 y la Ley sobre la asistencia sanitaria financiada con fondos públicos.
[4] En su perfil de X Mentzen indicó que Nawrocki ha mostrado brillantemente cómo funciona el Estado del bienestar. La preocupación de los políticos significa que los pobres se vuelven aún más pobres, los políticos se vuelven más ricos y las personas a las que se supone que deben cuidar sufren graves problemas.
Ver también
Elecciones presidenciales en Polonia (I)