Cooperativismo, empresarialidad, y comunidad: ‘luz a cero’

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En un contexto marcado por los altos precios de la energía y un mercado altamente regulado, la semana pasada se presentó el informe “Luz a cero: cómo eliminar la factura eléctrica con estrategias prácticas”, elaborado por la Asociación Liberal de Estudiantes de Zaragoza.

El informe recoge diversas propuestas presentadas a lo largo de la Semana del Emprendimiento de Zaragoza 2025, en especial el Día de la energía y propone estrategias prácticas para que ciudadanos, empresas e instituciones no solo abaraten drásticamente, sino que incluso eliminen su factura eléctrica.

Origen del informe

La Asociación Liberal de Estudiantes comenzó a preparar este Día de la energía en 2022, año en el que las temperaturas máximas llegaron a 44°C, y las mínimas descendieron a -7°C, que sumados a que el precio alcanzó récords históricos de 204,3 euros por megavatio hora, hizo que la Universidad tuviera que apagar la calefacción a las 18:30.

Según el último informe de gestión de la Universidad de Zaragoza, la institución ha reducido el consumo eléctrico en un 20%, y el consumo de gas en un 40% entre 2019 y 2024. En ese periodo, el autoconsumo de energía eléctrica ha pasado de menos del 1% a un 5%, por lo que la disminución del gasto ha sido conseguida, en gran parte, por la reducción del aire acondicionado y calefacción en las instalaciones universitarias.

La propuesta inicial del Día de la energía era proponer soluciones a la Universidad de Zaragoza para abaratar su factura de la luz. A medida que fue pasando el tiempo, y con todo el proceso de descubrimiento que supuso estos años de trabajo, el evento fue adquiriendo un ámbito más ambicioso, que es universalizar las propuestas del precio de la energía al mayor número de consumidores posibles.

El primero de una serie

El informe anuncia la continuación de este análisis con estudios específicos para distintos sectores como:

  • Centros educativos
  • Agricultura y granjas
  • Fábricas
  • Comercios
  • Negocios hosteleros

El último informe de la serie serán los hogares, ya que, al ser al que más consumidores puede ayudar, debe ser el más elaborado y recoger todo el conocimiento generado en los anteriores. De esta manera, al descubrir cómo adaptar las soluciones a las necesidades particulares de cada sector, ofrece la visión más general de adaptación al punto de consumo más habitual: el hogar.

La clave es la descentralización del modelo energético y la participación ciudadana en la producción y gestión de la energía

El modelo energético actual, descrito en el informe antes del apagón, presenta problemas derivados de una alta regulación, como la dificultad de cálculo económico y la falta de incentivos para la mejora, lo que a menudo se traduce en precios elevados y servicios ineficientes, como ha demostrado el apagón.

Frente a esto, el informe plantea que un modelo más capitalista, libertario y descentralizado, basado en el libre mercado y la propiedad privada, puede conducir a una producción energética más barata y abundante, al tiempo que fomenta la innovación, la eficiencia y el cuidado del medio ambiente.

La propuesta central es convertir a los consumidores en propietarios y gestores activos de los medios de producción de la energía que consumen. Esto se logra a través de diversas estrategias, desde la adopción de tecnologías eficientes en instalaciones y la implementación de sistemas de almacenamiento, hasta la promoción de nuevas formas jurídicas y modelos de inversión descentralizada.

Mejoras en las instalaciones y construcciones

Una vía fundamental para reducir el gasto es optimizar la eficiencia energética de los edificios. El informe destaca tecnologías como:

  • La aerotermia, que aprovecha la energía del aire para climatización, pudiendo reducir el consumo hasta un 75% en calefacción y agua caliente.
  • Los tubos de luz, que permiten maximizar la iluminación natural en interiores, disminuyendo la necesidad de luz artificial, especialmente útil en centros educativos y oficinas con actividad diurna.
  • La envolvente térmica de un edificio, y su mejora a través de ventanas de doble o triple acristalamiento, fachadas ventiladas (que pueden integrar aprovechamiento solar), tejados tipo “sándwich” y suelos térmicos, puede reducir el gasto en climatización hasta un 40%.
  • Las placas solares, pilar del autoconsumo, se presentan como una solución versátil, no solo en tejados, sino también integradas en ventanas transparentes o en fachadas verticales, optimizando el espacio y generando energía limpia.
  • La iluminación LED es otra tecnología accesible que permite un ahorro energético de hasta el 80% frente a bombillas tradicionales, con una vida útil mucho mayor.
  • Los sistemas de gestión energética inteligentes (domótica, IoT) permiten monitorizar, analizar y optimizar el consumo en tiempo real, ajustando el uso de dispositivos y priorizando la energía producida localmente.

Almacenamiento energético: clave para la estabilidad

El almacenamiento es vital para garantizar la estabilidad del sistema, especialmente con energías renovables intermitentes. Algunas de las propuestas recogidas en el informe son:

  • Las baterías, particularmente las de iones de litio, ya que son el sistema más común y versátil, permitiendo almacenar energía solar diurna para uso nocturno y reducir la dependencia de la red.
  • Las baterías inteligentes, que optimizan aún más el consumo y facilitan la participación en redes y mercados de capacidad.
  • La reutilización de baterías, como las de vehículos eléctricos, que impulsa la economía circular y ofrece una opción más económica para el almacenamiento estacionario.
  • El bombeo hidroeléctrico (almacenamiento con agua), ideal para escalas mayores y relevante para regiones con recursos hídricos como Aragón.
  • El hidrógeno verde para almacenamiento a largo plazo.

Producción descentralizada y aprovechamiento de recursos locales

Más allá del autoconsumo individual, el informe aboga por soluciones de producción a pequeña escala que revierten los beneficios a la comunidad. Esto se contrapone a los grandes huertos solares o parques eólicos, criticados por su impacto ambiental, las barreras burocráticas que desincentivan la inversión individual y la concentración de la propiedad, a menudo vinculada al poder político, lo que distorsiona el mercado y los incentivos.

En Aragón, se destacan oportunidades como el aprovechamiento de los saltos de agua no utilizados, que podrían generar energía limpia y constante gestionada por cooperativas locales. La ganadería porcina, pilar de la economía aragonesa, presenta una gran oportunidad para transformar los purines de cerdo de un pasivo ambiental a un activo económico mediante la generación de biogás.

Este modelo, comparado con la historia del petróleo en Texas, demuestra cómo la función empresarial puede convertir un residuo problemático en riqueza. Otras fuentes descentralizadas incluyen pequeños molinos eólicos y el aprovechamiento de biomasa forestal.

La energía generada localmente puede usarse también para servicios en espacios comunes y exteriores, como:

  • Farolas solares con LED
  • Marquesinas para aparcamientos con placas solares (que protegen vehículos y permiten cargar coches eléctricos)
  • Bancos solares para cargar dispositivos
  • Cubiertas verdes con paneles solares
  • Estaciones solares para bicicletas eléctricas
  • Árboles solares

Formas jurídicas y financiación descentralizada: hacia una sociedad de propietarios

Con una fuerte influencia del informe “Hacia una sociedad de propietarios” del Instituto Juan de Mariana, este capítulo del informe plantea que la transformación del mercado energético pasa por modelos legales y financieros que fomenten la competencia y conviertan a los ciudadanos en copropietarios de los medios de producción.

Las comunidades energéticas y, especialmente, las cooperativas energéticas, son figuras clave en este proceso. Permiten agrupar a consumidores y empresas para generar, consumir, almacenar y gestionar energía de forma colaborativa. Las cooperativas, al ser sociedades mercantiles, pueden comercializar excedentes energéticos (algo costoso para particulares debido a trámites e impuestos), generar capital y distribuir beneficios entre sus miembros, incentivando la inversión y la innovación.

Uno de los modelos que inspira esta propuesta es Casa Ganaderos, la empresa más longeva de España que tiene su sede en Zaragoza y que demuestra las cooperativas pueden ser tan rentables y con proyección como cualquier otra sociedad mercantil.

En España tenemos varios ejemplos de cooperativas energéticas como Som Energia, Goiener, Ecooo o EnergÉtica Coop demuestran la viabilidad de estos modelos. Un ejemplo de la demanda de este tipo de proyectos es Cooperativas energéticas, una consultora cuyo modelo de negocio se basa en la creación, puesta en marcha y gestión de cooperativas energéticas.

A partir de la idea de las cooperativas energéticas surgen proyectos como Wott, que ofrece participaciones en cooperativas facilitando al máximo la participación del usuario en una instalación compartida y demuestran cómo el mercado se basa en la cooperación social, entregando un bono energético para una familia desfavorecida por cada diez clientes, siguiendo el principio de subsidiariedad, delegando su gestión en entidades sociales.

Financiar estas iniciativas es crucial, y el informe explora diversas vías de inversión descentralizada,  además de la financiación directa de los cooperativistas, que reduce costes y permite acceso a tecnologías más avanzadas. Entre otras propuestas, se destacan:

  • Crowdfunding: Permite a ciudadanos de todo el mundo financiar proyectos con pequeñas contribuciones.
  • Crowdlending: Financiación mediante préstamos colectivos con retorno de intereses, ideal para proyectos medianos. Plataformas como Ener2Crowd, Flobers o Ecrowd facilitan este proceso.
  • Fondos de inversión especializados y asociaciones de inversores: Ofrecen gestión profesional y acceso a proyectos de gran escala, así como redes de contactos.
  • Compra de acciones o participaciones: Permite a pequeños inversores adquirir partes de proyectos específicos de manera sencilla y transparente.
  • Colaboración entre proyectos empresariales: Propietarios de espacios (naves, granjas, aparcamientos) pueden colaborar con empresas o cooperativas para la producción energética, generando nuevas líneas de ingresos y optimizando gastos.
  • Contratos de renting o leasing: Facilitan el acceso a instalaciones sin una gran inversión inicial.
  • Tokenización de activos energéticos: Utilizando blockchain, permite dividir proyectos en tokens que representan participaciones, haciendo la inversión accesible, transparente y global, incluso desde pequeñas cantidades.

El informe incluso menciona la posibilidad de minar bitcoin con excedentes energéticos, especialmente en instalaciones aisladas de la red, como una forma de rentabilizar la energía producida y generar activos digitales independientes de las decisiones políticas y la inflación. El proyecto aragonés Green Data Chain ya aplica este modelo utilizando biogás de purines.

Un futuro energético descentralizado y libre

En conclusión, el informe “Luz a cero” traza una hoja de ruta hacia un modelo energético donde el consumidor deja de ser un simple receptor para convertirse en un protagonista activo, propietario y gestor. La descentralización, impulsada por la tecnología y las formas jurídicas que permitan la inversión ciudadana y retorno de la inversión, no solo promete abaratar drásticamente la factura de la luz y fomentar la sostenibilidad ambiental, sino que también fortalece la independencia energética y construye comunidades más cohesionadas.

La llamada es a abrazar la competencia y eliminar las barreras que impiden la innovación y la participación, demostrando que el libre mercado es la mejor herramienta para resolver los problemas del sector energético y medioambientales, del mismo modo que la empresarialidad puede transformar lo que antes era un problema (como los purines) en una oportunidad de progreso y riqueza.

El informe, escrito en Aragón, con fuerte influencia del cerdo como uno de los principales motores de la economía y su arraigada tradición cooperativa y de gestión comunal, presenta la región como un escenario idóneo para esta transformación hacia una producción energética en manos de los consumidores. Pero presenta soluciones lo suficientemente genéricas como para ser de utilidad para cualquier persona que tenga interés en ahorrar en energía o, incluso, generar riqueza con ella.

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