No se puede permitir que el 8 de marzo sea liderado por personas, pero sobre todo por ideas, que promueven la colectivización de los recursos naturales y los medios de producción. Sería revertir un modelo económico y político de éxito que está permitiendo tener un proyecto vital a millones de personas, muchas de ellas mujeres.
Como sociedad debemos elegir si queremos ser los Estados Unidos de Franklin D. Roosevelt o una nación fracasada como la Argentina de Perón.
Si el Estado tiene una razón de existir, y ya lo decía Adam Smith, es la de garantizar la seguridad jurídica y seguridad física de sus ciudadanos.
Temamos los cantos de sirena y atémonos al mástil cuando escuchemos a partidos que ante problemas complejos ofrecen soluciones simples.
¿Cómo evitará que la futura renta mínima vital se convierta en un subsidio que forme parte de la estrategia electoral?
Para la óptica liberal, el feminismo se regirá bajo la máxima de permitir a los individuos esforzarse por conseguir aquello que consideren deseable.