El problema de esta vieja Europa parece ser que no se otorga ningún valor especial a la vida humana.

La hemiplejía moral ha llegado a los grandes de internet y está aquí para quedarse.

De que la cultura musulmana pueda tener algo que ver con esto no decimos nada.

No conozco a ningún hombre que quiera a las mujeres «dóciles, sumisas y calladas».

El siguiente paso del control dictatorial de la extrema izquierda sobre nuestra sociedad es dictar qué podamos y qué no podemos decir.