Bitcoin siempre estará ahí, ya no se puede eliminar ni borrar.

Bitcoin es la cucaracha que resiste todo tipo de infección o veneno.

Bitcoin no solo no despilfarra energía, sino que contribuye a que las energías renovables sean más rentables.

Me preocupa que la privacidad de Bitcoin no se desarrolle porque el mercado no la demande.

Bitcoin no supone obligación para nadie, no es el pasivo de nadie, ni tampoco existe o tiene valor por virtud de ningún decreto legal.

El equivalente a tener acceso a Bitcoin no es tener una cuenta corriente en tu móvil sino tener un todo un banco en tu bolsillo.

Lo realmente interesante de ‘proof of work’ es que se trata de un compromiso irreversible que sirve para asegurar la validez de las transacciones.

Respuesta a una de las críticas habituales a Bitcoin: ¿qué pasaría si se modificara el límite máximo de 21 millones?