La Constitución de Pablo Iglesias no es la española
Al igual que los comunistas venezolanos, Iglesias también alaba la Constitución, siempre y cuando le interese.
Al igual que los comunistas venezolanos, Iglesias también alaba la Constitución, siempre y cuando le interese.
Bajo la falsa bandera del feminismo, lo que reclama este movimiento son soflamas que poco o nada tienen que ver con la mujer.
Apenas el 20% de los españoles cree que su cultura es superior a la de otras sociedades.
Lo único que importa a partir de ahora es el sexo de agresor y víctima.
El número de violaciones por cada 100.000 habitantes se sitúa en 2,65, veinte veces menos que en Suecia.
España es uno de los pocos países del mundo en los que la mujer goza de un alto estándar de bienestar.
Mientras los políticos se niegan a abrir este debate, tres de cada cuatro españoles querrían decidir libremente su edad de jubilación.
No, en España no hay presos políticos, sino políticos presos que están imputados por graves delitos.
Los que hoy son escrachados no dudaron en fomentar, defender o, como mínimo, tolerar actos similares.
El no hacer tan típico de Rajoy le ha funcionado muy bien hasta ahora, pero el problema es que los independentistas juegan con las cartas marcadas.