El Instituto Juan de Mariana presenta un nuevo estudio centrado en medir el impacto de la crisis inflacionaria sobre los hogares españoles. Los principales hallazgos de la investigación son los siguientes:
– Bajo la presidencia de Pedro Sánchez, de julio de 2018 a febrero de 2025, la inflación acumula un incremento del 21,3 por ciento. En el caso de los alimentos, la subida observada asciende al 37,9 por ciento. Es la mayor escalada de los precios de las tres últimas décadas.
– Por comparación, el IPC acumulado bajo el gobierno de Rajoy fue de 7,2 puntos porcentuales, lo que supone casi un 70 por ciento menos que durante el mandato de Sánchez. El ritmo de incremento de los precios se ha triplicado desde el dirigente socialista ocupa la presencia del gobierno.
– Si se mide la inflación subyacente, encontramos resultados similares. Dicha rúbrica se ha incrementado un 18,8 por ciento bajo gobierno de Pedro Sánchez, frente a la subida del 7,5 por ciento acumulada durante la Administración Rajoy.
– En tasa anual, el IPC promedio del periodo de gestión de Rajoy asciende al 0,9 por ciento, mientras que el aumento apreciado desde que Sánchez es presidente es tres veces mayor, del 2,6 por ciento, llegándotelo a registrar un pico del 7 por ciento en el dato del IPC para el ejercicio 2022.
– Aunque los salarios se hayan revalorizado un 22,2 por ciento en términos nominales, su evolución una vez se ajustan los precios arroja una mejora testimonial, de apenas un 2 por ciento. Lo que a priori son 6.013 euros de incremento salarial son apenas 663 euros de mejora del poder adquisitivo, de modo que la inflación ha absorbido el 89 por ciento de la subida.
– La decisión de no deflactar el Impuesto sobre la Renta o las cotizaciones sociales para descontar el efecto de la inflación ha tenido un impacto significativo en el poder adquisitivo de los trabajadores. A raíz de esta decisión del gobierno español, el contribuyente promedio paga 2.073 euros más.
– Si tomamos en cuenta el IPC acumulado bajo gobierno de Sánchez y nos fijamos asimismo en el efecto de la progresividad en frío inducida por la no deflactación del IRPF; vemos que el trabajador medio ha perdido 1.410 euros de poder adquisitivo por estos dos motivos. Esto significa que el efecto directo de la inflación y la decisión de no indexar el Impuestos sobre la Renta ni las cotizaciones para descontar la subida de los precios han resultado en un impuesto del 123 por ciento sobre la mejora salarial que podrían haber obtenido los contribuyentes, en caso de que los precios se hubiesen mantenido estables y el IRPF hubiese actualizado según el IPC.
– El nivel de renta per cápita de los españoles suponía el 91,3 por ciento de la renta promedio europea en 2018, cuando Pedro Sánchez llegó al gobierno. Desde entonces, esta rúbrica no solamente no ha mejorado, sino que se ha reducido levemente, hasta caer al 91 por ciento en 2023. España ha caído al puesto 15 del ranking de renta per cápita de la UE y, peor aún, obtiene un resultado crítico en 10 de los 17 indicadores socioeconómicos analizados por la Comisión Europea, puesto que somos el tercer país con mayor riesgo de pobreza, el segundo con mayor cifra de niños en peligro de exclusión social, el segundo con mayor tasa de abandono escolar o el quinto donde menos impacto tienen las transferencias sociales. A esto hay que sumarle que el paro en España casi duplica la media europea, incluso dando por bueno el maquillaje estadístico mediante el cual el gobierno ha reclasificado a cientos de miles de parados efectivos como ocupados. La última Encuesta sobre Condiciones de Vida confirma esta situación y apunta, ademas, que la tasa de pobreza (carecía material severa) ha crecido del 7,7 al 8,3 por ciento entre 2019 y 2024.
– Los hogares que figuran entre el 20 por ciento de menor renta están sufriendo especialmente la incidencia de la inflación. En 2024 gastaron 1.804 euros más para comprar el equivalente a 1.096 euros menos de bienes y servicios. Ha ahí el drama de millones de familias españolas: a raíz de la inflación y a de la política económica, gastan más, pero compran menos. De ahí que a menudo se hable de la inflación como el impuesto invisible.
– El esfuerzo ahorrador de los españoles entre 2018 y 2024 se ha visto mermado por la inflación, que ha reducido en 127.000 millones de euros el poder adquisitivo de los depósitos acumulados en las entidades financieras. En cambio, el gobierno se ha beneficiado del fenómeno inflacionario, aprovechándolo para incrementar la deuda en 419.000 millones y, a través de la subida de los precios, reducir valor real de tales obligaciones.
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