Europa ante la burbuja de la Inteligencia Artificial

Tags :
Share This :

Uno de los fenómenos económicos más interesantes en la actualidad es, no cabe duda, la burbuja de la Inteligencia Artificial. Me atrevo a llamarla así, en primer lugar, porque no soy el primero calificarla de esta forma, y en segundo lugar, porque los números que se publican son verdaderamente mareantes, e invitan a pensar en una burbuja, aunque no la haya en realidad.

Las “burbujas” económicas no son nada nuevo, seguro que han existido durante toda la historia de la humanidad, aunque pocas veces hayan quedado documentadas. Lo digo con tanta seguridad porque la imitación de conductas es algo que tenemos incrustado en los genes, no solo la especie humana sino otras muchas especies animales, lo que corrobora la intuición.

Una “burbuja” económica se produce cuando muchos emprendedores detectan simultáneamente una oportunidad de negocio. Esto puede ocurrir con todos actuando independientemente, pero es más fácil pensar que lo que ocurre es que a unos pocos se les ocurre la idea, y los demás corren a imitarla para no perder la oportunidad.

En todo caso, la consecuencia es que nos pasamos de frenada, y se acumulan muchos más recursos en pos de dicha oportunidad de los que realmente se precisan. Tarde o temprano, los afectados se van a dar cuenta, y en ese momento se pincha la burbuja. Muchos recursos han sido dilapidados, pero unos cuantos sí encuentran cómo dar valor a la sociedad, y a partir de aquí las cosas mejoran, tanto para los emprendedores supervivientes como para el resto de los ciudadanos, que se beneficiarán de los nuevos servicios y productos.

Como se observa, en un mercado no intervenido, las burbujas sectoriales son algo natural y bueno para la mayor parte de la gente. Es la única forma de explorar el uso y valor de una nueva tecnología, pues al ser un proceso de prueba y error, requiere el consumo de grandes cantidades de recursos.

En el caso de la Inteligencia Artificial, las burbujas no son siquiera algo nuevo. Así nos lo confirma Melanie Mitchell, que lleva en el tema desde los 80, en su libro recientemente traducido. Ella habla de ciclos de 5-10 años, en que se suceden “primaveras” e “inviernos” de IA. La descripción que da de estas fases sería directamente aplicable a cualquier otro tipo de tecnología en burbuja.

Lo que sí es completamente nuevo es la basta cantidad de recursos que se está dirigiendo a las expectativas de esta tecnología. Son inversiones colosales, de cientos de miles de millones de dólares, que parece muy difícil que se vayan a recuperar, incluso en escenarios salvajemente optimistas. No es extraña la dimensión, habida cuenta de que en ello están metidas empresas como Amazon, Google, Facebook, Microsoft o Tesla, titanes sin precedentes, y además lo hacen en el contexto de la mayor burbuja monetaria de la historia.

Además, me da la impresión de que todos piensan que esta es una lucha “por el mercado”, y que solo el primero que triunfe sobrevivirá, lo que les ha hecho meterse en lo que los conocedores de teoría de juegos llaman una guerra de atrición, en que seguirán metiendo recursos mientras el cuerpo aguante.

El caso es que, tarde o temprano, la burbuja de la IA estallará y un montón de gente perderá un montón de pasta, como reflejo de todas las ideas relacionadas que no encontraron utilidad en la sociedad. Los que no la pierdan, habrán acertado con los usos útiles de esta tecnología, y lo lógico es que sean retribuidos cuantiosamente por sus esfuerzos. A nadie debería extrañar que aparezca una nueva generación de mil millonarios acompañando a Jensen Huang, uno de los fundadores de NVIDIA, después de esta burbuja.

Llegados a este punto, quien revise el título del artículo se puede sentir engañado. Mucha burbuja y mucha IA, pero nada de Europa, que era lo que prometía. Bueno, cualquiera que esté al tanto del devenir de este sector, sabe que de Europa hay poco o nada que decir. Se pueden escribir libros y enciclopedias sobre IA sin mencionar al Viejo Continente, más envejecido que nunca. 

Lo que sí ha hecho y hará Europa es regular el uso de datos e IA para sus ciudadanos y empresas, porque así nos protege de peligros imaginados por políticos y funcionarios. Por supuesto, es dicha regulación la que ha situado a la Unión Europea fuera del juego, y en una nota al pie de página en la literatura.

Eso tiene la ventaja de que en Europa no se malgastarán recursos buscando esos servicios ganadores, y podremos ser “free riders” (vaya, hoy tengo la teoría de juegos a flor de labios) de los esfuerzos de otros. En otras palabras, en la Unión Europea se va a hacer muy poca aportación al esfuerzo emprendedor, no porque aquí no haya emprendedores, sino porque se ha cercenado la oportunidad de invertir.

Y, sin embargo, los mismos políticos y funcionarios que han impedido nuestra contribución al esfuerzo, arremeterán contra los empresarios exitosos en otros países, ignorando todo el esfuerzo realizado y el riesgo corrido. Les dirán como tienen que hacer las cosas para poder dar servicios en la Unión Europea, y les sancionarán si no lo hacen, aún a riesgo de dejar a los ciudadanos europeos sin estos servicios.

Para eso hemos quedado en Europa, para rapiñear cuando la burbuja de la IA estalle. Qué se le va a hacer. Disfruten de las Navidades y comiencen con buen pie el 2026.

Deja una respuesta