Historia económica (IV): La urbanización de Europa

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El resurgimiento de las ciudades en Europa es un factor clave cuando hablamos de economía. Es un tema muy estudiado en la historiografía. Autores como Jan Vries en La urbanización de Europa, o Arndold J. Toynbee en Ciudades en marcha han tradado en profundidad el tema.

La ciudad europea en la edad moderna no es sinónimo de una economía brillante o de una tecnología más avanzada, las ciudades eran enormes centros de consumo, más que centros de producción. Alrededor de las ciudades surgían una serie de áreas de influencia en las que se desarrollaba una agricultura especializada, áreas cuya función principal era abastecer a estas urbes. Jan Vries consideraba a las ciudades como un “parásito”, concepto que ya había sido utilizado por geógrafos anteriormente.

Vries también delimita las actividades básicas y no básicas. Las actividades básicas de la ciudad se basan en la producción de bienes y servicios para fuera de la ciudad. Mientras que las actividades no básicas son las importaciones de alimentos, transporte… Estudiar la relación entre el sector básico y el no básico nos va a dar la dimensión que tiene una economía urbana, y dependiendo del peso de cada uno de ellos, podremos saber si es una ciudad parasitaria o no.

Urbanización

Pero este análisis tiene un problema, y es la diferenciación entre las actividades básicas y no básicas, ya que en muchas ocasiones no es tan fácil de separarlas. Hay actividades básicas de una ciudad que también pueden favorecer a actividades básicas de otra ciudad. Hay otro inconveniente, que es la computación de bienes y servicios que exporta la ciudad y no son distribuidos como un intercambio comercial, como la educación, la cultura o la justicia.

Podemos encontrar tres rasgos principales de la urbanización moderna. En primer lugar, tenemos la urbanización demográfica. En la edad moderna este tipo de urbanización apenas existió, ya que la población urbana creció muy lentamente. En el siglo XVI sólo había cuatro ciudades de más de 100.000 habitantes, y eran Milán, Venencia, Nápoles y París. Posteriormente, se le unirían ciudades como Roma, Palermo, Londres o Lisboa. Por otra parte, tenemos una urbanización estructural. Aquí hacemos referencia a la configuración de los estados modernos, el desarrollo de los imperios coloniales, la aparición de nuevos centros industriales, además de la integración de todo ello en mercados regionales. El tercer tipo de urbanización sería la cultural, que trata de la difusión del modo de vida urbano a toda la sociedad.

Protoindustria

En el S XVII, las ciudades de la vertiente atlántica van a ser ciudades dinámicas y ciudades prósperas, que de alguna manera van a anunciar las futuras relaciones comerciales con las colonias. Podemos encontrar en áreas protoindustriales ciudades muy dinámicas, donde se irán desarrollando las infraestructuras y las técnicas agrarias. La protoindustrialización influirá mucho en las ciudades, la población de las zonas rurales va a tener la capacidad de generar nuevos ingresos. Estos ingresos adicionales alterarán la edad de matrimonio tradicional, en Inglaterra, por ejemplo, pasará de los 28 a los 24 años, lo que conllevará, a su vez, un aumento de la natalidad. Se dará la circunstancia de que los hogares donde mayoritariamente los miembros trabajaban en la producción industrial tenían más hijos que las familias que simplemente se dedicaban a la agricultura.

El comercio ultramarino se asentará en gran parte de las ciudades importantes.  Este proceso se irá desarrollando en el S XVIII, creándose una jerarquía de centros urbanos que configurará el mundo de la edad contemporánea. En este momento empezará el surgimiento de pequeñas ciudades, protagonistas de la primera revolución industrial. En la segunda mitad del S XVIII podemos afirmar que aproximadamente 200 ciudades se sumaron a la categoría de ciudad de 5.000 a 9.000 habitantes. Por otra parte, más de 100 ciudades alcanzaron una población entre 10.000 y 19.000 habitantes.

En la Europa Occidental de la Edad Moderna podríamos hablar de un momento de crecimiento de las ciudades, un periodo intermedio donde comienzan a aparecer estas urbes, pero sin disolver el mundo rural. Nos encontraremos un sistema urbano poco eficiente pero clave para lo que posteriormente ocurrirá.

Serie Historia económica

(III) Fertilidad y familia en los mundos católico y protestante

(II) La economía en el s. XVI: población y agricultura

(I) Historiografía y consideraciones previas

Juan Navarrete
Author: Juan Navarrete

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