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A favor del egoísmo altruista

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Creo que los liberales deberíamos ser realistas y defender un sistema social con una cierta cantidad de redistribución.

Vale, ya estás dentro del artículo. Has visto el título y has pensado “puede que me interese esto del egoísmo altruista”. Pues tranquilo, no estás siendo víctima del tan famoso clickbait (“cebo de clicks”) en el que el título no tiene nada que ver con el artículo. O bueno, puede que sí un poco, pero ahora que ya estás aquí, ¡creo que te interesará leerlo!

Los que ya me conocéis, sabréis que llevo en la batalla por las ideas de la libertad aproximadamente cinco años. A lo largo de este viaje intelectual he escuchado voces muy diferentes, desde anarcocapitalistas hasta liberales clásicos, pasando por los objetivistas o paleolibertarios. Después de horas grabando y editando conferencias y entrevistas, además de charlas informales en varias universidades de verano, puedo decir que tengo menos conocimiento ahora que cuando entré en el mundo liberal. Es decir, cuantas más ramas conozco del pensamiento liberal, más me doy cuenta de la amalgama intelectual que entraña la escuela de pensamiento de las ideas de la libertad.

Dejadme comentaros que a lo largo de estos años en los que he ido viajando por España y Europa ayudando de una manera u otra a dignificar el movimiento liberal muchas personas me han hecho “la” pregunta: “Y tú, ¿qué eres?”. Cuando me hacían esta pregunta, normalmente no sabía qué contestar. O decía algo como “creo que hay buenos y malos puntos en las diferentes tesis liberales”. Pero el pasado julio tuve el honor de entrevistar a Daniel Lacalle, al que le espeté la mencionada pregunta “y tú, ¿qué eres?”, a lo que me respondió unas palabras que me hice instantáneamente mías. Me dijo: “A mí me gusta lo que funciona”. Qué reflexión tan simple y tan certera.

Entiendo que si todos queremos que haya libertad individual y ausencia de coacción, aquí la pregunta concreta no debe ser qué sistema debemos implantar, sino que sencillamente debemos preguntarnos qué es lo que funciona y aplicarlo. Y aquí es donde yo introduzco el concepto que utilizo como título de este artículo. Creo que lo que funciona es el egoísmo altruista, ya que puede que cierta cantidad de altruismo en nuestra sociedad sacie nuestro afán egoísta que todos tenemos como individuos.

¿Qué quiero decir con esto? ¿Quiero decir que creo que el Estado debe tener un peso fuerte en la economía y la vida civil y que no puede haber otro sistema posible? No. Si sostuviera este principio, estaría poniendo por encima los principios a la realidad y creo que esto sería bastante deshonesto por mi parte. ¿Quiero decir entonces que el anarquismo de libre mercado es un sistema desechable ya que cree en la falsa concepción de que no habría coacción en un sistema sin obligatoriedad centralizada? Sí y no. Es decir, sí creo que aspirar a vivir en un sistema sin monopolio del poder es un fin más que digno. Pero lo que me estoy preguntando abiertamente aquí y ahora es si es factible llegar a tal punto de libertad individual sin cierta cantidad de egoísmo altruista, es decir, sin ningún tipo de red de seguridad o una safety net hayekiana.

Si ahora mismo estás confundido con el uso deliberadamente contradictorio de los términos egoísmo y altruismo, intentaré explicártelo mejor. Creo que a cualquier persona de bien y con ciertas aspiraciones morales, debe indignarle la pobreza, la exclusión social injustificada o la inseguridad ciudadana. En pocas palabras, creo que la igualdad ante la ley tiene aplicabilidad entre los iguales. Es decir, creo que hay un argumento moral a favor de cierta redistribución para con los discapacitados o las personas en riesgo de exclusión social, ya que estos no son iguales ante la ley, ya que no están en disposición de competir y prosperar como los demás.

A pesar de que estas palabras puedan sonar buenistas o incluso socialistas-igualitaristas, creo que cierta redistribución nos sacia egoístamente. Si yo no quiero ver pobres, ni bolsas de personas apartadas de la sociedad, ni ir por la calle con miedo a que me atraquen… es principalmente por motivos egoístas. Sí, lo habéis oído bien. Cuando veo las tasas de desempleo, analfabetismo, de profesionalización o de acceso a carreras o trabajos cualificados, egoístamente quiero que mi vecindario, mi barrio, mi ciudad, mi país o mi mundo sean más ricos, más cultos y más dignos.

Supongo que algunos de vosotros os preguntaréis: ¿y qué pasa con los incentivos? Si garantizamos derechos para ciertas personas de la sociedad, ¿cómo podemos asegurar que el sector privado no se sentirá vilipendiado? ¿Qué pasa si es más rentable percibir dinero de los que sí producen? Creo que estas son preguntas más que legítimas, pero que otra vez tienen una respuesta relativamente simple: el egoísmo.

Pensémoslo: ¿qué es lo más egoísta a lo que puede aspirar una persona con ambición, educación y aptitudes? Pues a que le dejen trabajar, prosperar, tener un camino de vida y que no se sienta menospreciado o, en el peor de los casos, parasitado por grupos organizados. Pero esta persona también querrá contratar a trabajadores con una formación profesional y una ética del trabajo digna y bien articulada. Esta persona querrá andar por la calle con seguridad o que su hija pueda volver a casa desde el colegio sin aparentes problemas. Tampoco querrá que se formen guetos, bolsas de pobreza o que sencillamente a su vecino le vaya mal.

Por otra parte, ¿qué es lo que quiere una persona que ha tenido mala suerte en la vida? ¿Qué es lo que quiere un joven cuyos padres han muerto o están en prisión? ¿Qué es lo que quieren los jóvenes o los padres de barrios pobres en los que hay inseguridad o drogas…? Todos quieren un futuro mejor en el que cada persona pueda ser independiente y vivir la vida que cada uno considere coherente con su proyecto de vida.

Pero entonces aquí la pregunta es: ¿cómo se llega a eso? Si lo perezoso intelectualmente suele ser el espetar el ya clásico “que lo haga el Estado”, a veces veo que muchos liberales caen en esa pereza intelectual al creer que el mercado puede solucionarlo todo. Es decir, apelar a la espontaneidad no suele ser la solución más honesta y funcional, además de que realmente se vende muy mal. Quizás debamos aspirar a buscar un sistema que sea un punto intermedio entre ideas y realidad, entendiendo que la libertad individual es el principio máximo al que debemos aspirar, pero a su vez debemos ser conscientes de que la realidad es compleja y que no existen fórmulas estáticas y simples.

En resumen: si lo que buscamos son sistemas que funcionan, debemos buscar puntos de equilibrio en los que el ciudadano normal pueda ver que sus necesidades egoístas-altruistas están satisfechas, ya sea cuando ves que tu barrio es más seguro, que tu vecino puede superar ese bache vital con mayor facilidad o encontrando trabajadores o compañeros de trabajo que no se encuentren en situación de necesidad extrema.

Creo que es ético y sobre todo funcional plantearse seriamente una defensa moral de la red de seguridad como contrapunto a las externalidades de este sistema pseudocapitalista y clientelar en el que vivimos. Creo que los liberales (o como mínimo los liberales a los que les resuenen mis palabras) deberíamos ser realistas y defender un sistema social con una cierta cantidad de redistribución, ya que esta garantiza un ecosistema para una libre competencia sana con derechos individuales. Además, dicho sea de paso, nos libraríamos de la etiqueta de antisociales o excesivamente egoístas que tanto daño hace a la difusión masiva de estas ideas.

31 Comentarios

  1. Me parece que la
    Me parece que la argumentación presentada en este artículo es muy ambigua, en cierto modo contradictoria y con algunas inconsistencias doctrinarias. Entiendo la buena intención, pero aceptar los criterios aquí planteados supone no haber llegado a comprender cabalmente cómo opera una economía de mercado…

    • explícame qué es lo que no
      explícame qué es lo que no entiendo. por favor.

    • No entendés cómo es que el
      No entendés cómo es que el propio mercado genera los incentivos para resolver los problemas que querés resolver por medio de la redistribución… Por lo demás, estás planteando algo así como la obligación -al menos, moral- de ser altruista, lo cual es una contradicción. Y, finalmente, estás omitiendo considerar que en un sistema genuino de mercado, con la prosperidad que de su aplicación se deriva, la solidaridad privada y voluntaria seguramente generaría soluciones satisfactorias para los casos de aquellas personas que quedan excluidas de participar en el proceso de intercambios, de modo que los casos en los cuales la intervención del estado con fines de garantizar la salud o la educación básica de quienes no puedan pagarse esos servicios por su cuenta serían tan escasos que resultarían irrelevantes

    • No entendés cómo es que el
      No entendés cómo es que el propio mercado genera los incentivos para resolver los problemas que querés resolver por medio de la redistribución… Por lo demás, estás planteando algo así como la obligación -al menos, moral- de ser altruista, lo cual es una contradicción. Y, finalmente, estás omitiendo considerar que en un sistema genuino de mercado, con la prosperidad que de su aplicación se deriva, la solidaridad privada y voluntaria seguramente generaría soluciones satisfactorias para los casos de aquellas personas que quedan excluidas de participar en el proceso de intercambios, de modo que los casos en los cuales la intervención del estado con fines de garantizar la salud o la educación básica de quienes no puedan pagarse esos servicios por su cuenta serían tan escasos que resultarían irrelevantes

  2. En Kurzgesagt hicieron un
    En Kurzgesagt hicieron un videito al respecto, no se si ya te lo cruzaste:
    https://www.youtube.com/watch?v=rvskMHn0sqQ
    Un argumento egoísta para hacer del mundo un lugar mejor – Altruismo Egoísta
    Lindo artículo.
    Saludos 🙂

  3. Lo que se lee últimamente por
    Lo que se lee últimamente por aquí es desalentador. Ha bajado el nivel y el pudor intelectual, está claro. Ya se defiende sin tapujos el liberalismo socialista, que no es una paradoja sino un peligroso y brutal oxímoron.

    Pero vamos a ver, chaval ¿no te has parado a pensar un momento que el crimen puede funcionar? De manera particular y a corto plazo, casi siempre lo hace. No te hagas la picha un lío: el liberalismo bien entendido es simplemente una apuesta ética radical que excluye TODO INICIO DE VIOLENCIA sin lugar a la menor excepción. No es cierto que existan muchos tipos de liberales, sino unos poquísimos que lo son de verdad y una mayoría de oportunistas sedicentes que se ufanan de cabalgar contradicciones.

    Como esa soplapollez a la que algunos dan pábulo de que pueden existir argumentos morales a favor del robo u otro tipo de crimen. Claro que sí, pero eso no lo convierte en bueno, sino como mucho en un circunstancial mal menor que siempre se debe expiar; lo que de ninguna manera podrá utilizarse como justificación plausible de coerción sistemática. Quien coaccione a favor de discapacitados o desafortunados es un peligroso criminal -sin perjuicio de que resulte tal vez providencial- que siempre deberá rendir cuentas ante la ley con independencia de la oportunidad de sus actos.

    Después como remate o colmo de los colmos pretendes convencernos cual vulgar socialista al uso de que el robo y demás sevicias son por nuestro bien, olvidando que ya somos mayorcitos y sabemos decidir lo que nos conviene sin necesidad de tutorías, echando por tierra la inmensa evidencia teórica y empírica que demuestra la eficacia de la libertad –buena por sí misma- o ausencia de inicio de coacción. Justificar la violencia porque hay mierda crea nueva mierda y nueva violencia, y así nunca vamos a romper el círculo vicioso.

    Si te preocupa que los necios te tachen de antisocial o excesivamente egoísta, pero no que la lógica denuncie tu incoherencia, tienes un problema como liberal en ciernes. Si lo que te gusta es la política y las contradicciones en los términos, desengáñate y afíliate a cualquier partido.

    • qué tono tan conciliador el
      qué tono tan conciliador el tuyo para tener un debate sano, eh!! XD

    • No vengo a hacer amigos ni a
      No vengo a hacer amigos ni a caer simpático, pero aparte de herir sensibilidades también dejo caer algún que otro argumento

  4. Ignasi buen artículo, el
    Ignasi buen artículo, el problema de gente como Berdonio es que ni siquiera tienen claro porque defienden la libertad, a menudo la defienden desde un punto de vista exclusivamente individual, es decir, defienden la libertad porque saben que para ellos es indispensable para su felicidad, pero les da absolutamente igual lo que pasa a su alrededor, o las consecuencias de sus actos. Parecen creer que el único bien común objetivo es la libertad, y que todo lo demás es subjetivo. Si al eliminar una ley, aumentara la delincuencia y hubiera más pobreza, probablemente lo único que argumentarian sería que la situación es mejor, por tener una ley imperativa menos.

    La gente como Berdonio son los hooligans que toda ideología tiene, y que resulta útil como anclaje, para que no nos desviarnos mucho del camino, pero que desde luego también son un lastre para la consecución de nuestros objetivos, pues su visión del mundo es excesivamente teórica y muy poco pragmática; son un lastre que hay que soportar con estoicismo.

    • gracias por tu comentario. sí
      gracias por tu comentario. sí que es cierto que uno se encuentra con varios NPC libertarians xD

  5. Javiac, llevas parte de razón
    Javiac, llevas parte de razón. La verdad es que no tengo ni busco un motivo para defender la libertad más allá de considerarla buena en sí misma y me hace feliz que nadie violente a mis semejantes inocentes y pacíficos. Si al proteger la vida de un niñito aumentara la delincuencia, hubiera más pobreza o desatara la furia de los dioses, no por ello lo arrojaría a las fieras. Primero la vida del niño, y sólo después me ocuparía del otro problema con absoluto desprecio de quien me instara a resolverlo sacrificando a un inocente. Y estoy seguro de que tú también.

    Estoy seguro de que tú tampoco necesitas de un motivo extrínseco para defender ciertas cosas, como, por ejemplo, la vida de tus seres queridos, y te importarían un rábano las consecuencias negativas que ello pudiera reportar aunque las hubiera.

    Nada más estúpido que el consecuencialismo que se permite hablar de buenas y malas consecuencias sin haber definido la bondad sin circularidad, porque proponer que las buenas consecuencias son las que acarrean buenas consecuencias no lleva a ninguna parte. Resulta muy fácil y cómodo escudarse en un nebuloso bien común que nadie define. Yo sí lo hago, llevas razón: el único bien común objetivo posible es la libertad o ausencia de coacción inicial, es decir, la coexistencia de múltiples intereses individuales, y todo lo demás que se pueda aducir meros intereses parciales disfrazados de generalidad.

    Pero yerras absolutamente cuando insinúas que me opongo a las leyes imperativas, dices. Me opongo a las pseudo leyes fascistas que pretenden eliminar la delincuencia y la pobreza siendo ellas mismas delincuentes y empobrecedoras, ¿o acaso puede existir mayor pobreza que verse encerrado en una jaula aun de oro? Así que no digas que no me importan las consecuencias; me importan tanto o más que a vosotros, pero una cosa es eso y otra que se pretenda justificar la peor consecuencia general a largo plazo apelando a parciales y particulares consecuencias egoístas a corto (consecuencialismo).

    Y por tratar de ser íntegro y coherente me llamas hooligan; por iluminaros para que no hagáis el ridículo me llamas lastre, y por cantaros cristianamente las verdades con tono desabrido para excusaros una imposible respuesta resulta que soy un monigote de videojuegos que no da juego o no sé qué rayos. Pues vale, otra cosa no pero algo de juego sí que doy.

    • Genial masterpiece ,
      Genial masterpiece , disonante de la lógica de las masas ( lease Ignasi , Javiac, et al) y diáfana incorrección política.

  6. Estimado Ignasi . Debes
    Estimado Ignasi . Debes replantearte seriamente los principios mas elementales de la filosofía de la libertad. pues pareces tener una confusión de aquellas.
    Hombre, no puedes decir que «para ser menos egoístas debemos adoptar políticas sociales redistributivas» Vaya!! lo dices al mejor estilo populista de izquierdas…quien distribuira? la oligarquia? Pareces el Sumo populista Bergoglio y su ejemplar caridad redistributiva, violadora de los sagrados mandamientos . Este quiere robar a unos para dar a otros ignorando el séptimo mandamiento.
    ….Y dices: …»apelar a la espontaneidad no suele ser la solución más honesta y funcional, además de que realmente se vende muy mal. «…. Para ti , cual es la solución mas honesta ? La regulación del mercado ? que según veo, te la han «vendido muy bien» los socialistas de siempre.
    Estas sobre adoctrinado por el establisment o cortejas a las instituciones porque se venden mejor ? Deberías intentar un pasaporte ruso o chino, En esos paraísos de la libertad en los que lo»institucional» se vende mejor porque es lo único que no esta prohibido vender, creo te sentirías como pez en el agua.

    Debes aceptar que los que aquellos a quienes llamas lastres o hooligans son los verdaderos y únicos actores de la sociedad; quienes ejercen el singular y valioso liderazgo pragmático de lograr que las ideas de la libertad se hagan realidad……aunque a veces hay que soportarlos 😉

    Deja ese punto medio de los mediocres, necesitamos guias, no palmeros de un statu quo lejos del ideal.

  7. XD Berdonio, en cuanto al
    XD Berdonio, en cuanto al primer párrafo estoy totalmente de acuerdo, en un sistema democrático tienen que existir límites a lo que la voluntad popular puede hacer, y has puesto un ejemplo claro de algo inaceptable en cualquier democracia liberal. Pero tu error consiste en considerar que todos los derechos básicos (vida, libertad y propiedad) son equiparables, pues no lo son; no es comparable quitar una vida a robar unos euros. Y tu me estas diciendo que prefieres defender la propiedad de los contribuyentes antes que salvar vidas con ese dinero. Y que conste que estoy a favor de la privatización de todo el estado del bienestar, pero con una reforma bien estructurada y que garantice que nadie se queda por el camino. Y eso significa que no podemos llegar a nuestro objetivo de la noche a la mañana (mi objetivo es lograr un estado pequeño y que no cobra impuestos, pues se financia con sus activos financieros).
    Que opinas de los siguientes objetivos sociales, o bien común? ¿crees que hay alguien que esté en contra de ellos, y de haberlo, crees que se debería tener en cuenta a ese ser psicopata y asocial?:
    Lograr el pleno empleo
    Maximizar el incremento de la productividad y con ella salarios y beneficios
    Incrementar la esperanza de vida y la esperanza de vida con buena salud
    Que nadie muere por no tener recursos para financiar la asistencia sanitaria (y hay soluciones contra los free riders)
    Lograr una mayor movilidad social (que los pobres no tengan barreras legales o sociales para escalar de posición)
    Seguridad ciudadana y poca violencia en las calles
    Estabilidad de precios
    Que desaparezca la pobreza extrema
    Que la clase trabajadora sea propietaria de crecientes cantidades de capital.

    Crees que el estado debe mantenerse neutral a todo esto aunque suponga un empeoramiento del bienestar de toda la sociedad, o debe procurar facilitar al máximo la consecución de estos objetivos?

    • No, Javiac, no prefiero
      No, Javiac, no prefiero defender la propiedad de los contribuyentes antes que salvar vidas con ese dinero. Vengo diciéndolo por aquí desde hace bastante –la última en mi comentario a Ignasi- y no tengo inconveniente en repetirlo lo que haga falta. Robaría sin ninguna duda para salvar una vida y animo a ello, pero después hay que ponerse a disposición judicial y asumir la pena correspondiente por la hazaña, porque parece que queremos ser héroes y que nos salga gratis.

      Cuando saltarse la ley constituya un mal menor, hay que hacerlo, y después ponerse en manos del verdugo o disponerse a pasar una temporadita en el trullo, tras indemnizar por los daños ocasionados. Lo improcedente sería demandar licencia para violar la ley impune y sistemáticamente bajo la presunción de que es por una noble causa. ¿Qué te parecería si yo, después de sermonearos con la necesidad de robar para alimentar a un hambriento, solicitara inmunidad para apropiarme a discreción de cuanto estime conveniente, pues deberíais pensar que mis buenos motivos tengo? Eso es lo que hace el Estado, por pequeño que sea, y el socialismo; un argumento bien pueril para justificar la coacción.

      Me hablas de los que se quedan en el camino. Coño, para eso están los seguros y la caridad cristiana sin necesidad de instituir una mafia. Todos estamos de acuerdo en que hay que asistir a los necesitados, así que hay algo muy contradictorio en tratar de imponer lo ya consensuado. Y algo muy cínico en justificarse apelando a una pobreza y necesidad que el intervencionismo no cesa de crear. ¡No socorran tanto, por Dios, basta con que dejen de causar miseria!

      No te percatas, Javiac, pero todas esas lacras sociales que citas se deben única y exclusivamente a la violencia y a la coacción. Por tanto, una vez erradica ésta desaparecerían ipso facto.

      El desempleo, la pobreza subsanable y males derivados, los privilegios, la excesiva inseguridad, la inestabilidad económica y el subdesarrollo y todos los problemas sociales que te puedas imaginar no son una plaga bíblica o una catástrofe natural: los causamos nosotros con nuestra imbecilidad y desidia, y por eso no necesitamos que nadie los resuelva –mucho menos un criminal con aureola como el Estado-, basta con dejar de provocarlos.

      Me preguntas si el Estado debe permanecer pasivo aunque ello nos perjudique y yo te niego la mayor: su pasividad sólo puede beneficiarnos.

    • Berdonio, estoy de acuerdo en
      Berdonio, estoy de acuerdo en que es la sociedad civil quien debe en primer lugar ayudar a los necesitados, pero puede haber casos en los que aún a pesar de que la gente quiera ayudar, debido a errores de descoordinación, la gente necesitada no reciba la ayuda que la sociedad voluntariamente le ofrece, o que la sociedad equivocadamente crea que los recursos destinados a los desfavorecidos son suficientes, cuando no lo son, y que como consecuencia mucha gente sufra o muera innecesariamente. Por eso es positivo que el estado ofrezca una ayuda subsidiaria y cierta coordinación con normas dispositivas.
      Cualquier persona de buena fe, lo verá como una garantía de que nadie lo pase excesivamente mal (nuestro lado empático), y como un seguro ante cualquier error de juicio que pudiéramos cometer y que nos dejará en una situación de extrema vulnerabilidad. Aquellos que no quieren contribuir, son o bien unos psicópatas (que honradamente no les interesa el bienestar de sus congéneres), o bien free riders; y siendo así, qué sentido tiene preocuparse por las reclamaciones de aquellos que admiten que no les preocupa el bienestar general, sino única y exclusivamente el suyo, y te estan diciendo que te preocupes de su bienestar mientras te espetan que ellos no van a hacer lo propio.
      Cuando dices que consideras lo más correcto que una vez solucionado el problema apremiante con dinero “robado”, el ladrón debería ir a la cárcel, es un ejemplo de exceso de teorización. Como vas a enviar a la cárcel al 90% de la población? y porque debería ese 90% sentir el más mínimo remordimiento por obligar a un grupo de asociales a contribuir como el resto, o marcharse de la sociedad?
      Es cierto que todos lo objetivos que he comentado antes, se pueden lograr principalmente con más libertad, pero no únicamente con ella, cierto sentido común también es necesario.
      Para mejorar la salud de la población pueden ser necesarios algunos nudge, para garantizar la red de asistencia básica es necesario algo de redistribución, para incrementar los activos financieros de la población, son necesarias algunas leyes imperativas de ahorro mínimo obligatorio etc.
      En resumen, la libertad es el elemento más importante para el bienestar social, pero no el único, y en ocasiones si solo nos centramos en maximizar la libertad se puede empeorar la calidad de vida general.

    • La diferencia esencial entre
      La diferencia esencial entre una relativamente eficaz asistencia humanitaria privada y una estatal desastrosa es que la segunda utiliza el robo para financiarse. En principio, ambos compartimos la premisa de que el robo es por lo general malo y sólo excepcionalmente admisible cuando constituya un evidente mal menor; esto significa, primero, que el perjuicio que acarrea devengue objetivamente menor que el que se produciría sin su comisión y, segundo, que no exista alternativa menos lesiva. Por consiguiente, la existencia de raros y contadísimos casos de robos morales de ninguna manera justificaría una redistribución estatal permanente, sistemática y sin ningún tipo de fiscalización o coste disuasivo para sus promotores, por mucho que se ciñera a la mera asistencia humanitaria de discapacitados y desafortunados o se le diera un ilusorio y nominal carácter subsidiario. Este simple argumento echa por tierra todo el artículo que ha dado pie a nuestro debate.

      Una vez que permites que una pseudojusta redistribución se te cuele, ya no hay quien le pare los pies; por eso el tema es fundamental y no una simple cuestión de mercadotecnia.

      Para ti es un dogma que no hay seguro privado ni alternativa razonable al auxilio criminoso estatal, lo cual resulta muy sorprendente procediendo de alguien que dice comprender la eficacia del mercado, y que estar metido en una jaula sano y bien alimentado supone la indiscutible culminación del bienestar objetivo. Me voy a centrar en lo segundo. Cada persona tiene derecho a decidir por sí misma qué le hace feliz sin admitir criterios ajenos; esto es el primer mandamiento de un liberal y negarlo nos aboca al enfrentamiento permanente. Por ello, si apelas a un interés general distinto de esta libre capacidad de elegir nuestra propia felicidad, entrarás en colisión con quien tenga otra idea de un bienestar cifrado en el aseguramiento de diferentes estándares concretos de vida sobre los que resulta imposible ponerse de acuerdo.

      Que no se pueda encarcelar a Fuenteovejuna no legitima los linchamientos ni al Estado. Te digo que un comendador malvado no justifica la ley de Lynch –por circunstancialmente bien que deviniera su asesinato- y me replicas que no se puede ajusticiar a Fuenteovejuna ¿Y qué?

      Estás cegado con intereses particulares que confundes con el general. ¿Por qué hay que mejorar la salud de la población? Que cada cual gestione la suya, y si yo estimo más conveniente una buena borrachera que una buena salud ¿quién eres tú para contradecirme? ¿Quién eres tú para determinar la red de asistencia básica en oposición a otro que la aumente o disminuya? ¿Quién eres para imponer el nivel de ahorro correcto?

    • errata: puse «devengue»
      errata: puse «devengue» queriendo decir «devenga»

    • Un sistema subsidiario, está
      Un sistema subsidiario, está estructurado para funcionar sólo cuando el responsable principal (en este caso la sociedad civil), no logre por sí sola cumplir con sus objetivos. Así que idealmente no habrá redistribución, pero sí la disposición a llevarla a cabo de ser necesario.

      Hay infinitas formas de alcanzar la felicidad, pero si hay variables comunes, que desde luego no perjudican a nadie; tener salud y dinero, no nos garantiza felicidad, pero desde luego no nos hace más infelices. Así que procurar (mayormente sin obligar), que la población tenga mejor salud, sea mínimamente prudente con sus recursos y su planificación financiera a largo plazo, no es algo que deba perjudicar a nadie.

      El problema son los errores de juicio de la muchas personas, y su impacto en el resto de la sociedad. Que no quieras ahorrar para la vejez no me preocuparía, si supiera que ya tienes recursos para sobrevivir en la tercera edad (o si tuvieras una enfermedad terminal); pero si no los tienes, si me preocupa, pues probablemente te convertiras en una carga para la sociedad, que tendrá que ayudarte a través de ONGs o del estado (en cualquier caso te estarás aprovechando). Así que ciertas obligaciones legales de ser mínimamente responsable son razonables, y estoy convencido de que en el fondo tú también lo ves.

      Pero por otro lado, bajemos al mundo real, ¿que quieres hacer con los pensionistas de hoy, quitarles la pensión? ¿o dejarlos sin asistencia médica, sabiendo que ningún seguro privado los aceptaría? ¿qué quieres hacer con la educación, eliminar por completo las ayudas del estado y obligar a las familias a costear un gasto con el que no contaban cuando tuvieron a sus hijos? Estoy de acuerdo con cambiar de modelo, pero hay que tener en cuenta el impacto de nuestras acciones.

  8. Cesar, sinceramente, ¿que te
    Cesar, sinceramente, ¿que te resulta más convincente, cuando articulista liberal defiende que la espontaneidad del mercado solucionará un problema, o cuando te dan una solución de mercado para dicho problema? El liberalismo no es una religión que deba exigir fe, es una filosofía que debe ofrecer resultados. Y en ocasiones por pereza intelectual, nos quedamos en “el mercado proveerá”, en lugar de pensar como empresarios sociales cuales pueden ser las formas de lograrlo.

  9. A todos los que comentan:
    A todos los que comentan: ¿Cómo pasar del mundo de las ideas a la realidad práctica? Teorizar y debatir sobre ideas está muy bien; qué puede hacer un ciudadano de a pie, ése es el interrogante.

    • Aprendiz: Buena pregunta (…
      Aprendiz: Buena pregunta (… y aun mejor nick). Creo que Javiac hace un comentario interesante al final del último artículo diario de Ignacio Moncada: https://www.juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/cuatro-errores-economicos-demasiado-extendidos
      Creo que el autor de este artículo (Ignasi Boltó) y este Instituto Juan de Mariana son un ejemplo de ese «bien hacer», aunque nadie somos perfectos ni estamos en posesión de la verdad. Hayek, por ejemplo, tras las críticas que recibió entre otros de su maestro Mises por La constitución de la libertad, rectificó algunos puntos y fue más allá y escribió la magna «Derecho, legislación y libertad».

    • Leído el enlace y el
      Leído el enlace y el comentario de Javiac, siguen surgiendo dudas… ¿Es cierto, pues, que el campo de acción del liberalismo es (o ha sido) eminentemente la economía? Si es así, es una pena, pues partidos liberales potentes sanearían mucho el escenario político actual, aunque sólo fuera por romper polaridades.

      Por otro lado, plantear un acercamiento desde la emoción es interesante en sí mismo, aunque surgen nuevos inconvenientes, como pueden ser radicalismos o fanatismos (ambos se alimentan de emociones), así que necesitaríamos primero una buena educación en inteligencia emocional para luego poder hablar desde este prisma, ¿no?

      Y de los cuatro sesgos de los que habla el artículo, bueno, como dice mi nombre, estoy aprendiendo aún, pero me da la sensación de que el argumentario sigue en el mundo de las ideas…

    • Leído el enlace y el
      Leído el enlace y el comentario de Javiac, siguen surgiendo dudas… ¿Es cierto, pues, que el campo de acción del liberalismo es (o ha sido) eminentemente la economía? Si es así, es una pena, pues partidos liberales potentes sanearían mucho el escenario político actual, aunque sólo fuera por romper polaridades.

      Por otro lado, plantear un acercamiento desde la emoción es interesante en sí mismo, aunque surgen nuevos inconvenientes, como pueden ser radicalismos o fanatismos (ambos se alimentan de emociones), así que necesitaríamos primero una buena educación en inteligencia emocional para luego poder hablar desde este prisma, ¿no?

      Y de los cuatro sesgos de los que habla el artículo, bueno, como dice mi nombre, estoy aprendiendo aún, pero me da la sensación de que el argumentario sigue en el mundo de las ideas…

    • Leído el enlace y el
      Leído el enlace y el comentario de Javiac, siguen surgiendo dudas… ¿Es cierto, pues, que el campo de acción del liberalismo es (o ha sido) eminentemente la economía? Si es así, es una pena, pues partidos liberales potentes sanearían mucho el escenario político actual, aunque sólo fuera por romper polaridades.

      Por otro lado, plantear un acercamiento desde la emoción es interesante en sí mismo, aunque surgen nuevos inconvenientes, como pueden ser radicalismos o fanatismos (ambos se alimentan de emociones), así que necesitaríamos primero una buena educación en inteligencia emocional para luego poder hablar desde este prisma, ¿no?

      Y de los cuatro sesgos de los que habla el artículo, bueno, como dice mi nombre, estoy aprendiendo aún, pero me da la sensación de que el argumentario sigue en el mundo de las ideas…

    • Siento haberlo repetido hasta
      Siento haberlo repetido hasta tres veces.
      Humanos 0 – 1 Máquinas

    • Aprendiz: Estoy de acuerdo
      Aprendiz: Estoy de acuerdo contigo en que no solo es economía. Es muchísimo más… (pero quizás explicar los procesos desde la economía sí es más fácil, es casi pura matemática).
      Todos nos planteamos esas mismas preguntas. Mira, el autor del artículo que enlazo a continuación, Jp Cortez, ha conseguido gracias a un índice comparativo relativamente sencillo que los diferentes estados de EE.UU. compitan por presentarse como más respetuosos con el dinero, impulsando pequeños cambios en la buena dirección desde la sociedad civil: menos impuestos, más libertad. Aquí en España sería impensable.
      https://mises.org/wire/securing-better-money-through-currency-competition

  10. Aprendiz 1: Creo que los
    Aprendiz 1: Los siguientes dos enlaces creo que pueden servirnos de orientación para entender el espíritu de los tiempos de transición que nos ha tocado vivir (diagnóstico), y para «pasar del mundo de las ideas a la realidad práctica»:
    – Entrevista a Michel Maffesoli (que acaba de impartir en Valencia la conferencia «Libertad y control social»): https://blogs.mediapart.fr/emmanuel-tugny/blog/031218/lheure-du-malgre-tout-entretien-avec-michel-maffesoli
    – Libro «Boundaries of Order», de Butler Shaffer: https://mises.org/library/boundaries-order-private-property-social-system
    No son aproximaciones «austriacas», pero sí se complementan muy bien con la aproximación teórica austriaca. Creo.


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