Skip to content

Bitcoin es una mercancía

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

El significado más popular y extendido de mercancía es un bien puesto a la venta para su posterior utilización o consumo. Sin embargo, la RAE define mercancía como «cosa mueble que se hace objeto de trato o venta», siendo «cosa mueble» algo tangible o intangible que se puede mover. En la misma línea, el diccionario Merrian Webster define commodity como «something useful or valued». Como explicaré en este artículo, la definición más precisa de mercancía es aquello que poseemos con el único propósito de venderlo. Después, es posible que el siguiente comprador tenga la intención de venderlo o consumirlo. Si el comprador lo revende, sigue siendo una mercancía. Si lo consume, deja de ser una mercancía y pasa a ser un bien de consumo.

Es decir, el carácter de mercancía no es intrínseco al propio bien, sino una relación que tenemos con ese bien. En concreto, esa relación consiste en que el bien solo tiene valor de venta para mí, no tiene valor de uso, no lo quiero consumir.

Los servicios son un tipo de mercancía no tangible, que normalmente solo son mercancía para el proveedor del servicio y directamente son un bien de consumo para el comprador. Por ejemplo, el asesoramiento jurídico o un servicio de corte de pelo. La mayoría de nosotros producimos bienes y servicios que no queremos autoconsumir, y probablemente además no podríamos, aunque quisiéramos. Un abogado podrá autoconsumir sus servicios en muy pocas ocasiones. O un gran productor de trigo solo puede consumir una fracción ínfima de su producción, o incluso nada si es celiaco.

Las sociedades pobres de pura subsistencia apenas comercian y en ellas circulan muy pocas mercancías. Sus individuos no producen mucho más allá de lo que autoconsumen. La proliferación de mercancías es fruto del desarrollo del comercio, la especialización y la división del trabajo. No es concebible el comercio sin el concepto de mercancía, ni tampoco el concepto de mercancía sin el comercio.

Hay algunas mercancías que por sus características permanecen circulando en el mercado y no se consumen, pasando indefinidamente de mano en mano. Son el máximo exponente del concepto de mercancía y podríamos llamarlas mercancías «puras». ¿Y por qué no se consumen? Porque casi siempre tienen más valor como instrumento para hacer intercambios que valor de uso, y, por tanto, las atesoramos con el único propósito de venderlas más adelante.  La existencia de mercancías «puras» es la prueba de que la esencia del concepto de mercancía nada tiene que ver con que el bien se consuma o no.

¿Y qué características tienen estas mercancías puras para que las demandemos solo para venderlas?. Suelen destacar en todas o muchas de las siguientes características: Duraderas, fáciles de transportar, fáciles de verificar, divisibles, fungibles, difíciles de falsificar, baratas de almacenar, su oferta es limitada de manera que muy poca cantidad puede tener mucho valor, etc.

Este tipo de mercancías son las que sirven para facilitar el comercio, son el lubricante o catalizador de los intercambios comerciales. Según el tipo de intercambio y las circunstancias se utilizan unas mercancías u otras. Y las que son más fácilmente intercambiables suelen llegar a ser dinero. Históricamente las primeras solían tener además valor de consumo (ganado, sal, trigo) y según se ha ido sofisticando el comercio se iban seleccionando mercancías más especializadas en el puro intercambio (metales preciosos, billetes convertibles, moneda fiat).

Pero no todas las mercancías puras son dinero en el sentido de medio de intercambio generalmente aceptado. Por ejemplo, el oro en monedas o lingotes hace ya décadas que no es dinero según esta definición, pero sigue siendo medio de intercambio si lo adquiero hoy, no con la idea de consumirlo, sino con el único propósito de intercambiarlo por otra cosa dentro de varios años. A esto lo llamamos depósito de valor, pero es importante darse cuenta que un depósito de valor no es más que un caso particular de medio de intercambio donde simplemente transcurre más tiempo entre la adquisición y la venta.

Quisiera dejar claro que cuando digo «medio de intercambio» me estoy refiriendo a medio de intercambio indirecto, en oposición al intercambio directo o trueque. Por ejemplo, en lugar de intercambiar trigo por naranjas, intercambio trigo por sal, y meses después intercambio la sal por naranjas. La sal de este ejemplo es un medio de intercambio tanto en el espacio (trigo por naranjas), como en el tiempo pues adquiero sal en agosto y la vendo en enero. Y la sal no es dinero mientras no sea medio de intercambio generalmente aceptado, pero que no sea generalmente aceptado no implica que yo no lo haya utilizado como medio de intercambio indirecto.

Es preciso tener en cuenta que el mero hecho de intercambiar trigo por naranjas implica una ganancia para mí, me ha hecho más rico. Valoro más las naranjas que tendré en invierno que el trigo que me sobra totalmente hoy en verano (y viceversa para el productor de naranjas).

Bitcoin es una mercancía pura y además digital. Muchos califican a Bitcoin como bien especulativo, pues solo sirve para comprar y vender. Y esto último es correcto, pero es que esto es así para absolutamente todas las mercancías mientras son mercancías. Y atención, una mercancía que además pueda tener aparentemente valor de consumo no garantiza en absoluto su valor. ¿Cuántas veces los productores tienen que desechar sus mercancías porque no las demanda nadie? ¿Cuántas veces se inventa un producto de consumo nuevo que, siendo sin ninguna duda mercancía para su inventor, no pasa de ser un prototipo? ¿Cuántos habrían calificado a Satoshi de inventor chiflado cuando  en 2009 nadie, salvo él y algún cypherpunk loco más, atesoraba Bitcoin? El concepto de mercancía implica sí o sí especular con el futuro y asumir riesgos. Toda mercancía es especulativa por definición.

Lo que muchos no comprenden es que el valor de una mercancía pura deriva de los intercambios que puede facilitar. Es decir, su valor presente es el del valor neto que aporten los intercambios que se estima la mercancía intermediará en el futuro. Igual que la Bolsa de Madrid también deriva su valor de los intercambios que intermediará en el futuro. Y más difícil aún de ver es cuando la mercancía se utiliza no tanto para los intercambios en el espacio sino sobre todo para los intercambios en el tiempo con el menor riesgo y coste posible (menor riesgo de impago, inflación de la oferta, deterioro físico, gastos de almacenamiento y mantenimiento, etc). Y es que además, estos intercambios en el tiempo son los más difíciles de llevar a cabo por la gran incertidumbre que conllevan, por tanto, un bien que facilite dichos intercambios puede llegar a ser muy valioso. La incertidumbre es mayor porque, a diferencia del dinero, su intercambio es menos frecuente y más lejano en el tiempo. ¿Bitcoin podría ser idóneo para el intercambio intertemporal?. Es posible. Yo creo que por sus propiedades es un excelente candidato.

El problema es que tanto si esa candidatura se materializa con éxito como si Bitcoin es un bluf absoluto, en los dos casos veremos exactamente lo mismo en el precio: Volatilidad. ¿O es que si algo va a ser muy valioso en el futuro no tiene todo el sentido que sea hoy objeto de la especulación más salvaje?  El mercado no suele vender duros a cuatro pesetas. Así que, al que se le ocurra apostar por Bitcoin como mercancía pura (no necesariamente como dinero), le tocará apechugar con el coste y la angustia de su volatilidad, por mucho que al final acabe acertando.

Los que a pesar de lo explicado en este artículo sigan pensando que una mercancía pura es algo inútil, no entiendo como pueden afirmar que Bitcon es una burbuja a partir de un precio determinado. No tiene sentido. Si algo es inútil, será una burbuja a cualquier precio. Tendría más sentido que afirmaran, en mi opinión, que Bitcoin es siempre una burbuja, más o menos «caliente» según el momento, pero siempre una burbuja.

Ahora bien, independientemente de si Bitcoin encaja o no en el concepto de mercancía pura, concluir que una mercancía pura es inútil y que no aporta ningún valor añadido, creo que solo es posible si no se comprende bien el valor del comercio y sobre todo la enorme dificultad que supone transmitir o conservar valor en el tiempo.

2 Comentarios

  1. Las perlas de conchas se llevan usando para el comercio desde hace milenios por sociedades distintas. ¿Qué valor de uso tienen estos coleccionables? Ninguno. Llamarlas una «mercancía pura» es un artificio lingüístico que no explica su origen. En efecto, Mises y Menger atribuyen el origen del dinero a mercancías «impuras» como el centeno: ¿de qué forma puede algo como el bitcóin, que ni siquiera tiene existencia material, convertirse en dinero?

    El problema de la teoría austríaca es que intenta reducir un fenómeno social transcultural a un fenómeno cultural. No se puede razonar objetivamente acerca de la conducta humana si pensamos como miembros de una cultura o sociedad, con criterios sociológicos como «generalmente aceptado». Las perlas de conchas son *moneda* porque habilitan intercambios indirectos entre grupos dispersos. Internet no es una sociedad de computadoras sino un sistema de comunicación para individuos o grupos dispersos: https://alethes.net/journals/money-is-a-token-of-cooperation/

    La teoría austríaca, como el «dinero», pertenece al pasado, a una época de sentimientos nacionalistas; el bitcóin pertenece al siglo XXI.

    • En la definición de mercancía de Menger, añadir «pura» efectivamente no tiene demasiado sentido. Para Menger una mercancía es aquello destinado al intercambio. Punto. Y dice expresamente que si el propietario decide usarla o consumirla deja de ser una mercancía.

      Añadir «pura» es una provocación a los austriacos Miseanos (en ese sentido admito que si, que es un artificio lingüístico), que tienen una concepción de mercancía opuesta a la de Menger.

      Y no, Menger no atribuye el origen del dinero a mercancías «impuras», sino al carácter de mercancía de un bien que es independiente de si tiene algún valor de consumo o no.


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos

Sobre la expansión crediticia conjunta

Una de las críticas al argumento de la expansión crediticia simultánea es que, eventualmente, los medios fiduciarios emitidos en exceso acabarían siendo devueltos al banco (reflujo) mediante el mecanismo de las cámaras de compensación.