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Chandran Kukathas: libertad, individualismo y secesión

Publicado en El Confidencial

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“La sociedad libre descrita por el liberalismo es una colección de comunidades con reglas que reconocen la libertad de asociación».

El nombre de Chandran Kukathas probablemente no resulte demasiado evocador para el lector español medio. Tampoco para el lector liberal español medio. Y ello a pesar de que este pensador malasio, catedrático de Ciencia Política en la London School of Economics, probablemente sea uno de los filósofos liberales más sólidos, brillantes y originales de la actualidad: una referencia intelectual de primer orden para todo el espectro de la familia liberal, desde los partidarios de un Estado limitado que sea respetuoso con las diferentes opciones vitales de las personas hasta los más firmes defensores del anarcocapitalismo.

Para Kukathas, el liberalismo es una filosofía política que da respuesta al problema de la diversidad humana —diversidad en sus proyectos existenciales y en sus heterogéneas concepciones morales— mediante la defensa de instituciones que permitan la coexistencia pacífica de todos los individuos. En otras palabras, el liberalismo no busca eliminar o unificar todas las heterogéneas concepciones individuales de buena vida y de buena sociedad: simplemente busca que se toleren entre sí. Como ya indicara Nozick, el liberalismo es un marco para las utopías, esto es, un conjunto de meta-normas que habilitan a que cada cual trate de organizar su vida como considere más adecuado con la única limitación de respetar cómo los demás desean organizar sus respectivas vidas.

Ahora bien, dada la pluralidad de concepciones morales de los individuos, ¿cómo conseguir que el Estado articule una concepción de justicia que sea compartida y superimpuesta a todos ellos? ¿Cómo conseguir que el Estado teja una ley común a todos los ciudadanos que lo integran al tiempo que respeta su radical diversidad? ¿Cómo compatibilizar, en definitiva, orden y libertad? La respuesta de Kukathas es que el Estado no debe tratar de construir un código jurídico unificado —presidido por una determinada concepción dominante de bien común—, sino que debe respetar la descentralización de su autoridad política en cuantas asociaciones de individuos se constituyan a través de la libre asociación. La sociedad liberal es una sociedad tan abierta a la diversidad como para tolerar el policentrismo, esto es, la multiplicidad de centros de poder organizados internamente de acuerdo con su propio código normativo: es lo que Kukathas denomina un “archipiélago de distintas comunidades dentro de un océano de tolerancia recíproca”.

Por supuesto, Kukathas no es el único filósofo que plantea desvincular la legitimidad política de la acción estatal, es decir, no es el único filósofo que se opone a la soberanía estatal: para los comunitaristas, por ejemplo, la legitimidad reside en la comunidad, sea ésta religiosa, histórica o nacional. Desde esta perspectiva, son las comunidades, construidas en torno a un ethos social determinado, las que determinan las reglas a las que se someten sus miembros. Esa es, de hecho, la idea de fondo detrás del multiculturalismo: la defensa de la autonomía política de cada comunidad cultural y de la necesidad de que todas ellas coexistan en pie de igualdad. En este sentido, el nacionalismo político no sería más que otra modalidad del multiculturalismo: una donde la soberanía se le atribuye a la nación y donde se rechaza la existencia de una autoridad suprema legitimada para regular las relaciones entre naciones (las cuales deberán o coexistir pacíficamente o batallar en guerras imperialistas).

Kukathas, empero, rechaza de plano la perspectiva comunitarista y su corolario multicultural: para el filósofo malasio, el multiculturalismo no defiende una sociedad verdaderamente abierta donde cada individuo pueda perseguir su particular proyecto de vida, sino una yuxtaposición de sociedades cerradas. Respetar el multiculturalismo es respetar la legitimidad de un grupo a esclavizar a algunos de sus integrantes. Al cabo, en la medida en que cada individuo se ve adscrito por fuerza a una determinada comunidad cultural, cada individuo deviene rehén de aquel grupo al que pertenece por arbitrio de la naturaleza. Por eso Kukathas reputa al comunitarismo —en sus muy diversas vertientes colectivistas, incluida la reivindicación nacionalista del Estado-nación como origen de la legitimidad política— como uno de los principales enemigos del liberalismo y de las sociedades auténticamente abiertas.

Así, frente al estatismo jurídico que pretende organizar la sociedad alrededor de la soberanía del monopolio territorial de la violencia y, también, frente al comunitarismo político que busca estructurar la vida social alrededor de los valores que tradicionalmente han constituido cada comunidad, Kukathas reivindica una interpretación del liberalismo basada, primero, en la soberanía individual —el sujeto de derecho último no es ni el Estado ni la comunidad, sino cada persona— y, subsiguientemente, en la libre asociación política: precisamente porque cada individuo es soberano para vivir de acuerdo con sus creencias (libertad de conciencia), cada individuo ha de ser también libre para asociarse o desasociarse con otros individuos que compartan o que rechacen su visión sobre la sociedad.

En sus propias palabras: “La sociedad libre descrita por el liberalismo no constituye una unidad social estable o sometida a una doctrina compartida. Es, más bien, una colección de comunidades (y, por tanto, de autoridades) que se han asociado en torno a reglas que reconocen la libertad de los individuos a asociarse cómo y con quién quieran”. La defensa del cosmos hayekiano frente a la taxis constructivista. Los liberales anarcocapitalistas reconocerán inmediatamente su modelo de sociedad en tales palabras; los liberales minarquistas, al desconfiar de la estabilidad de una sociedad sin Estado, encontrarán en ellas una poderosa razón para limitar la autoridad del Estado únicamente a supervisar y regular la libertad de asociación y de autoorganización dentro de aquellos entramados institucionales sobre los que ese Estado ejerza su monopolio de la violencia.

En suma, la obra de Kukathas constituye un tesoro que todo liberal debería atreverse a explorar. En el caso de España, además, supone todo un reto para aquellos liberales que, por un lado, se oponen —con razón— al liberticidio que supone el nacionalismo catalán pero que, por otro, reivindican la unidad política de España como el fundamento último de nuestras  libertades. Si verdaderamente nos oponemos al nacionalismo, no cabe otra opción intelectual que abrazar un derecho individual a la separación política: reivindicar la comunidad española frente a la comunidad catalana es caer en la retórica tramposa del comunitarismo; es reducir el debate a la contraposición de soberanías nacionales cuando la única soberanía que debería defender el liberalismo es la del individuo.

Chandran Kukathas ofrecerá una conferencia magistral en el Instituto Juan de Mariana el viernes 2 de febrero a las 16.30.

10 Comentarios

  1. Bravo Rallo. Un verdadero
    Bravo Rallo. Un verdadero liberal libertario no podría estar más de acuerdo con esta filosofía. La única soberanía es la individual. Defender un nacionalismo, sea español o catalán, es ser parte de la masa orteguiana arreada por el ancho camino de servidumbre.

  2. Hay que decir que esas
    Hay que decir que esas nociones tipo: «el liberalismo no busca eliminar o unificar todas las heterogéneas concepciones individuales de buena vida y de buena sociedad» o «La sociedad libre descrita por el liberalismo no constituye una unidad social estable o sometida a una doctrina compartida» se pueden conseguir igualmente en el libro «Political Liberalism» de John Rawls

    • ¿Conseguir nociones? ¿Pero
      ¿Conseguir nociones? ¿Pero qué demonios querrá usted decir, buen hombre?

    • Quise decir, más exactamente,
      Quise decir, más exactamente, que las ideas, nociones, concepciones… sobre la filosofía liberal que el artículo menciona -el liberalismo como filosofía política que da respuesta al problema de una sociedad con una pluralidad de doctrinas comprehensivas razonables…- son la columna vertebral de las conferencias que luego fueron cristalizadas en el libro «Political Liberalism» de John Rawls.

      Por lo tanto, aquellos lectores interesados en tales ideas o nociones de la filosofía política liberal, además de leer a Kukathas,* podrían encontrar interesante tal libro de Rawls. En lo personal siempre agradezco la recomendación o referencia de alguna lectura.

      Creo que no he dicho nada polémico y espero haber aclarado el punto, mi pomposo amigo.

      *Debo decir que en algunas de sus conferencias en la LSE sobre filosofía moral, las cuales he tenido el placer de asistir, Kukathas ha enfatizado su carácter rawlsiano al menos en este punto en cuestión.

    • Quise decir, más exactamente,
      Quise decir, más exactamente, que las ideas, nociones, concepciones… sobre la filosofía liberal que el artículo menciona -el liberalismo como filosofía política que da respuesta al problema de una sociedad con una pluralidad de doctrinas comprehensivas razonables…- son la columna vertebral de las conferencias que luego fueron cristalizadas en el libro «Political Liberalism» de John Rawls.

      Por lo tanto, aquellos lectores interesados en tales ideas o nociones de la filosofía política liberal, además de leer a Kukathas,* podrían encontrar interesante tal libro de Rawls. En lo personal siempre agradezco la recomendación o referencia de alguna lectura.

      Creo que no he dicho nada polémico y espero haber aclarado el punto, mi pomposo amigo.

      *Debo decir que en algunas de sus conferencias en la LSE sobre filosofía moral, las cuales he tenido el placer de asistir, Kukathas ha enfatizado su carácter rawlsiano al menos en este punto en cuestión.

    • Quise decir, más exactamente,
      Quise decir, más exactamente, que las ideas, nociones, concepciones… sobre la filosofía liberal que el artículo menciona -el liberalismo como filosofía política que da respuesta al problema de una sociedad con una pluralidad de doctrinas comprehensivas razonables…- son la columna vertebral de las conferencias que luego fueron cristalizadas en el libro «Political Liberalism» de John Rawls.

      Por lo tanto, aquellos lectores interesados en tales ideas o nociones de la filosofía política liberal, además de leer a Kukathas,* podrían encontrar interesante ese libro de Rawls. En lo personal siempre agradezco la recomendación o referencia de alguna lectura.

      Creo que no he dicho nada polémico y espero haber aclarado el punto, mi pomposo amigo.

      *Debo decir que en algunas de sus conferencias en la LSE sobre filosofía moral, las cuales he tenido el placer de asistir, Kukathas ha enfatizado su carácter rawlsiano al menos en este punto en cuestión.

    • Quise decir, más exactamente,
      Quise decir, más exactamente, que las ideas, nociones, concepciones… sobre la filosofía liberal que el artículo menciona -el liberalismo como filosofía política que da respuesta al problema de una sociedad con una pluralidad de doctrinas comprehensivas razonables…- son la columna vertebral de las conferencias que luego fueron cristalizadas en el libro «Political Liberalism» de John Rawls.

      Por lo tanto, aquellos lectores interesados en tales ideas o nociones de la filosofía política liberal, además de leer a Kukathas,* podrían encontrar interesante ese libro de Rawls. En lo personal siempre agradezco la recomendación o referencia de alguna lectura.

      Creo que no he dicho nada polémico y espero haber aclarado el punto, mi pomposo amigo.

      *Debo decir que en algunas de sus conferencias en la LSE sobre filosofía moral, las cuales he tenido el placer de asistir, Kukathas ha enfatizado su carácter rawlsiano al menos en este punto en cuestión.

    • Relacionar a un pseudo
      Relacionar a un pseudo liberal legitimador de la socialdemocracia como Rawls con la soberanía individual no creo que sea polémico sino directamente erróneo y capcioso. Si bien Rawls trató de encontrar un consenso de mínimos que permitiera el pluralismo o coexistencia pacífica de lo que llamó diversas doctrinas comprehensivas razonables, la solución contractualista de tipo roussoniano a la que llegó –basada en la artificiosa idea de un contrato social original firmado tras un velo de ignorancia- supone que el individuo cedió su soberanía al pueblo.

      O sea, que no mezclemos churras con merinas. Si Kukathas gusta de enfatizar su carácter rawlsiano, creo que se está desacreditando, pero allá él. Lo que no me parece correcto es confundir a la gente interesada en la libertad animándola a leer sin espíritu critico a sus tergiversadores.

  3. Stefan Zweig ,escribe dos
    Stefan Zweig ,escribe dos años antes de suicidarse «El mundo de ayer,memorias de un europeo». En 1942 piensa que Hitler ganara la guerra y tiene a su mujer enferma ambos se suicidan en Brasil . Describe su vida en Viena su ciudad desde 1881 y el incremento de nivel de vida continuo dentro del imperio Austro-Húngaro. La guerra de 1914 deja un país Austria que ha perdido gran parte de su territorio. La segunda guerra mundial Austria es ocupada por la Alemania nazi y el final de esta triste historia ya la conocemos. Siempre defendia no pertenecer a ningún país,es un pensador plurinacional,pero es entonces cuando es ya un apátrida cuando lamenta la ruptura de su país y los movimientos secesionistas. Recordemos también las teorías de Pi y Margall ,que en España nos llevaron a la creación del cantón de Cartagena , la disputa entre Jaén y Córdoba por un pueblo , el intento de separación de la Andalucía Occidental,la propuesta de unión de Galicia con el norte de Portugal,etc. todo muy cutre y dentro de la teoría de juegos de perdedores.

    • Creo que no ha entendido
      Creo que no ha entendido usted na de na, Emiliano


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