Skip to content

Comprendiendo el SAREB

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

Comentario diario basado en la entrevista que realizaron al autor en la Crónica de Sevilla.

Un poco de historia. ¿De dónde nace el SAREB?

Durante la burbuja financiera propiciada por la inyección de crédito artificialmente barato por parte de los bancos centrales mediante la reducción de tipos de interés, la banca tuvo la capacidad de expandir del crédito muy por encima del nivel de ahorro. Esto permitió a las entidades financieras reducir los intereses a los que ofrecían crédito a largo plazo, como por ejemplo, el interés de las hipotecas, que cayó del 6,5% en 2001 al 3% en 2004.

Como consecuencia, la demanda de crédito se disparó, pero no así los tipos de interés (como cabría esperar), que se mantuvieron bajos pese a la fuerte demanda. Esto se acabó traduciendo en un aumento del endeudamiento de las familias y empresas (promotoras inmobiliarias y empresas adyacentes) que fueron los agentes que demandaron y recibieron ese crédito artificial. Sin ir más lejos, en el año 2007 alrededor de un 65% de los créditos que daba la banca se orientaron hacia el ladrillo directa o indirectamente. Cerca de 1,2 billones de euros (más del 100% del PIB de España) estaban destinados a financiar al ladrillo fuertemente sobrevalorado.

Por lo tanto teníamos a la banca hiperendeudada a corto plazo para ofrecer préstamos a largo plazo (un peligroso maturity mismatch en toda regla) a unos deudores que sólo podrían pagar si continuaba la exuberancia crediticia y que además poseían activos sobrevalorados como garantía (vivienda y suelo). Un vez se acabaron las fuentes de financiación por el inicio de la crisis internacional, la morosidad aumentó por el paro y el quiebre de empresas, las garantías de los préstamos empezaron a depreciarse y los bancos empezaron a deteriorar su solvencia ya que sus activos disminuían notablemente frente a sus pasivos.

Y aquí entre en juego el SAREB. 

¿Qué es exactamente el SAREB? 

El SAREB, el famoso "banco malo" (que no es un banco sino una entidad gestora de activos), es uno de los tres instrumentos que ha creado el gobierno para rescatar a la banca. El objetivo es limpiar los balances de los bancos con problemas inyectando dinero para adquirir estos activos tóxicos (créditos a promotores e hipotecarios principalmente) con gran descuento, y posteriormente intentar sacarlos al mercado durante los próximos 15 años a precios superiores. 

¿Logrará su objetivo? 

Escuchando a miembros del gobierno, puede parecer que el SAREB es un negocio redondo: compro unos activos a precio bajo y luego los vendo a un precio bastante más alto, y además capitalizo a los bancos. Lamentablemente, esto se asemeja más al timo del entierro (con los contribuyentes como timados) que a otra cosa.

El principal inconveniente es que el gobierno obliga a las entidades a venderles los activos tóxicos al precio y en las condiciones que decida el FROB. Por tanto, dejan de existir las valoraciones y precios de mercado para ser sustituidas por valoraciones políticas totalmente arbitrarias. ¿Qué consecuencias tiene esto? Como estos activos se van a comprar a precios sobrevalorados (lógicamente), el SAREB obtendrá pérdidas porque solamente se podrán dar salida a los activos a precios menores a los adquiridos. Estas pérdidas serán asumidas por los contribuyentes, ya que supondrá haber transferido capital de los ciudadanos a los bancos. Si por el contrario los activos se adquiriesen a precios muy bajos (cosa extremadamente improbable), supondría realizar una quita a accionistas y acreedores de la entidad, que presumiblemente llevaría a su quiebra y a su posterior nacionalización. 

¿Será positivo para la economía? 

El resultado será altamente negativo debido a que se van a retener esos activos fuera del mercado durante 15 años, lo que supone frenar el necesario ajuste de precios de estos activos a la baja y poder ser utilizados en otros planes de negocio y líneas productivos de la economía. Además el acceso a la vivienda será claramente más difícil. Es la consecuencia de cometer el error de intentar mantener los precios de burbuja o semi-burbuja de esos activos.

Jugar a reemplazar al mercado supone actuar con una (fatal) arrogancia que tiene sus consecuencias. Podemos evadir la realidad, pero no podemos evadir las consecuencias de evadir la realidad (Ayn Rand).

Experiencias en otros países como Irlanda 

En Irlanda, se ha aportó al NAMA alrededor de 40.000 millones de euros (más del 25% de su PIB) para adquirir préstamos ‘basura’ y activos ‘tóxicos’ por valor de 78.000 millones de euros (60 % de descuento).

De momento el vehículo acumula pérdidas de unos 1.000 millones y reconoce un deterioro en el valor de sus activos de 1.490 millones en 2010 y de 1.270 millones en 2011. Por tanto, el deterioro total (en relación su coste de adquisición) ya es del 2.750 millones, alrededor del 9% sobre sus activos iniciales. No parece que los precios de los activos se estén revalorizando demasiado… 

¿Alternativas posibles? 

El rescate bancario no debería recaer sobre los contribuyentes, como está ocurriendo actualmente, en donde las pérdidas se están socializando como hemos señalado anteriormente. Las pérdidas bancarias deben recaer sobre los acreedores de los bancos mediante quitas directas o, principalmente, mediante la capitalización de deuda (bail-in). Esto significa en convertir a los acreedores en accionistas convirtiendo la deuda en equity. Es decir, se cobra en títulos de propiedad. La conversión debería ser ordenada y escalonada, convirtiendo en primer lugar toda la deuda subordinada, siguiendo por deudas garantizadas, cédulas hipotecarias y otros pasivos, y dejando depósitos a la vista en último lugar. Lo ideal es tocar poco éstos últimos para no poner en peligro el sistema de pagos y cobros (que es una de las dos funciones importantes de la banca). Es lógico que los acreedores más perjudicados sean los poseedores de deuda subordinada, ya que por su naturaleza están los últimos en el orden de prelación en caso de quiebra del banco. Han asumido más riesgo a cambio de rentabilidades mayores. Son los primeros que deben asumir las pérdidas.

¿Cuál es el mejor y el peor de los escenarios?

Cuando se toman decisiones tan injustas y antieconómicas como la creación de un "banco malo", el resultado sólo puede ser malo y perjudicial. No hay aspectos positivos.

Lo mejor que podría pasar sería que esos activos se vendieran e introdujeran en el mercado lo antes posible con el descuento que fuera necesario. Pensar que esos activos pueden mantenerse a precios de burbuja o semi-burbuja es propio de personas que desconocen por completo las causas y soluciones de los ciclos económicos.

Conclusiones o alguna información que pueda esclarecer más sobre este tema

La cuestión de fondo es quién paga y asume las pérdidas de los bancos. Mi opinión es que estas pérdidas deberían ser asumidas por los acreedores, y no por el resto de ciudadanos que no hemos tenido nada que ver.

Diría como conclusión que necesitamos un modelo de sociedad verdadera y genuinamente capitalista, es decir, que las ganancias y las pérdidas sean privadas. Lo que vemos a diario es que todo el mundo disfruta de las ganancias de sus inversiones, pero cuando obtiene pérdidas intenta que las asuman y paguen los demás. De esta forma la sociedad se vuelve injusta, infantil y poco próspera.

@jmorillobentue

Entrevista realizada por Lola Cebolla @lolacebolla

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos

Trump 2.0: la incertidumbre contraataca

A Trump lo han encumbrado a la presidencia una colación de intereses contrapuestos que oscilan entre cripto Bros, ultraconservadores, magnates multimillonarios y aislacionistas globales. Pero, este es su juego, es su mundo, él es el protagonista.