Skip to content

David Boaz (1953-2024)

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

Por Diogo Costa. El artículo David Boaz (1953-2024) fue publicado originalmente en FEE.

He recibido con gran pesar la noticia del fallecimiento de David Boaz, amigo, mentor y gigante intelectual del movimiento libertario. Miembro distinguido del Instituto Cato, el influyente trabajo y liderazgo de Boaz dio forma al movimiento libertario moderno y defendió los principios perdurables del liberalismo clásico.

A lo largo de sus 43 años en el Instituto Cato, David Boaz sirvió de piedra angular moral para un liberalismo que se tomaba en serio la tradición liberal más amplia. Como becario y más tarde empleado a tiempo completo en Cato, fui testigo directo de la potencia intelectual de Boaz y de su labor pragmática y productiva como editor y mentor de una generación de académicos. Su libro Libertarianism: A Primer, posteriormente actualizado como The Libertarian Mind, ejerció una enorme influencia en mí y en muchos otros. Tuve el honor de trabajar en la traducción de la obra de Boaz al portugués, y se convirtió en un libro clave para influir en una nueva generación de libertarios en mi país natal, Brasil.

El liberalismo en su contexto

El libertarismo de Boaz era persuasivo e histórico. En lugar de defender una visión estrecha y sectaria, situaba el libertarismo en el contexto más amplio del liberalismo, presentándolo como una manifestación de principios antiguos. La insistencia de Boaz en remontar los orígenes del liberalismo clásico a la Revolución Científica sirvió de recordatorio de que el liberalismo debe seguir siendo una filosofía de aprendizaje para mantener su vigencia. Abogó contra el libertarismo nostálgico, afirmando que no hubo una edad de oro del libertarismo, ni siquiera en la fundación estadounidense. En cambio, subrayó la importancia de seguir progresando, sobre todo en la ampliación de la libertad y las oportunidades para los grupos marginados.

Cuando se le preguntó por el mayor logro del libertarismo, Boaz señaló inicialmente la abolición de la esclavitud, y luego amplió su punto de vista, subrayando que «someter el poder al imperio de la ley» era la razón de ser subyacente del movimiento libertario, del que el abolicionismo era un logro muy notable. Reconoció que «la eterna lucha de la Libertad contra el Poder nunca terminará» y que «siempre habrá gente que quiera vivir su vida en paz, y otros que quieran usar el poder para imponer sus agendas».

David Boaz reconoció que siguen existiendo desafíos a la libertad, como «la continua falta de valores de la Ilustración en gran parte del mundo, los insostenibles estados del bienestar en los países ricos y los intereses que luchan contra la reforma, el deseo recurrente de instituciones políticas centralizadas y verticalistas como la Eurozona, la teocracia islamista y la propagación de respuestas “populistas” y antilibertarias al cambio social y a la crisis económica». Sin embargo, se mantuvo optimista, afirmando que «el libertarismo ofrece una alternativa al gobierno coercitivo que debería atraer a las personas pacíficas y productivas de todo el mundo».

Fernando

Aunque a menudo pesimista a corto plazo, Boaz era un optimista a largo plazo sobre la libertad. Contribuyó a establecer un tipo de libertarismo que, como presidente de la Foundation for Economic Education, considero quizá el más exitoso. Boaz no temía cambiar de opinión en público, reconociendo que la lucha contra la esclavitud, el racismo y otras formas de opresión era esencial para el proyecto liberal.

A pesar de los retos a los que se enfrentaba la libertad, Boaz seguía siendo optimista y un libertario progresista. Creía que «los principios simples y atemporales de la Revolución Americana -libertad individual, gobierno limitado y mercados libres- son aún más poderosos e importantes en el mundo de la comunicación instantánea, los mercados globales y el acceso sin precedentes a la información de lo que Jefferson o Madison podrían haber imaginado». Boaz veía el libertarismo no sólo como un marco para la utopía, sino como «el marco indispensable para el futuro».

El legado de David Boaz es de rigor intelectual, defensa de principios y compromiso con el proyecto permanente del progreso humano. Comprendió que los retos a los que se enfrentan hoy el liberalismo y la libertad no son los mismos que cuando se incorporó al Cato Institute, y trabajó para garantizar que la tradición liberal clásica siguiera siendo dinámica y respondiera a las necesidades de un mundo en constante cambio. Echaremos mucho de menos a David Boaz, pero su tradición y su estilo libertario seguirán inspirándonos y guiándonos en la Foundation for Economic Education y más allá.

Ver también

William Buckley, creador de un movimiento. (José Carlos Rodríguez).

¿Es Rand Paul realmente libertario? (Adolfo Lozano).

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos

El lenguaje económico (XLI): Metales

Los metales —hierro, bronce, oro— se utilizan en economía como metáforas con la finalidad de imprimir mayor solidez o contundencia a ciertas afirmaciones. Por ejemplo, decimos que una ley es de «hierro» o que una regla es de «oro» para trasmitir a la audiencia su supuesta inexorabilidad o infalibilidad.