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Deflactar o morir

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Durante estos últimos meses, vivimos con preocupación la subida continuada y generalizada de los precios. Dicha inflación ya se sitúa en el 10,2% anual (dato del IPC a junio del 2022). Pero hay otro fenómeno que está pasando inadvertido, para alegría de sus beneficiarios, que también está erosionando sin lugar a dudas, la renta disponible de las familias españolas. Una subida de impuestos en cubierta; el no deflactar los impuestos.

Pero contextualicemos antes de entrar en meollo de la cuestión. Debemos tener claro, que con una inflación del 10,2%, para no perder poder adquisitivo, nuestro salario debería “incrementarse” al menos un 10,2%. Marco las comillas, porque son importantes, ya que con esta “subida” en realidad no nos están subiendo el salario, simplemente nos lo están manteniendo, para que nuestra renta no varíe. Esto es clave, porque en los próximos meses veremos al gobierno y empresarios llenarse la boca con “subidas de salarios” de un 3%-5%, que en otros años podría haber estado muy bien, pero con la inflación de este año todo lo contrario. Es decir, si a usted este año le “suben” el salario un 5%, realmente no se lo están subiendo, se lo están bajando. Todo lo que no sea una subida del 10,2% o superior, será una baja de salario en términos reales.

Teniendo ya esto claro, podemos pasar al tema de los impuestos. Como saben, son progresivos, van por tramos. Es decir, cuanto más gane uno, estará en un tramo superior y le tocará pagar un porcentaje mayor de tributos. Bien, ¿Qué sucede? Que estos tramos no se han actualizado con la inflación, no han sido deflactados.

¿Y qué provoca esto? Una subida encubierta de impuestos. Pongamos el ejemplo optimista que veíamos antes, nos aumentan el sueldo un 10,2%. Como hemos visto, nuestro poder adquisitivo, con esto, no habría cambiado en absoluto de un año a otro. Seguiríamos siendo igual de ricos o de pobres. Pues bien, de cara al gobierno y sus tramos de impuestos, según ellos, ahora somos más rico, ganamos más (aunque realmente no). Y como no han subido dichos tramos con la inflación, por tanto, entraremos en tramos impositivos superiores, pagando un porcentaje mayor de impuestos, pese a que no hemos ganado renta real.

Este hecho, que el gobierno, conscientemente evita mencionar, está provocando una disminución, aún mayor, del poder adquisitivo de las familias españolas. En favor de una recaudación récord de la agencia tributaria (un 16,4% más que el año pasado). He aquí el porqué de este silencio. Tan solo el gobierno regional de Madrid, siempre alumno aventajado a la hora de defender el bolsillo de las familias, ha hablado de este tema y de la necesidad imperiosa de deflactar los impuestos en base a la inflación.

El contribuyente español, los trabajadores, las familias, las empresas… No pueden pagar más. Subidas de precios, malversación de fondos públicos, impuestos abusivos… Es deflactar o morir.

2 Comentarios

  1. Lógica Sanchista:
    Más inflación—> más impuestos —> más recaudación—> más dinero para ERC, Bildu —> más tiempo para disfrutar el Falcon 😄

  2. Totalmente de acuerdo. Y no debería deflactarse también el impuesto a la plusvalía cuando se venden por ejemplo propiedades o fondos de inversión de renta variable? Juan compró una casa en 2002 por €200.000 y la vendió por €300.000 en 2022. El Estado le quiere cobrar un porcentaje en base a una plusvalía de €100.000 pero si en ese período hubo una inflación acumulada del 40% (€200.000 de entonces equivalen a €280.000 de ahora), entonces la plusvalía en términos reales para Juan solo es de €20.000 y debería pagar solo en base a esta cantidad cinco veces menor. Menciono estos casos porque ahora se está hablando de deflactar IRPF (lo cual estoy de acuerdo) por la fuerte subida de precios 10,2% que son muy visibles a un año de cálculo. Pero cuando teníamos inflación del 1-3% anual, ya sufríamos este efecto en plusvalías de la inversión a largo plazo (propiedades con pedido de compraventa de 20 años por ejemplo) o fondos de inversión vendidos tras 10 o más años donde gran parte de esa plusvalía es el efecto inflación monetaria previamente provocado por el Estado o Estados a través de sus Bancos Centrales.


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