Hace un tiempo me contaron un chiste ingenioso a la par que tristemente cierto en lo que se refiere a la realidad cubana. En una hipotética conversación, Fidel Castro le pregunta a Hugo Chávez "compañero, ¿qué es lo que tú estás haciendo con Venezuela?". El inquirido respondía: "Bolivarizándola". Acto seguido añadía: "¿Y tú?, comandante, ¿qué es lo que estás haciendo con Cuba". "Martirizándola", respondía el barbudo tirano caribeño. Tal vez peque de excesivo optimismo, pero creo que podemos estar contemplando el inicio del fin de ese largo martirio de más de medio siglo de dictadura comunista en la Isla.
La muerte de Orlando Zapata Tamayo, ese dramático acontecimiento que jamás tuvo que ocurrir, puede suponer un punto de inflexión en la evolución de la larga dictadura castrista. A raíz del fallecimiento del valiente opositor a causa de su huelga de hambre y los malos tratos recibidos se han producido hechos que antes inimaginables. El hecho de que los medios de comunicación oficiales (los únicos tolerados por el régimen castrista) hablaran de Zapata Tamayo para denigrarle es una buena muestra de ello. Antes nunca hubieran citado su caso, puesto que la inmensa mayoría de los cubanos no habrían oído hablar jamás de él. El que ahora lo hayan hecho demuestra que funcionan los canales informales de información creados de forma clandestina desde la sociedad civil. El Gobierno de La Habana ha contestado porque está perdiendo el monopolio de la comunicación.
Los canales informales de comunicación llegan incluso hasta las cárceles, como demuestra el hecho de que varios presos de conciencia se pusieran en huelga de hambre (al igual que ha hecho en su casa Guillermo Fariñas) tras la muerte de Zapata Tamayo. A esto hay que sumar que muchos cubanos parecen estar perdiendo el miedo. Los asistentes al velatorio del nuevo mártir por la libertad en Cuba no dudaron en mostrar la cara ante las cámaras de video y fotografía, algo que antes no resultaba común. No es un valor producto de que no haya nada que temer, surge de haber llegado al límite del aguante ante la represión diaria de la dictadura. También, y por los mismos motivos, grupos de vecinos no implicados en actividades opositoras del pueblo de Zapata Tamayo se mostraron ante los agentes de la dictadura acudiendo a su entierro durante el amanecer.
La dictadura castrista responde de la única manera que sabe hacerlo. Con detenciones cada vez más numerosas, maltratando a los opositores presos y sin hacer nada para salvar la vida de Ariel Sigler Amaya y Normando Hernández González, otros dos presos de conciencia cuya salud está deteriorada hasta el punto de que pueden morir en cualquier momento. A esto se suma una feroz campaña interior y externa de propaganda e insultos contra los opositores vivos y muertos. Una campaña a la que se suman con alegría artistas como "Willy" Toledo o Miguel Bosé y gobernantes como el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.
Esperemos que mi optimismo no esté injustificado. El castrismo nuca ha parecido tan débil como ahora ni la oposición había logrado con anterioridad una presencia interna y externa tan grande como la actual. La dictadura puede tardar en caer todavía meses o, incluso, unos pocos años. Sin embargo, ha comenzado a derrumbarse. Dentro de no demasiado tiempo tal vez veamos a unos Moratinos, Lula da Silva, Bosé o Toledo inventando excusas para justificar su alineamiento con la tiranía.
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!