Si hay algo que no puedo tolerar es que gente de “mi equipo” se comporte como el contrincante.
Efectividad en la comunicación
Si estás leyendo este artículo, probablemente seas liberal. Es más, probablemente seas un liberal al que le cuesta convencer o explicar las bondades de la libertad individual y la libertad de mercado a los demás. Es más, probablemente te hayan tildado de fascista, egoísta, utópico u otras lindezas. Pero no te preocupes, si estás leyendo este artículo es que tienes ganas de aprender a comunicar estas ideas o como mínimo a reflexionar sobre las estrategias para tener más impacto.
Es cierto que a veces uno tiene la tentación de tirar la toalla y no hablar sobre estos asuntos con amigos o conocidos. Pero la perversidad de esta opción (aunque respetable) es que justamente ratificaría la acusación de que el liberal suele ser egoísta o utópico y no creo que esa sea la imagen que queremos dar. Es por este motivo que me he animado a escribir este artículo: para aportar herramientas y reflexiones en torno a la efectividad en la difusión de las ideas de la libertad y para reflexionar sobre la esencia humana y nuestros impulsos más profundos.
La mente de los justos
Antes de empezar, me gustaría mencionar la obra de un autor que he conocido recientemente. Estoy hablando de La mente de los justos del psicólogo estadounidense Jonathan Haidt. En este libro, este autor reflexiona y aporta apuntes muy destacables sobre por qué cuesta tanto que progresistas y conservadores se pongan de acuerdo. En este libro, nos viene a decir que gran parte de la división social está motivada por intuiciones grupales y comportamientos tribales que todos tenemos dentro. Es decir, el hecho de que uno crea que él y sólo él está en lo cierto, tiene una motivación profunda que la psicología social nos puede explicar con cierta claridad. Sea como sea, el mismo Haidt confiesa en una entrevista con el conservador Ben Shapiro que la misma escritura del libro le ayudó a abrir su propia mente ya que, siendo él progresista (liberal/democrat en inglés), pudo entender mejor la cosmovisión del conservadurismo y llegó incluso a cambiar su posición sobre ciertos temas.
Justamente este es el aspecto en el que quiero basar mi artículo: entender al oponente e incluso cambiar la mente. Y ese ejercicio no puede ser unilateral, sino que requiere reciprocidad para que se puedan crear puentes ideológicos con fundamento y durabilidad. Es por este motivo que este artículo tiene un título tan corto: “el problema es la pobreza».
El problema es la pobreza
Está claro que la pobreza es una lacra que hay que eliminar. Está claro que cualquier persona con un mínimo de moralidad y amor por el ser humano le duele ver situaciones de pobreza, desnutrición o constatar que hay personas que no pueden tener un proyecto de vida digno y pleno. Entonces, aquí la pregunta es: ¿qué es lo que le preocupa al progresista medio? La respuesta es muy simple: la pobreza. Así que, si los liberales queremos dar una batalla por las ideas que sea eficiente y que nos ayude a tejer puentes con el oponente, debemos hacer que la lucha contra la pobreza sea una lucha liberal.
La tesis liberal nos dice que la mejor manera para solucionar la pobreza es una receta simple, pero de difícil aplicación: libertad de mercado, apertura al mundo, seguridad institucional, cultura del esfuerzo y ética del trabajo. Parece que esta fórmula funciona y creo que la realidad nos da la razón, pero no hay que olvidar que los progresistas también tienen una crítica legítima al respecto. Ellos suelen decir que “eso suena bien, pero no es tan simple. Hay mucha gente que se queda en el camino y hay que ayudarlos”.
Autocrítica
Creo que este es un punto muy importante si los liberales (o los liberales “de mente abierta”, digamos) queremos ser efectivos, ya que la alternativa implicaría contentarnos en nuestra cómoda cámara de eco.
Cuando un progresista dice que la tesis liberal peca de simplismo y que no contempla que haya mucha gente que se va a quedar en el camino, es especialmente importante reflexionar entorno a esta crítica, y lo que es más complejo, darle una respuesta pausada y honesta. Si hay algo que no puedo tolerar es que gente de “mi equipo” se comporte como el contrincante, es decir como un hooligan, o como un NPC ante las críticas del oponente. Es decir, decir que «eso es socialismo”, que “quien no le vaya bien en la vida, que se las apañe” o que “los impuestos son un robo”, implica que: 1) no queremos entender la postura del oponente y 2) nos estamos cavando nuestra propia tumba en lo que impacto intelectual respecta.
Compartir un mismo fin
Además, esto nos lleva al punto más importante, que es que tanto progresistas, como conservadores, como liberales, compartimos un fin: eliminar la pobreza. Y este no es un punto baladí: compartir un fin hace que queramos y podamos trabajar juntos, ya sea cooperando, compitiendo, convenciéndonos o sencillamente escuchándonos. Si queremos ver a nuestro oponente político como a un enemigo, no estamos viendo que en la sociedad liberal hay que convivir y competir en la batalla de las ideas y, justamente por ese motivo, debemos entender que la esencia humana no sólo se basa en la razón tal y como muchos liberales sólo parece que contemplan.
La solución
Lo que debemos decirle al progresista medio es que: 1) los liberales sí estamos preocupados por la pobreza, 2) tenemos una fórmula para solucionarla, 3) esta fórmula parece que va funcionando a medida que se va aplicando en varios países y 4) que nuestra “fórmula” solucionaría de paso muchas de las preocupaciones del socialista medio como es la igualdad de oportunidades o el riesgo de exclusión social.
Así que la conclusión es que, si a los liberales ya no nos ven como esas personas egoístas, excesivamente racionales, aunque a veces utópicos (y no nos engañemos, a veces esta es la imagen que damos), podremos ser muchísimo más efectivos. Y ese es (o quiero pensar que es), el fin último del ideario liberal: ser más influyentes en la sociedad para que la idea de la libertad individual, la prosperidad y la paz sean más hegemónicas.
¿Y tú, formas partes del cambio, o aún prefieres llamarle socialista a todo el que difiera contigo?
Referencias
Owen Benjamin – ¿Por qué odio a la izquierda?
Bones Intencions (Documental de Xavier Sala i Martín).
Ignasi Boltó entrevista a Juan Soto Ivars.
NPC.
NPC.
17 Comentarios
También se puede poner
También se puede poner ejemplos,por referencias directas , suelo hablar de Kerala,una región perteneciente a la India de enorme pobreza en el momento de la independencia y para combatirla se recurre a un socialismo igualitario ,hasta que un grupo de economistas formados en Nueva Delhi,consigue imponer su tesis. Dejar a la gente libre para todo,para cambiar de costumbres,de religión únicamente es la ley ante la falta de seguridad la que se impone. Hoy Kerala es el Estado,donde la pobreza puede erradicarse en muy pocos años,sus campos llenos de cultivos.su tecnologia emergente etc. . La casta de los intocables ha desaparecido ,costumbres occidentales llenan sus calles ,pero el Estado Central se encuentra alarmado ,la forma de vivir tradicional disminuye y el cristianismo puede ser la religión mayoritaria,no están dispuesto a permitirlo y una serie de leyes ,socializantes tratan de impedirlo.
Ignasi: Creo que es muy
Ignasi: Creo que es muy valioso y a la vez MUY NOBLE el camino que estás intentando abrir (tanto en cuanto a trabajo como a los objetivos que persigues a través del mismo). Sé, imagino, que no es fácil, que es duro (lo valioso, siempre suele serlo).
El objetivo «compartido» por muchos desde posiciones diversas, a veces incluso enfrentadas: eliminar la pobreza. Y muchas veces los diferentes eventuales caminos propuestos para llegar a ello, para llegar al objetivo (que nunca debiéramos olvidar que es compartido), nos debería hacer debatir, pero no enfrentarnos. Tú y Owen Benjamin lo expresáis muy bien.
Muy buena también la entrevista a Soto Ivars (entrevistado y entrevistador). Un ejemplo de lo de «objetivo compatido»: libertad de expresión como objetivo pero también como camino, como medio.
¡ Enhorabuena, y un enorme GRACIAS !
Gracias por tus palabras!
Gracias por tus palabras!
Creo el autor carece de una
Creo el autor carece de una total comprensión de lo que es la política. Al «progresista» o demócrata, no le interesa un ápice la pobreza, sino lograr ganar elecciones mediante la mentira fácil y eficaz : solucionar al mundo sus problemas económicos mediante la nivelación hacia abajo, mediante la guadaña horizontal de la redistribución del ingreso.
Si manifestar la verdad, que » los impuestos son un robo»… «implica no querer ver la postura del oponente «, es para otorgarle a usted el Pulitzer a la corrección política , estimado Ignasi. …o estará usted «cavando su propia tumba» en su singular realidad virtual . Bueno pero es como usted mismo dice: «no nos engañemos, a veces esta es la imagen que damos» quienes pretenden difundir el liberalismo.
Ves? Me pareces el ejemplo
Ves? Me pareces el ejemplo del NPC libertarian que suelo hablar en mis artículos. Sin acritud
Perdón Ignasi, no es
Perdón Ignasi, no es personal, pero …»Si hay algo que no puedo tolerar es que gente de “mi equipo” se comporte como el contrincante.» Un defensor de la libertad debe alzar su estandarte bien alto. Debemos ser claros, la verdad no esta en el medio.
Un defensor de la libertad
Un defensor de la libertad debe utilizar la inteligencia y la creatividad y no la autocomplacencia.
El autor de este artículo no
El autor de este artículo no entiende diversas cosas. En primer lugar la sintaxis, ¡duele ver lo mal escrito que está! Y pensar que esta es la lengua de Cervantes, Quevedo, Góngora, Borges y Galdós. Las elipsis no aparecen en ningún lugar, subordinadas donde no son necesarias (y donde lo son no aparecen) y conjunciones mal utilizadas. En segundo lugar, más allá del problema de forma, el autor no entiende que el problema no es la pobreza, sino que hay un problema de generación originaria o causa formal primordial que comprende la totalidad del horizonte teleológico y lo determina como Absoluto rasgado: el sistema. Cuanta falta hace aquí el Rostro de Lévinas.
Es verdad Giorgio, la
Es verdad Giorgio, la calidad sintáctica del relato no destaca, pero disiento en cuanto a que Ignasi subordina las elipsis. El autor hace un uso intensivo y extensivo de estas cuando siembra el concepto medular de su articulo , el cliché socialista por excelencia «la pobreza» y nos arroja sutilmente que : «solucionar la pobreza es una receta simple, pero de difícil aplicación: libertad de mercado, apertura al mundo, seguridad institucional,…» Precisas abstracciones conceptuales estas que sin demostración , son ideales elipsis en un relato que, crea una interrupción en la secuencia de hechos históricos probatorios de su premisa a lo largo de la linealidad temporal del relato, Esto a mi criterio cera un lapso demasiado largo de perplejidad entre elipsis por un magistral manejo de los tiempos de la sintaxis formal o su antípoda, ausencia de argumentación porque el articulista no percibe la exegesis del horizonte vital por una epistemologia limitada del tema.
En cuanto al original alter de Levinas , mi zona de confort esta en el clásico ontos aristotélico , Comparto con Levinas su aversión a la ciencia por su carácter ontológico de búsqueda de la verdad y ser la misma concepción del genial filosofo contemporáneo suizo Feyerabend .
Se agradece las citas a
Se agradece las citas a Lévinas y, sobre todo, Feyerabend. Transcribo una cita de este último (desde wikipedia) que creo urgente: «Tendría que haber una separación del Estado y la Ciencia, tal y como ya hay una separación entre la Iglesia y el Estado.»
Excelente reflexión.
Excelente reflexión.
Este ufano muchacho va dando
Este ufano muchacho va dando lecciones cuando parece que aún le queda por comprender algo básico: el fin apremiante de un liberal, como tal, no puede ser eliminar la pobreza sino la violencia. Tampoco entiende que un auténtico liberal es, exactamente, lo contrario de un oportunista político decidido a hacerse con el poder sin reparar en medios; en este caso, pasteleos, imposturas y autoritarismos intolerantes con la gente del equipo que sueña capitanear en pos de cambios adanistas.
No es que aconseje mimetizarse o compadrear con los enemigos de la libertad para que bajen la guardia y poder así manipularlos de algún modo una vez abiertas las puertas al caballo de Troya. Peor aun. Pretende que debemos contemporizar y acatar la supuesta parte de razón (o de torpe emoción) que tienen los sociatas, traicionando las esencias en una aberrante socialización del liberalismo, a fin de que nos perdonen la vida, porque él se ha tragado el anzuelo hasta las entrañas.
A los socialistas lo que menos les preocupa es la pobreza. Muy al contrario, ésta constituye su negocio y se afanan en empobrecernos y perjudicarnos conscientemente lo más posible -para inducir a creer que necesitamos de una intervención que nos salve de todos los males que ellos provocan- cuando no sólo les carcome una inveterada envidia y rapacidad a la que ni saben ni quieren renunciar. Son substancialmente perversos, envidiosos y/o tarados, y no hay otra lectura posible. Y este cándido quiere nada menos que venderles la “fórmula” para arruinar su oficio o embridar las, en el mejor caso, subconscientes bajas pasiones que les dominan.
En modo alguno puede compartir sinceramente ningún fin un liberal con un socialista y menos el de eliminar la pobreza, con lo cual todo el ingenuo artículo se viene abajo. Lo que preocupa a un socialista es, sencillamente, que otros más capaces y trabajadores disfruten de mayor riqueza que él, y no piensa tolerarlo. ¿Aconseja nuestro amigo ayudarle en su empeño para que cediendo y congraciándose con el mal avance misteriosamente la causa de la libertad?
El problema real es la envidia. ¿Les diremos que también somos envidiosos y que tenemos la fórmula para que todos, excepto la nomenklatura, seamos igualmente miserables?
La verdad es que este
La verdad es que este artículo parece un collage compuesto con fragmentos de textos de la Heritage Foundation traducidos con Google Translate. Pero más allá de esta anécdota, lo relevante es que lejos de mostrar una preocupación honesta por la pobreza, el autor la utiliza como McGuffin para sugerir cómo combatir a los socialdemócratas, sin al final hacer ninguna propuesta específica para el aquí y el ahora más allá de mostrar su fe en la tesis del fin de la historia de Fukuyama, que no deja de ser el cliché negativo del materialismo dialéctico.
Está bien diagnosticado el
Está bien diagnosticado el problema. Efectivamente, la crítica socialdemócrata (me niego a llamarlos progresistas, porque no lo son) al liberalismo no es que macroeconómicamente no sea efectivo, sino que, en términos micro, hay mucha gente que queda excluida del proceso y no recibe los beneficios del crecimiento macro…
Efectivamente, el autor ha
Efectivamente, el autor ha diagnosticado bien el problema: el liberalismo deja mucha gente excluida del beneficio de su crecimiento macro. Pero al no explicar el autor causas y efectos de su vulgar cliché sociata, obliga aclarar que: Las socialdemocracias siempre terminan causando un de-crecimiento real de la economía por su patología endémica -regulaciones burocráticas , gasto publico descontrolado – por lo que su perenme resultado es dejar a «»todos incluidos» en la pobreza del estado de bienestar subsidiado. Mal de muchos…..
La ambiguedad del articulo -a mi criterio.- es funcional al socialismo, lo que me obliga a aclarar Don Alejandro.
PS. Debemos recordar que
PS. Debemos recordar que Juan de Mariana escribió: El objetivo es “amonestar a los príncipes” (socialdemocracias) por el avasallamiento de los derechos de las personas.
… y personalmente yo añadiría: No mimetizarnos en la mediocridad del pusilánime que teme enfrentarlo
Wow. Pense que solos los
Wow. Pense que solos los libertarios en los EEUU eran obtusos, pero veo que uds tambien han tomado el manto. Ignasi, se te entiende y se te aprecia en Miami. Eres una voz del sentido comun. Me parece que a los libertarios muchas veces se les olvida que las personas son «seres humanos» con instintos evloutivos, prejuicios cognitivos y naturalezas tribales y violentas. A los socialistas (que podemos rescatar) hay que hackearlos biologicamente. Somos animales emocionales que a veces, con much ezfuerzo y disciplina, razonamos. Lei un comentario que la meta del liberal es eliminar la violencia y no la pobreza? OK… sigue filosofando utopias mientras los venezlanos comen basura.