El objetivo es eliminar el español como lengua común mediante métodos intimidatorios.
La reciente publicación de un informe de la asociación Hablamos español sobre el adoctrinamiento de los escolares españoles de comunidades autónomas bilingües en los libros de texto de Lengua y Literatura ha aportado nuevas pruebas sobre una realidad perturbadora y que amenaza con sentar las bases ideológicas para futuros conflictos civiles: en España una coalición de intereses -impulsada por administraciones dominadas por nacionalistas que tienen competencia directa para imponer contenidos en el ámbito de la enseñanza reglada ante la inhibición del Gobierno central- presenta a los adolescentes un delirante mundo donde la lengua común de todos ellos, el español, se estigmatiza frente a otra local, prístina, con la que el estudiante debería identificarse.
Lejos de actuar para hacer cumplir las leyes y la neutralidad de la escuela oficial, el Ejecutivo central ha imposibilitado durante decenas de años el normal funcionamiento de la alta inspección de educación encargada de ese cometido según las leyes básicas en la materia[1].
El estudio de la asociación parte del análisis de los libros de texto más vendidos de Lengua y Literatura (quince, de enseñanza secundaria y bachillerato) de catalán, gallego, vasco y valenciano, comparando los datos anteriores con cuatro libros de lengua española. Debe añadirse que, en un sector tan intervenido como la enseñanza, los editores de los libros (algunos con una dimensión internacional) deben atenerse a las orientaciones que les marcan los gobiernos autonómicos. De otra forma no conseguirían el visto bueno para que los profesores los recomienden en institutos de titularidad pública o privada (tanto concertada como auténticamente privada) con unos programas de estudios académicos estrictamente controlados para obtener la homologación oficial. Se menciona en este sentido los informes de la asociación nacional de editores de libros educativos (ANELE) que lamentan las presiones que sufren, las dificultades institucionales determinadas por la existencia de diecisiete modelos educativos rígidos y la necesidad de cumplir los requisitos establecidos en 450 textos normativos publicados en los últimos tres años por las administraciones autonómicas.
Curiosamente, el carácter pionero del nacionalismo catalán en el ámbito de la imposición lingüística[2], aquilatada por la temprana aprobación de la ley de “normalización” de 1980, modelo para otras comunidades, y el programa 2000 que data de 1990, no permite aseverar que el adoctrinamiento totalitario en el campo lingüístico lleva ventaja en Cataluña con respecto a otras regiones.
Los libros usados para la enseñanza del gallego, el vasco o el catalán en Baleares y Valencia no se quedan a la zaga en su nivel de manipulación. En general en los manuales analizados, editados por editoriales nacionales y regionales, imperan criterios políticos nacionalistas para la selección de lecturas, se repiten conceptos y expresiones útiles para la causa nacionalista, mientras que la lengua y cultura españolas se presentan como foráneas, despreciables, irrelevantes y ajenas a la historia de comunidades que, en realidad, se configuraron como resultado de la evolución del conjunto de España.
Los autores del estudio señalan que los libros de Lengua y Literatura Española analizados merecen el título que tienen, en claro contraste con sus homónimos, que son instrumentos para inocular unos determinados mensajes útiles al nacionalismo.
En definitiva, se ha llegado a un punto en el que no solo los Gobiernos autónomos imponen la obligación de usar exclusivamente la lengua cooficial distinta del español como vehicular en la enseñanza pública ( y concertada ) sino que también someten a los alumnos a un intenso adoctrinamiento, tanto en asignaturas muy proclives a la manipulación (historia) como otras más asépticas como la lengua y la literatura. El objetivo, declarado ya sin tapujos, es la consecución de áreas monolingües, o, al menos, eliminar el español como lengua común mediante métodos intimidatorios. En qué medida la ejecución de estos experimentos lingüísticos por parte de poderes públicos y la propagación del odio y de mentiras groseras sobre la historia anticipen conflictos civiles entre españoles está por ver. Ahora bien, si no se revierte esta situación llegarán con toda seguridad de una forma u otra.
[1] El informe recuerda el escandaloso caso de ocultación, por parte del gobierno anterior del PP y el actual del PSOE, de un informe urgente de la alta inspección del Estado que encargó el ministro de Educación, Iñigo Menéndez de Vigo, ante varias denuncias sobre adoctrinamiento en las escuelas de Cataluña. De forma parcial, algunos medios lo publicaron.
[2] Que no debe confundirse con la inmersión como método para el aprendizaje de idiomas.
4 Comentarios
A mí el IJM que más me gusta
A mí el IJM que más me gusta es este, el centralista. Ese liberalismo de Robespierre a la madrileña, sin tapujos.
¡Viva Tabarnia!
Simon Jester
¡Viva Tabarnia!
Simon Jester
Desde otra perferia: El Sr.
Desde «otra» perferia: El Sr. Baonza tiene más razón que un santo en lo que expresa en este artículo: «Experimentos lingüísticos». Y para centralismo jacobino, el que han implantado esos nacionalismos que, desde postulados historicistas, enarbolan lenguas «propias» como esencia nacional («volksgeist») y pretendida justificación de supuestos derechos colectivos que incluso les permitirían -según ellos- anexionar a sus vecinos.
Por ejemplo, leer el artículo de Mikel Arteta: «El puralismo en juego: política lingüística y construcción nacional», accesible en: https://valenciaplaza.com/el-pluralismo-en-juego-2-politica-linguistica-y-construccion-nacional
La principal amenaza para la
La principal amenaza para la lengua castellana, llamada por imposición española, es el inglés, por ser el reino un protecrorado estadounidense sin soberanía. Lo cual a usted le parece muy bien.