Muchos liberales intentamos poner nuestro granito de arena al avance del liberalismo difundiendo sus principios pero creemos que no viviremos para ver cambios fundamentales. Tampoco estamos dispuestos a hacer sacrificios excepcionales para confrontar el statu quo. Pero hay una minoría de gente que en su afán por vivir en una sociedad libre está decida a hacer esfuerzos extraordinarios y ha decidido pasar a la acción. Este espíritu es el que anima el Free State Project en Estados Unidos.
El Free State Project (FSP) fue fundado en 2001 con el objeto de movilizar 20.000 activistas liberales al estado de New Hampshire e inclinar la balanza electoral a favor de la reducción de la intervención pública. Todos aquellos que se unen al FSP deben firmar una declaración de intenciones por la que se comprometen a desplazarse a New Hampshire a los cinco años de haberse alcanzado los 20.000 miembros. A 10 de mayo de 2009 la cifra de firmantes es de 9276, de los cuales 704 han hecho ya las maletas y se han asentado en New Hampshire. La declaración también exige de los firmantes dedicación absoluta a la causa de una sociedad en la que el rol máximo del gobierno sea la protección de la vida, la libertad y la propiedad.
Cuando el FSP alcanzó los 5000 miembros se sometió a votación la elección del futuro estado receptor de esta migración liberal. Se hizo una pre-selección descartando estados que por sus características dificultarían la influencia política de los activistas del FSP: estados demasiado populosos (más de 1.5 millones de habitantes) o donde el gasto combinado de los partidos Demócrata y Republicano excediera el gasto nacional total del Partido Libertario. New Hampshire fue el estado escogido, seguido de cerca por Wyoming.
New Hampshire tiene una cultura bastante liberal que predispone a la población y a los políticos a los cambios que el FSP quiere introducir y una estructura política que juega a favor de sus aspiraciones. Media docena de miembros del FSP ejercen en la legislatura del estado, y varios otros legisladores son declarados simpatizantes del movimiento y atienden a sus reuniones. El ex gobernador republicano Craig Benson había apoyado públicamente al FSP en numerosas ocasiones y llegó a designar a un miembro del FSP para liderar una comisión encargada de recortar gasto público superfluo. Las bases del GOP se han mostrado receptivas al FSP y también hay simpatizantes entre los demócratas, aunque la hostilidad en este partido es mayor. Una treintena de miembros del Partido Libertario ocupa cargos públicos, el estado tiene la mayor densidad de miembros del LP de todo el país. La representatividad de la legislatura de New Hampshire (400 miembros para una población de 1.315.000 habitantes) y las pequeñas dimensiones de los distritos son una ventaja para el FSP y sus campañas. Algunos distritos pueden ganarse con solo 700 votos, y se permiten candidatos que representan a más de un partido. En New Hampshire hay un 36% de votantes registrados como independientes y las elecciones no suelen ser partidistas.
New Hampshire no tiene ningún impuesto sobre la renta a nivel estatal, ningún impuesto sobre el consumo ni ningún impuesto sobre los beneficios del capital. Tiene una de las regulaciones sobre armas menos restrictivas del país y es uno de los pocos estados que no ha aprobado leyes paternalistas obligando a los conductores a utilizar el cinturón de seguridad o el casco. El gasto público es reducido y una proporción muy pequeña de la población activa es funcionaria (12,44%). El número de familias que practica el homeschooling es considerable y creciente (en 2001 se estimó que había 3.600 homeschoolers). La Constitución de New Hampshire es de las pocas que no decreta un sistema de educación público, y la expropiación (eminent domain) para el desarrollo económico privado fue declarada anti-constitucional hace dos años.
New Hampshire está muy bien posicionado en los rankings de calidad de vida y libertad: según el Mercatus Center, New Hampshire es el estado con más libertad personal y económica de Estados Unidos (2009). CQ Press lo considera el estado más seguro, el segundo más sano y el que tiene una mayor calidad de vida (2008). Ocupa la séptima posición en el State Business Tax Climante Index (2007) y tiene la cuarta burocracia local y estatal más pequeña según el Cato Institute (2006). El Beacon Hill Institute concluyó que era el tercer estado económicamente más competitivo (2006).
El objetivo del FSP es crear una base importante de votantes liberales a través de campañas y proselitismo activo, que sus miembros obtengan cargos públicos locales y estatales (en especial en la legislatura) para influir en las leyes, y establecer vínculos o colaboraciones con miembros simpatizantes de otros partidos.
El principal problema del FSP, como destaca Patri Friedman, es que busca una repercusión a nivel estatal y local, pero la mayoría de impuestos y regulaciones se encuentran a nivel federal. Los liberales movilizados no colonizarán ningún territorio virgen sino uno bajo jurisdicción del gobierno federal (dudosamente favorable a tolerar la secesión), y para introducir reformas trabajarán dentro del sistema democrático, que tiene su propia inercia y una estructura de incentivos hostil a la aplicación de políticas liberales.
Pero el FSP también tiene aspectos positivos. Concentra los esfuerzos liberales en una estrategia plausible de acción inmediata, y si consigue reducir el intervencionismo en múltiples ámbitos New Hampshire puede ser un modelo para otros estados. Aparte de hacer posible la emulación también tiene el potencial de fomentar la competencia entre unidades políticas: si New Hampshire se convierte en un estado especialmente atractivo para las empresas o para las familias que buscan independencia y libertad personal, las legislaturas de otros estados pueden verse forzadas a rebajar su intervencionismo.
El FSP es un proyecto atrayente no solo para aquellos que quieren hacer realidad su sueño de vivir en una sociedad libre, también para todos los liberales que en nuestros esfuerzos divulgativos buscamos referentes presentes que ilustren que el liberalismo funciona. Si New Hampshire llega a reducir el peso y el alcance del sector público de forma sustancial y da buenos resultados, puede servir como ejemplo de liberalismo aplicado, cercano y claramente asociado a la influencia de las ideas liberales y sus voceros del Free State Project.
Deseémosles suerte, porque van a necesitarla.
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