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Google, género y ciencia

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Lo políticamente correcto nos puede llevar por un sendero de ignorancia y a que la sociedad se resguarde en una caverna.

Durante el mes de agosto, en Google se vivió una polémica con bastante repercusión en los medios de comunicación de medio mundo sobre las diferencias entre hombres y mujeres que provocan desigualdades en el mercado laboral. Un ingeniero, con un máster en biología por Harvard, se atrevió a desafiar el mensaje políticamente correcto de que tanto hombres como mujeres somos iguales biológicamente hablando —tanto en lo físico como en los procesos mentales que nos llevan a tomar nuestras decisiones y nos caracterizan como personas— a través de un documento interno, al que Danielle Brown, vicepresidenta de Diversidad, Integridad y Gobernabilidad de Google, respondió que la compañía de Mountain View busca la diversidad y la inclusión, y que fomentar un entorno abierto pasa por hacer que aquellos que tengan puntos de vista alternativos se sientan seguros al compartir sus opiniones, sin embargo, “ese discurso necesita trabajar dentro de los principios de igualdad laboral” que recogen en su Código de Conducta. El trabajador fue finalmente despedido.

Desde luego, Google, como cualquier empresa privada, debe tener el derecho a discriminar a sus trabajadores, esto es, tiene el derecho a contratar a quien considere más oportuno, valorando las habilidades que estime pertinentes de los candidatos a ser empleados de la compañía. Despedir a un empleado por sus opiniones no parece lo más adecuado, sobre todo cuando éstas se realizan desde el respeto y desde el deseo de iniciar un debate en el que solo intervenga el conocimiento y la serenidad sobre un problema —la desigualdad de género en el mercado laboral— que preocupa a mucha gente; como el mismo ingeniero sostiene, “si no podemos tener una discusión honesta sobre esto, nunca podremos resolver de verdad el problema”.

Google tiene el derecho a equivocarse, y los resultados, sean positivos o negativos, serán internalizados, así que el objeto de este artículo no es criticar la política de diversidad de Alphabet; nos puede gustar más o menos, pero es su problema. Lo que sí se puede externalizar de esta situación y, por lo tanto, es nuestro deber combatir en la batalla de las ideas, es el triunfo paulatino de la posverdad y la negación de la ciencia y del debate riguroso de ciertos aspectos como son todos aquellos temas que tengan que ver con la igualdad de género. Lo políticamente correcto nos puede llevar por un sendero de ignorancia, en el que la sociedad se resguarde en una caverna en la que solo sea capaz de mirar las sombras, en vez de salir al mundo, enfrentarlo como realmente es y buscar soluciones una vez identificadas las causas de los males de nuestro mundo actual.

Por eso es tan importante el conocimiento científico y la búsqueda de la verdad, esto es, generar teorías y leyes generales, comprobarlas empíricamente —tratando de evitar los sesgos de confirmación—, y con los resultados en la mano, reformular o confirmar nuestras hipótesis iniciales. A partir de ahí, le toca el turno a la política y a los diversos agentes de la sociedad, el tomar las decisiones más adecuadas. El problema es que la política de lo que debería ser está influyendo en el estudio de lo que es, cuando debería ser al revés.

Pero vayamos al asunto del género, y es que el ingeniero despedido de Google afirma que “las opciones y las capacidades de hombres y mujeres divergen, en gran parte debido a causas biológicas, y estas diferencias pueden explicar por qué no hay una representación igual de mujeres en posiciones de liderazgo”. Por tanto, la primera pregunta que nos debemos hacer es la siguiente:

¿Existen diferencias biológicas entre hombres y mujeres?

Sí. El catedrático del MIT y especialista en psicología experimental y científico cognitivo, Steven Pinker, asegura en La tabla rasa que los dos sexos difieren al menos en un sentido: tienen órganos reproductores distintos, por lo que “por razones evolutivas cabría esperar que hombres y mujeres difieran de algún modo en los sistemas neuronales que controlan su forma de usar esos órganos —en su sexualidad, sus instintos parentales y las tácticas de emparejamiento—. Por la misma lógica, cabría esperar que no difieran tanto en los sistemas neuronales que se ocupan de los desafíos a que ambos sexos se enfrentan, como los referentes a la inteligencia general”. Por tanto, los andrógenos —las hormonas sexuales masculinas— y los estrógenos —las hormonas sexuales de las mujeres—, tienen efectos duraderos en el cerebro durante el desarrollo fetal, en los meses posteriores al nacimiento y durante la pubertad, y unos efectos pasajeros en otros momentos, afectando al cerebro a lo largo de toda la vida.

Por cierto, y antes de explicar las diferencias biológicas de género, me gustaría indicar que muchos de los estudios en este campo han sido dirigidos por mujeres, como las neurocientíficas Raquel Gur, Melissa Hines, Doreen Kimura, Jerre Levy, Martha McClintock, Sally Shaywitz y Sandra Witelson, y las psicólogas Camilla Benbow, Linda Gottfredson, Diane Halpern, Judith Kleinfeld y Diane McGuinness. Así como en la sociobiología y psicología evolutiva, en el que encontramos un papel importante del género femenino: Laura Betizg, Elizabeth Cashdan, Leda Cosmides, Helena Cronin, Mildred Dickeman, Helen Fisher, Patricia Gowaty, Kristen Hawkes, Sarah Blafer Hrdy, Magdalena Hurtado, Bobbie Low, Linda Mealey, Felicia Pratto, Marnie Rice, Catherine Salmon, Joan Silk, Meredith Small, Barbara Smuts, Nancy Wlmsen Thornhill y Margo Wilson.

¿Qué diferencias de género hay?

Los hombres suelen ser más violentos, son más competitivos y tienden a ser más polígamos, al igual que sucede en los machos de otras especies de mamíferos, como así demuestran algunos estudios (Daly y Wilson (2001); Geary (1998)). Al mismo tiempo, su pubertad es más tardía, tienen una mayor fuerza y una vida más corta. Las hembras, en el reino animal, tienden a invertir más en la cría del hijo después del nacimiento —durante el embarazo también lo hacen—, debido a que sustituir a un hijo es mucho más caro para una hembra que para un macho, sin embargo, este último debe competir por aparearse, “ya que con un apareamiento con muchas hembras es más probable que se multiplique el número de vástagos”.

En el cerebro y pensamiento también podemos encontrar diferencias  (Gur et al (1999); Kimura (1999)), por ejemplo, el de los hombres es más grande —teniendo en cuenta el mayor tamaño del cuerpo—, pero en el de las mujeres existe un mayor porcentaje de materia gris, aunque si bien, en general, ambos son igualmente de inteligentes.

Por otro lado, los hombres, como promedio, son mejores en la tarea de girar mentalmente objetos y mapas, pero las mujeres son mejores para recordar referencias espaciales y la posición de los objetos. Los hombres son mejores en la resolución de problemas matemáticos formulados con palabras; las mujeres lo son en el cálculo matemático. Las mujeres son más sensibles a los sonidos y los olores, tienen una mejor percepción de la profundidad, ven la relación ente las formas rápidamente, y saben interpretar mucho mejor las expresiones faciales y el lenguaje corporal. Las mujeres deletrean mejor, recuerdan las palabras con mucha mayor fluidez y tienen mejor memoria para el material verbal; asimismo, tienden a sentir una mayor empatía hacia sus amigos, aunque no hacia personas extrañas. Las mujeres mantienen el contacto visual, y sonríen y ríen con mucha más frecuencia (Provine (1993); Halpern (2000)).

¿Las diferencias de género son una conducta social?

Muchas feministas han rebatido todas estas diferencias entre hombres y mujeres argumentando que estas se deben no a razones biológicas sino al comportamiento cultural y la conducta social. La respuesta es negativa, aunque no del todo, puesto que es cierto que ciertos aspectos, como la forma de vestir, por ejemplo, si se deben al comportamiento social y a las tradiciones —simplemente basta con mirar el cambio en nuestras formas de vestir y echar un vistazo a revistas de moda para ver cómo hemos transformado nuestra vestimenta—.

Pero, en general, podemos hacer la comprobación con un experimento que se ha llevado a cabo de manera casual debido a enfermedades y accidentes, a saber, si tomamos a un varón recién nacido y le sometemos a una operación de cambio de sexo al mismo tiempo que sus padres le educan como a una niña y la sociedad le trata como tal, ¿cómo se sentirá el niño? Pues en un estudio realizado por William Reiner, citado por Steven Pinker, en el que se analizó a veinticinco niños que habían nacido sin pene —un defecto de nacimiento conocido como extrofia cloacal— y a los que se castró y educó como niñas, en todos se encontraron patrones masculinos, se dedicaban a juegos bruscos y tenían unas actitudes y unos intereses típicamente masculinos. Más de la mitad de ellos declararon espontáneamente que eran niños, uno cuando sólo tenía cinco años. William Reiner conjuntamente a John Gearhart realizó otro experimento similar años más tarde con resultados parecidos.

Un ejemplo de esto es el caso de un niño de ocho meses que perdió el pene en una circuncisión mal hecha. El investigador John Money les dijo a los padres que lo criaran como una niña y que le implantaran una vagina artificial, “la naturaleza es una estrategia política de quienes están obligados a mantener el statu quo de las diferencias de sexo”. Sin embargo, desde muy pequeña, Brenda —que es como la llamaron sus padres— se sentía un niño atrapado en un cuerpo de niño y un rol de género. Rasgaba los vestidos con volantes, rechazaba las muñecas y prefería las armas, le gustaba jugar con chicos y hasta insistía en orinar de pie. A los 14 años se sentía tan desgraciada que decidió que o bien vivía su vida como chico o bien acababa con ella, y al final su padre le contó la verdad. Se sometió a una nueva serie de operaciones, asumió una identidad masculina y hoy está felizmente casado con una mujer.

Las diferencias de género en el mercado laboral

Por tanto, dadas las diferencias explicadas con anterioridad, las investigaciones muestran que en el mercado laboral también existen diferencias en las elecciones de hombres y mujeres, y es que en términos generales, a las mujeres les interesa más ocuparse de las personas, y a los hombres, de las cosas. Asimismo, los test profesionales demuestran que los niños tienen más interés por profesiones “realistas”, “teóricas” y de “investigación”, y las niñas, por profesiones “artísticas” y “sociales”.

De esta manera, el problema en el resultado no se puede aducir como prueba de una desigualdad de oportunidades, es más, en muchas ocasiones, las políticas de género que buscan la igualdad de resultados acaban por destruir la igualdad de oportunidades de los individuos, al tratar a las personas como grupos —hombre o mujer— en vez de considerarlas como personas. Muchos de los trabajos que desvelan los fallos de la teoría del techo de cristal son obra de mujeres: Estrich (2000); Kleinfeld (1999); Lubinski y Benbow (1992) Roback (1994).

Como explica Steven Pinker:

No tiene sentido la pregunta de si las mujeres están cualificadas para ser científicas, directores ejecutivas, dirigentes de los países o profesionales de élite de cualquier tipo. Se respondió definitivamente hace años: unas sí y otras no, igual que unos hombres están cualificados y otros no. La única pregunta es si las proporciones de hombres y mujeres cualificadas han de ser idénticas.

¿La desigualdad de género está legitimada dadas las diferencias biológicas?

De ninguna manera, o al menos si entendemos a la igualdad de género como la lucha contra la discriminación sexual y cualquier otro tipo de injustica hacia las mujeres. Y es que aunque existan diferencias de sexo con fundamentos en la biología, eso no hace a un sexo ni superior ni inferior; además, no quiere decir que estas diferencias se produzcan en todas las personas y bajo todas las circunstancias, al fin y al cabo hablamos de promedios, por lo que hay personas que se alejan de la media y debemos ser capaces de valorar a las personas por lo que son, no por lo que intuimos que serán.

Es un comportamiento moral el hecho de juzgar a una persona por su género, así como hacerlo por su etnia, raza o religión, es decir, una cosa es reconocer que existen diferencias en el comportamiento medio entre hombres y mujeres y otra bien distinta es legitimar la discriminación en base a estos hechos.

En definitiva, es importante reconocer las diferencias de género para evitar que se ignore una parte fundamental de la condición humana, de no hacerlo, en palabras de Steven Pinker, sería hacer una “auténtica chapuza en nuestra interpretación del lugar que ocupamos en el cosmos”. Cualquier descubrimiento de diferencias innatas entre individuos “no es un conocimiento prohibido que haya que eliminar, sino una información que nos puede ayudar a decidir sobre esos equilibrios de forma inteligente y humana”.

Se trata de conocer nuestra realidad y enfrentarnos a ella conociendo la verdad, no maquillar a esta según lo que nos gustaría que fuese, de lo contrario corremos el riesgo de deslizarnos por una pendiente que nos conduce al abismo como especie; todo ello al mismo tiempo que se señala y se lleva ante la Santa Inquisición de la posverdad a todo aquel que se atreva a llevar la contraria a las buenas intenciones, a pesar de que se apoye en la evidencia y en la ciencia.

Decía Galileo en su juicio por defender el heliocentrismo que “y sin embargo, se mueve”, supongo que el día que despidieron al ingeniero de Google él diría que “y sin embargo, existen diferencias”, y los biólogos repetirían al unísono “y sin embargo, la ciencia se muere”. Está claro, el hombre es el único animal capaz de tropezar en la misma piedra dos veces.

15 Comentarios

  1. El artículo aborda el ya
    El artículo aborda el ya tradicional -y un poquito rancio, la verdad- debate sobre el determinismo cultural vs. genético, que sólo debería interesar a los profesionales y estudiosos en cuanto tales. El problema es que, cuando se mezcla la política con la ciencia, la objetividad y la vergüenza se volatilizan, con lo cual cargarse de razones no sirve de nada.

    Por eso el artículo supone un error clamoroso. Viene a decirnos que las llamadas (¡aggg…!, que vomito) políticas de género están equivocadas porque patatín y patatán (una serie de, digamos, buenos argumentos epistemológicos). Pero eso, caballero, ¿a quién le importa? Las susodichas no están nada equivocadas, por cuanto rinden buenos beneficios a sus promotores a costa del resto de la sociedad, que es de lo que se trata. Entonces, señor Calvo, ponerse científico y lógico cuando claramente aquí se está jugando a otra cosa se me antoja de una ingenuidad e improcedencia chirriantes

    Me parece que yerra usted estrepitosamente cuando afirma que el estudio de lo que es debería influir en la política de lo que debería ser. Esa política simplemente constituye un cáncer a erradicar con independencia de qué la influya. Esa política y sus perversos intereses creados son precisamente los culpables de que la realidad de las cosas pase de manera indefectible a segundo término, cuando no a la irrelevancia más absoluta. Entonces, es un sinsentido atronador pretender que la objetividad y la razón puedan influir en lo que por definición las desprecia. Simple lógica elemental de la que usted no se percata.

    A ver cuándo se nos mete en la cabecita que lo único que debería ser es el respeto al individuo pacífico. A partir de ahí que cada cual crea lo que le apetezca, por imbécil o nocivo que sea, y pague el solito las consecuencias sin afectar a los demás. De manera que no perdamos el tiempo en imposibles diálogos con quien no quiere oír -y que admiten implícitamente nuestra subordinación a su juicio- : exijámosle simplemente que nos deje en paz, y que le vaya bien con sus creencias si tan buenas son.

    • Para darte cuenta de lo fútil
      Para darte cuenta de lo fútil de tu comentario, basta con citar «podemos pensar la esencia como no ejerciendo todavía su acto; entonces es una pura abstracción de la mente; y es cierto que podemos distinguir así abstractamente una esencia existente de su existencia, pero esta distinción mental no afecta a la cosa misma.»

    • ¿Tampoco lo entiendes? ¿Pero
      ¿Tampoco lo entiendes? ¿Pero cuándo has conseguido tú entender algo, hijo?

    • La simple lógica elemental de
      La simple lógica elemental de la que usted no se percata es de que la organización de la vida material en la sociedad CAPITALISTA y las bases de la sociedad BURGUESA Y LIBERAL occidental revolucionaron, en un grado sin precedentes, las relaciones SOCIALES, y las hicieron más dependientes y complejas que nunca. Y lo hicieron hasta el punto en que para que unos señores liberales, que exigen airadamente que se les deje en paz, vivan en total libertad, en una libertad plena, y para que caminen hacia su sueño de soberanía divina, otros tienen que pringar mucho y otros obligar (mediante COACCIÓN) a los que pringan a pringar.

      Nunca, JAMÁS, se ha dejado en paz a nadie que no seáis vosotros y vuestros intereses. Porque vuestro fondo insobornable, el principado de soberanía absolutista, requiere de que todas y cada una de las circunstancias presentes y posibles orbiten sí o también en torno a vuestro ombligo de señor liberal. Lo ha requerido desde hace siglos y lo sigue requiriendo ahora.

      Así que todavía lloráis. Y todavía, porque GOOGLE, EMPRESA PRIVADA, DESPIDIÓ A UN HOMBRE BLANCO LIBERAL porque le dio la gana vienen más burradas del tipo “ES UN COMPORTAMIENTO MORAL EL HECHO DE JUZGAR A UNA PERSONA POR SU GÉNERO, ASÍ COMO HACERLO POR SU ETNIA, RAZA O RELIGIÓN. Se trata de conocer nuestra realidad y enfrentarnos a ella conociendo la verdad, no maquillar a esta según lo que nos gustaría que fuese, DE LO CONTRARIO CORREMOS EL RIESGO DE DESLIZARNOS POR UNA PENDIENTE QUE NOS CONDUCE AL ABISMO COMO ESPECIE”. ¡¡¡¡WTF!!! Ah, también vienen varias líneas con tropecientos nombres ingleses y americanos de mujer …. porque BOT´s automate task.

      Vienen hasta ejemplos de niños que se quedaron sin pene o que nacieron sin él, citas locas a Steven Pinker y quejas a la sacrosanta-santa inquisición de la posverdad, y vienen porque todavía se os atraganta que no se le niegue el derecho a existir a una persona que no puede vivir con el género que se le asignó con razón a sus genitales o que las mujeres puedan vivir, como hacen muchos hombres, de su salario POR TRABAJAR. Se os atraganta hasta el uso del término «género» ¿?? Hasta cuando se os habla de mera supervivencia o de pagar un alquiler os derrumbáis mentalmente porque son OTROS, con otros deseos, prioridades, intereses y problemas.

      Ve a contarle lo de rasgar los vestidos a los niños que, sin que sea debido a un problema médico, nacen sin pene y no se sienten niñas desde los dos años de edad y nunca lo harán les pongas los vestidos que les pongas. ¿De esto no encuentras estudios??? Porque es algo que cada vez está mejor estudiado en medicina y psicología. De hecho, ahí está el problema y de ahí el problema, no de que nadie haya negado que un pene y una vagina no puedan diferenciarse. Y con el tema de las mujeres igual. El ingeniero de Google JUSTIFICA la discriminación salarial de las mujeres porque biológicamente estaríamos menos programadas para lo que él hace, que es ser biólogo de sistemas e informático. Pero según él, al parecer, se nos dan mejor las personas y la estética, cuando en todas y cada una de la áreas, y en todos los países y continentes, estamos y hemos estado menos o nada representadas, incluidas las áreas asociadas con la política y el arte. Lo estamos en todo excepto en la crianza y los cuidados. Y en esta última depende también de que no haya un padre u hombre maltratador y machista de por medio, en cuyo caso ninguna madre es inocente ni quiere a sus hijos y ninguna mujer no padece de histeria peligrosa hasta que se demuestre lo contrario. Hay algo particular de los seres humanos denominado la DIMENSIÓN CULTURAL. Meter variables a nivel de mamíferos y de cazadores-recolectores para hablar de un problema laboral del siglo XXI en Estados Unidos en la empresa Google en un artículo de un artículo think-tank no es ni para un chiste. Es que ya no es ni comprensible, y más cuando no sois personas analfabetas y todos tenéis formación superior. Es que yo no veo en los niños de cuatro años tanto desacople argumentativo.

      Nadie, ABSOLUTAMENTE NADIE, ha negado nunca que dos religiones diferentes sean diferentes, que un negro del Congo no sea un asiático de China o que haya a quien no le cuelguen dos cojones y a quien sí. Esos son HECHOS, y como tal SE ASUMEN. NO ESTÁN EN NINGÚN DEBATE. EL DEBATE SOLO EXISTE COMO LA ESENCIA DE VUESTRAS PARIDAS MENTALES. Paridas mentales que encima intentáis rebatir con algo a lo que llamáis ciencia. Aprehender el concepto «diferencia» y los posibles ejemplos particulares y clasificaciones a los que puede dar lugar
      es importante para cualquier operación racional, pero no toda soplapollez que uno suelte por la boca hay que legitimarla en la ciencia ni en la existencia de un fenómeno general inexistente llamado posverdad. En este caso, y cuando no es a la pseudociencia neonazi, al cientificismo, al nihilismo tecnocrático, al marketing o la industria, a lo que estáis llamando ciencia es más bien a un no carecer de tábula, aunque sea ésta una tábula incipiente o primitiva, la idea de tábula o una tábula no desarrollada en acto. Es decir, tener capacidades básicas para recibir pasivamente impresiones y para aprehender algo de la realidad de acuerdo a fines. Y a lo que llamáis «simple lógica elemental» es a tener una tábula rasa. Esto es, desconocer la existencia objetiva de las cosas y de sus relaciones, negando la realidad que a uno le corresponde por su capacidad cognitiva y, por tanto, careciendo de ella. Tener tábula rasa es no tener la capacidad de inteligibilidad de, como mínimo, los primates superiores.

      Pareciese que estáis descubriendo el mecanismo rudimentario del funcionamiento cognitivo de organismos superiores y y que todavía os quedasen siglos para descubrir la mera existencia de la ciencia, la política, la filosofía, la sociología, la historia, la literatura y la economía. Sabéis que en la dinastía Shang eran estalinistas y políticamente correctos porque existía la sociedad. Dinastía: serie de … de uno o varios Estados.. ¡ESTADO!¡SOCIEDAD!= COMUNISMO!!!!! QUE NO OS ENGAÑEN… Parece que hayáis pasado del paleolítico al manifiesto de la alt-right. La gente intercambia cosas yyyy… infierno fiscal porque mordaza de multiculturalismo asesino!! Parecéis extraterrestres cuyo único contacto con la humanidad hayan sido retransmisiones de Hitler. En serio.

    • Bien Berdonio. Tu talento
      Bien Berdonio. Tu talento comunicadosr del espiritu liberal es un ejemplo de lo que refiere Jeffrey Tucker cuando dice ..» El futuro de la libertad depende de nuestra habilidad de comunicar los inmensurables beneficios de la libertad …»
      ¡Y vaya si el eco desesperado a tu comentario aqui lo respalda!
      El ataque a la libertad humana esta en cada rincon y aspecto de nuestras vidas. Aqui el señor Calvo toca un tema ya extenuante en lo mediatico, pero no menos cierto, respecto a la desformacion mas que anticientifica, irracional, sobre la naturaleza del genero , que pretende imponernos la ignorante progresia. Esta lanza una verborragia caleidoscopica e incoherente , recostandose en una literatura menor o de las sombras. Nunca un colectivista que ejerce el poder o sus pusilanimes genuflexos, leera obras magistrales como «Antifragil» de Nicolas Taleb , sino a un enfermizo Sartre. Nunca abordara la lectura de un «Corazon invisible» de Robert Russell, sino que añorara las febriles idealizaciones de una realidad estreotipada de un hemiplegico moral como Bertolt Brecht
      Saludos.

    • Anonimus: Entre tanta
      Anonimus: Entre tanta vulgaridad , mediocre, ramplona que alegremente lanzas, solo os aclarare la vinculada al tema del articulo que precede. Dices: …». Se os atraganta hasta el uso del término «género?» .. Lo que se nos «atraganta» son vuestras nuevas ideologias de genero , prédicas irracionales, emotivas, salvíficas.
      Eso de genero es una importancion plagiaria , fraudulenta de la cultura puritana de la Perfida pero coherente Albion. En la cultura puritana anglosajona la voz sexo, es tanto calasificatoria de varon /hembra como de placer erotico. Por eso en Estados Unidos se atenua el asunto con el eufemismo moralmente correcto del termino «genero» para clasificar los humanos segun su sexo. Pero curioso…alli solo tienen sexo los mamiferos, las cosas son neutras. En las lenguas romances , en cambio, las cosas suelen ser masculinas o femeninas. Y tal como «la mar» tambien puede ser «el mar.» yo os identificaria como «el comentarista»
      … Y mujer ….no es personal, solo pura cuestion semantica que surge espontaneamente de vuestra agresividad testosteronica.

    • ¿Por qué no te mudas a Irán?
      ¿Por qué no te mudas a Irán?

    • Anónimo:
      Anónimo:

      Por supuesto que la emancipación burguesa y el advenimiento de la economía capitalista revolucionaron las relaciones sociales: del vasallaje y servidumbre feudal pasamos a los fueros y franquicias que garantizaban una nueva relativa libertad. Ahora explícame, tonto de las narices, por qué lógica los señores liberales necesitan para evitar ser coaccionados coaccionar a su vez –traicionando sus principios- a no sé qué pringaos. ¿Necesitas tú robar para que no te roben, estúpido? ¿Qué necesidad lógica hay de que alguien deba sufrir un robo?

      Si nunca se ha dejado en paz a nadie, lo que está claro es que la culpa no la tenemos quienes reclamamos la paz y la soberanía individual sino las putas ideas liberticidas que tú defiendes. Tu cinismo absurdo culpando a la víctima de egocentrismo insensible a las necesidades del delincuente merecería una respuesta semejante cuando llores porque te han partido la cara: no requiera usted, señor egoísta, que todas las circunstancias orbiten en torno a su ombligo.

      Aquí nadie se queja de que Google despida a quien le dé la gana, mentiroso, sino, precisamente, de qué no pueda hacerlo y se vea por el contrario obligada a represaliar a quien la Inquisición progresista señale. No es contrario a la Ética (con mayúscula) juzgar a una persona por su sexo, etnia, raza, religión o color de pelo. Eso puede ser muy estúpido (y desde luego sale carísimo en un mercado), pero la verdadera burrada es agredir a quien sólo se niega a relacionarse con quien no le guste.

      Eres más prejuicioso que estúpido, que ya es decir, pero podrás entender que jamás se ha refutado una verdad denunciando los supuestos motivos inconfesables de quien la dice: aunque fuera cierto que los pobres desempleados nos importan una mierda, quien los crea es la puta izquierda que tú defiendes.

      Pero bueno, señor Anónimo antes llamado Silvia, que yo no quiero convenceros de nada a los izquierdosos. Deseo dejaros en paz y exijo vuestra reciprocidad. Sé que es difícil porque la envidia os corroe demasiado como para dejar tranquilo a quien le vaya mejor, pero apostando por la guerra contra los más hábiles sólo conseguiréis, por definición, autodestruiros. Simple lógica elemental.

      Mira que te doy buenos consejos para la vida… y cómo me lo agradeces, perraca.

    • Sí, amigo César, la habilidad
      Sí, amigo César, la habilidad de comunicar es la clave. Y precisamente en lo que fallo, pues desatiendo las formas y hasta a veces me gusta provocar gratuitamente. Otros sois sin duda más eficaces.

      En mi juventud he defendido ardientemente la sociobiología y no creo que nadie desprecie más que yo esas boberías de la pseudoteoría de género. Pero si confundimos una mera pugna política –quién se “legitima” para coaccionar a quien- con un debate intelectual, vamos por mal camino. Por mucho buen argumento, como los de Calvo, en defensa de la ciencia, el hecho cierto es que en tema tan espinoso nadie puede mostrarse aséptico e imparcial, ni siquiera nosotros -nos estamos defendiendo desesperadamente de políticas agresivas-, y, en realidad, sería algo idiota cuando debería estar claro que en política la objetividad SIEMPRE perjudica.

      Sólo hay un camino y debemos ser conscientes de ello: acabar radicalmente con la política estableciendo un pacto de no agresión. Porque la política es guerra y éstas no se ganan persuadiendo con razones al enemigo. No sé si me explico

      Saludos

    • El colectivismo es algo muy
      El colectivismo es algo muy del siglo XX, y por ideología, posición y edad no me representa más a mí que a ti, desde luego. Mira el perfil de la gente que escribe aquí. Aquí no hay ni una sola persona que 1. sea anarquista, que 2. esté lejos del poder o que no tenga o quiera tener contactos con el poder ni que 3. sea individualista y no colectivista. Probablemente sea la persona más anarquista, individualista y más lejana o reacia al poder que ha pasado por aquí. Y lo sabes. Es decir, es que eso también se asume. Eso es un hecho.
      Creo que de colectivo y de poder en mi caso, y en la mayoría de casos que os auto-representáis teatralmente después de tragaros horas de mensajes voceros de ultraderecha, tiende a menos cero.

      Sí que he leído libros del tipo thinking, fast and slow y antifragile. Todos los compré en aeropuertos porque siempre son muy baratos , y creo que al final eso es lo que son: libros de aeropuerto. Todos los he tirado al bajar del avión. Puedo entender que si no eres de izquierdas en un sentido sano, no de leer a Sartre ¿???, sino de tener algo de orgullo de clase, si no puedes coger nada del radicalismo de la derecha y ser honesto con ello porque se ve mal ser fascista o ser nazi y sois unos cobardes, si eres intercambiable con un maniquí y si no has tenido la suerte de ser alguien a quien le representen tiesito en un retrato señorial, si intentar mantener todo en la justa medida y considerarlo todo en términos de inversión te ha acabado desquiciando, no tengas más salidas psicológicas que esta. Y sí, los ultracatólicos y la ultraderecha lo fliparon porque en Inglaterra, hace ya décadas, se empezó a hacer algo denominado como «estudios de género», minoritario entonces y ahora en facultades anglosajonas. Lo fliparon como lo fliparon en su día con los condones y con los Beatles. Desde entonces estáis todos los días llorando por la «ideología de género», que obviamente es solo una invención vuestra y que no me extraña que se os atragante, porque sois lo más pesado y aburrido que ha emergido de la propaganda senil del enjuague del falangismo español y del militarismo y caudillismo latino-americano. Además, importáis un montón de cosas de las mismas desquiciadas cadenas americanas de radio y tele donde señores con traje hecho a medida venden tazas con eslóganes de «inside job», advierten de la invasión musulmana y venden pomadas para la zona perineal de ancianos que no tiene otra cosa que hacer que chistes sobre mariconas. Y esto no es una exageración porque sabes que me quedo muy corta. Y yo no lo digo tampoco como algo personal.

      Se ve que eres bastante pomposo, y sé que a veces no os gusta veros donde estáis, pero sabes que sociológicamente e intelectualmente eres Interconomía y Losantos, que a pesar de ser un fascista sí que sabe en qué consiste el liberalismo, incluido el de Taleb, que sí es liberal y al cual me extraña que hayas leído. Si has leído algo de él no te has enterado de nada, solo has oído lo que puedes encajar en la propaganda de alt-right. Por lo menos su inteligencia va más allá de eso, sea de la ideología que sea, no como la tuya.

      Si fueses un liberal de verdad, apreciarías el pensamiento no dogmático. El liberalismo normal consiste en una legalidad estrictamente burguesa que garantiza y protege al libre mercado. Pero lo hace mediante tratados internacionales, leyes y parlamentos, no mediante la magia. El liberalismo normal también está basado en la razonabilidad sensata, que es lo más alejado de los voluntarismos mágicos y a la destrucción de todos los lazos sociales y de convivencia que sí funcionan y actúan como embudo para totalitarismos.

      Eres lo bastante rancio y reaccionario para haberme amenazado con violencia de género y para insultarme con algo transfóbico, lo que ya hiciste en otra ocasión. Sabes perfectamente lo que eres. Tú no eres ni siquiera liberal, y por supuesto tampoco eres anarquista. A ti te reventaría la cabeza con el anarquismo.

      Yo entiendo que con Bertolt Brecht os de por lo menos un choque anafiláctico. Y así debe ser. Por eso Brecht es Brecht. No es para una persona que junta a Thoreau y a Thatcher en una misma frase mientras echa una flema a un pañuelo con sus iniciales. ¿La desobediencia civil y el ecologismo que significan para ti, pedazo de cobarde reaccionario? Tú eres Thoreau en tus fantasías y Thatcher a la hora de odiar a pobres y marginados para que pijos e hijos de fascistas ensanchen sus cuentas bancarias.

      ¿Quiénes sois vosotros sociológicamente, en serio? Piensa en ti. De qué familia provienes o qué puesto tienes en la sociedad. Esto es un think tank, un lobby. Un lobby para que el poder siga siendo de las personas que tienen el perfil de los que escriben aquí. Entiendo que ser un airbag del poder y un alimento de la ultraderecha al mismo tiempo al final os debe joder, y os debe joder porque intelectualmente os habéis creado un sistema de realidades paralelas e ideas a medio hacer solo para vosotros.

      La realidad es que el que haya personas diagnosticadas con problemas mentales o sociales que estén durmiendo en la calle y el que vosotros vayáis en monovolumen y seáis normativos en todo se debe exclusivamente a que sois la primera línea del poder, por eso intentáis tirar de él, radicalizándolo y actualizándolo para lo nuevo que viene. Nadie os respeta. Sois mentirosos, sois cobardes y sois las ratas de la SICAV de la peor facción del poder y del colectivismo. Sois lameculos y sois matones. Sois machistas y mediocres. Sois probablemente lo peor que ha aparecido en el ámbito sociológico e intelectual en occidente después de los años ochenta.

    • Pero Berdonio!, no desveles
      Pero Berdonio!, no desveles mi identidad 😛
      «En la cultura puritana anglosajona la voz sexo, es tanto calasificatoria de varon /hembra como de placer erotico.»
      Es que César es lo mejor que han dado los think tank liberales. A veces pone comas antes de los verbos entre sujeto y predicado y te habrás fijado en que a veces no escribe «que». Por ejemplo: «sabrás los escritores, escriben libros tratan sobre aventuras». A veces da datos random y a veces tiene mucha gracia.
      Yo objetivamente tengo datos para saber que no hay bots tan sofisticados, pero aún asin ♡♡♡

    • Anonimo :
      Anonimo :
      Eres insoportable y pateticamente ignorante tanto en la interpretacion conceptual de la idea como en su expresion gramatical. ( Os respondo por Cesar porque no creo que este desee perder mas su tiempo en ti )
      Segun la RAE, hay excepciones al uso de la coma antes del verbo, como cuando se impone la cadencia de una pausa entre el sujeto y el predicado. Como en la oracion que tontamente pretendes corregir a Cesar

      Ej. » Mi hermano, como tú sabes, es un magnífico deportista»
      Tu bella dama eres una esquizoide out of hand <3

    • No, eso es un inciso, que
      No, eso es un inciso, que aporta información entre comas.
      «Mi hermano, es un magnífico deportista»: este el ejemplo que yo he puesto, no el que tú pones.
      En vez de preocuparos por no parecer gilipollas, deberías preocuparos por no serlo. Es que os esforzáis cero con todo. Si tú le dices estas cosas a una persona con dos luces, va a pensar que eres doblemente idiota, por serlo y por tratarla de idiota.

      «Eres insoportable y pateticamente ignorante tanto en la interpretacion conceptual de la idea como en su expresion gramatical.» Esto probablemente sea totalmente cierto, pero si me comparas con gente agradable y con inteligencia, no con vosotros.

      Y vaya por delante que siento haber usado yo el término «esquizoide» como un insulto, porque obviamente no lo es. La verdad es que no me gusta nada usar enfermedades, trastornos o cuestiones no neurotipicas como adjetivos, y mucho menos como insultos. Lo que pasa es que no se han inventado ni definiciones ni insultos que no vayan a por quién no tiene culpa del asunto. No me gustaría contribuir a que se use de esa forma, y creo que lo usas porque yo lo usé.

  2. La política no tiene nada que
    La política no tiene nada que ver con la verdad, ni con la ciencia ni con la realidad. La política solamente tiene que ver con «lo que conviene ahora».
    Siempre nos ganan. Nosotros vamos con la verdad por delante, pero ellos saben todas las trampas. Por ejemplo, la manipulación del lenguaje. Ya hemos perdido la batalla. Ahora es «género», no «sexo». Ya no hay marcha atrás. Pero esperemos quince o veinte años para ver cómo la palabra «género» pasa a ser una palabrota y hay que cambiarla por otra.
    Insisten los listillos que género es distinto de sexo, que género es un concepto social y político. Pero resulta que todos los hablantes hablan ahora del género de los conectores eléctricos, del género de sus mascotas, del la cirugía de reasignación de género, del cambio de género en los documentos de identificación, de la obligación legal de llamar a las personas con las palabras que ellas determinen, con amenazas de sanciones para los que no se sometan.

    La Seño: «A ver, Juanito, dime cuál es el género del corderito de este dibujo.»
    Juanito: «Seño, no contestaré a esa pregunta ni delante de mi abogad@.»
    La Seño: «Juanito, no estás colaborando.»
    Juanito: «Serán las pastillas.»
    La Seño: «Pero si tú no tomas pasti…»
    Juanito: «Exacto.»

  3. No estoy a favor de la
    No estoy a favor de la ideologia de genero simplemente existen realidades básicas que uno no tiene todos los días que plantearse como que el toro muere o no muere en la plaza etc. Otra cosa es ser flexible con los que piensan que el toro no muere en la plaza y respetar sus opiniones todo lo humanamente posible con un limite claro que me dejen a mi y a familiares y amigos en paz.


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