La historia económica es una rama de conocimiento que se ha ido perdiendo a lo largo de los años. Una disciplina dedicada al estudio de los eventos económicos más relevantes a lo largo de la historia de la humanidad, disciplina olvidada, pero que tiene una riqueza e importancia sin igual. En esta serie de artículos repasaremos algunos de los aspectos económicos más importantes de la Edad Moderna, con autores y tesis de referencia.
Carlo M. Cipolla describe la historia económica como los hechos y vicisitudes económicas a gran escala, la historia de las teorías económicas es la historia de las doctrinas. Cualquier definición se tiene que hacer en un sentido amplio, debemos incluir la historia de los hombres, pero también de las instituciones. Aunque hay una protohistoriografía económica en el siglo XVII, no fue hasta mediados del siglo XIX y principios del siglo XX cuando aparece la historiografía económica con reconocimiento académico.
Su mayor desarrollo fue entre 1930 y 1970, organizándose de distintos modos y formas. En EE.UU., los historiadores económicos estaban vinculados a departamentos de economía más que de historia, por lo que la teoría y la estadística fueron fundamentales. En Francia, los historiadores de la economía estaban vinculados a departamentos de historia, y su interés consistía más en la recopilación de datos. A su vez, en Inglaterra, los historiadores de la economía no se vincularon a ningún departamento, sino que crearon sus propios departamentos, aunque primaban los miembros provenientes de departamentos de historia. Y en España, hay que decir que en un primer momento la historia económica quedó en mano de historiadores como Fernández Clemente, Luis Germán, Fontana…
Una economía de subsistencia
Estamos hablando de una disciplina humanística por su carácter histórico, pero con determinados matices. La historia económica no puede apartarse completamente de la teoría económica, ambos bloques están condenados a entenderse. Otro aspecto fundamental en la historia económica es la formulación del problema, posiblemente esto venga derivado de la historia, en la formulación de un buen problema, de una buena cuestión, está la clave de una correcta investigación.
Las características principales del periodo en el que vamos a trabajar son las siguientes. En primer lugar, nos encontramos en una economía de subsistencia o preindustrial, donde 9 de cada 10 europeos vivían en zonas rurales y ciudades pequeñas, donde la mayoría de ellos se dedicaba a la agricultura. Tanto la nobleza como la Iglesia eran los grupos dominantes de la sociedad. Los niveles de productividad eran extraordinariamente bajos y las comunicaciones y transporte estaban muy poco desarrollados. Todo ello no significa que la economía del antiguo régimen no se viese sujeta a innovaciones y cambios.
Pierre Goubert habla de varias rupturas, la primera de ellas es la aceleración de los transportes, tanto marítimos, imprescindibles para la conquista de nuevos territorios, como fluviales, esenciales para el comercio y la industria textil. Otra de las grandes rupturas de la modernidad será la creación del Estado moderno tal y como lo conocemos. También tendremos la reforma protestante, que dará para muchísimo debate a nivel económico, sobre todo a raíz del libro de Max Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Veremos un gran crecimiento demográfico gracias al crecimiento económico, y un crecimiento del ateísmo en la sociedad, derivado del surgimiento del movimiento ilustrado.
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