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Sionismo y libertarismo: ¿contradicción o afinidad?

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Murray N. Rothbard, uno de los más prolíficos y originales intelectuales de la Escuela Austriaca de Economía, abordó las ideas austriacas desde la perspectiva de los derechos naturales. Si bien los aportes de Rothbard enriquecieron inconmensurablemente el edificio teórico de la Escuela Austriaca, su crítica férrea a la existencia del Estado Judío de Israel desde su perspectiva libertaria ha conducido a algunos de sus seguidores a cometer la arrogancia intelectual de categorizar a los libertarios sionistas como falsos libertarios.

Walter E. Block vs. Hans-Hermann Hoppe

Walter E. Block, discípulo de Rothbard, ha sido un defensor de la existencia del Estado de Israel desde la perspectiva del liberalismo clásico. Y en el contexto de los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023 perpetrados por Hamás, escribió junto a Alan G. Futerman un artículo publicado en el Wall Street Journal, que se titula: “El deber moral de destruir a Hamás». En dicho artículo, Block es enfático en justificar el derecho a la autodefensa de Israel y su derecho a la lucha por la eliminación de la organización terrorista.

A raíz de las declaraciones de Block, Hans-Hermann Hoppe, discípulo también de Rothbard y coautor con Block de algunas publicaciones, le escribe una carta abierta con el fin de distanciarse moral e intelectualmente de él. Desde su interpreación libertaria-rothbardiana, considera ilegítima la existencia del Estado Judío, así como las represalias del Ejército de Defensa de Israel al ataque terrorista del 7 de octubre de 2023. En dicha carta, Hoppe ha calificado a Block de “colectivista desquiciado arrastrado por impulsos genocidas”. Sentencia que Block no es un verdadero libertario y le ejecuta una especie de excomunión del sistema rothbardiano.

Sin pretender entrar en la profundidad de las aguas tenebrosas en las cuales este milenario y aparente irresoluble conflicto yace, expondré por qué las conclusiones de Hoppe se derivan de puntos de partida erróneos y de análisis contextuales insuficientes.

Una parábola para comprender el surgimiento del “Estado Judío”

Para seguir el análisis, antes de entrar en discusiones históricas que no llevan a ningún puerto, vamos a conceder a Hoppe la premisa de que la relación entre el pueblo judío y la Tierra de Israel es para efectos libertarios insignificante, pues sólo el individualismo metodológico podría llegar a una conclusión válida en este sentido. Asimismo, para no utilizar la palabra “judío”, pues provoca en algunas personas emociones o prejuicios, diremos que estas personas que fundaron el Estado de Israel, son “pelirrojos” y que en vez de fundar el Estado Judío, fundaron el “Estado Pelirrojo”. Ese tipo de simplificación, ya utilizada en otros contextos por Rothbard, seguramente será bienvenida por Hoppe.

Resulta que en este mundo hipotético, por siglos los pelirrojos han sido víctimas de atropellos a sus derechos humanos más fundamentales. En determinados momentos históricos se han considerado ciudadanos de segunda clase, e incluso han se han catalogado como infrahumanos. Como es de esperar, los pelirrojos han sudrifo asesinatos, expropiaciones, difamaciones, expulsiones, experimentación humana, y un sinnúmero de violaciones.

Conscientes de que sus acciones por dejar de ser pelirrojos -como teñirse el cabello, depilarse o usar peluca- no bastan para que las sociedades los integren sin prejuicios ni violencia, los pelirrojos del mundo comienzan a dialogar y buscar soluciones al “Problema Pelirrojo”. Llegan a la conclusión de que la única manera de asegurar su supervivencia y una vida digna es mediante la creación de un Hogar donde puedan, antes que nada sobrevivir como individuos, y al mismo tiempo emanciparse como nación. Nace así su sueño de establecer el “Estado Pelirrojo”.

Soñadores pelirrojos

Algunas décadas después del “Primer Congreso de Soñadores Pelirrojos”, sucede que en la región del mundo dónde más pelirrojos habitan, se desata la guerra más masiva y sangrienta jamás ocurrida. Para no defraudar a la historia, esta vez los pelirrojos serían señalados por los males del mundo. Indefensos, se enfilaron a las cámaras de gas y paredones de fusilamiento. Dos terceras partes de los pelirrojos de Europa fueron asesinados.

Los supervivientes, sin más que con sus cuerpos enfermos y desnutridos, buscaron refugio por el mundo. Algunos lograron iniciar sus vidas en destinos distantes; otros se dirigieron a un sitio donde algunos soñadores pelirrojos habían emigrado antes de la Gran Guerra. Habían colonizado tierras y creado sociedades productivas. Los pelirrojos no estuvieron exentos de conflictos con las poblaciones que también habitaban esos territorios. A pesar de las adversidades y tensiones constantes, los pelirrojos deciden proclamar el “Estado Pelirrojo” en 1948. Acto seguido, los estados circundantes lanzan una guerra para eliminar a esta nación incipiente.

‘Guerra y culpa en Oriente Medio’

Hoy día, casi ocho décadas después, los pelirrojos continúan teniendo su estado. Los conflictos no han cesado, y el mundo todavía les exige cuentas sobre el acto originario que dio pie a la creación de su capricho emancipador.

¿Era realmente necesario la creación del “Estado Pelirrojo”? Muchos pensadores que en sus posiciones económicas, sociales y políticas se encuentran en las antípodas, coinciden en señalar al “Estado Pelirrojo” de agresor, colonialista, genocida, entre otros variados calificativos. Para muchos de estos intelectuales, este pequeño estado se ha convertido en su único punto de convergencia, y a veces, a los ojos de los pelirrojos del mundo, el “Estado Pelirrojo” se ha convertido para la esfera intelectual en una especie de obsesión.

Desde intelectuales socialistas hasta libertarios pelirrojos del mundo, han llegado a defender la idea de que el “Estado Pelirrojo” debería desaparecer y que los pelirrojos del mundo deberían pasar a ser nuevamente buenos ciudadanos del mundo y vivir en paz como, según estos intelectuales, siempre lo hicieron hasta la creación del “Estado Pelirrojo” (véase, por ejemplo, War and Guilt in the Middle East, de Murray N. Rothbard, 1967).

Hoppe: sobre el Estado Judío y el conflicto árabe israelí

Según Hoppe, el punto de partida para el análisis del conflicto árabe-israelí debe ser un diagnóstico de la institución de la propiedad privada de acuerdo a la doctrina libertaria. Concluye que lo judíos contemporáneos fallan en la reivindicación de su patria en Palestina, pues sólo mediante el abandono del individualismo metodológico se puede llegar a una conclusión semejante.

Referiéndose al conflicto árabe-israelí, dice Hoppe en su carta abierta a Block: “La piedra angular de la doctrina libertaria es la idea y la institución de la propiedad privada”. No hay dudas de que la propiedad privada es una institución fundamental según la doctrina libertaria. Es además un pilar del capitalismo y una institución ubicua en las sociedades abiertas y progresistas. Llamarla, por tanto, “piedra angular” no resulta exagerado.

Lo interesante del análisis de Hoppe, es que parece dar por sentado otro de los fundamentos del credo libertario, un derecho originario, subyacente, supremo, condición sine qua non para cualquier otro derecho: el derecho a la vida.

Los derechos a la libertad, propiedad, búsqueda de la felicidad y cualquier otro, sólo aplican para individuos en vida. Siendo esto así, tiene derecho un individuo a procurar su supervivencia aun si esto implica un atropello a los derechos de propiedad de un tercero. Si para efectos dialécticos, concedemos que los pelirrojos invadieron tierras de terceros para construir una fortificación para salvar sus vidas, ¿sería ello inaceptable según el credo libertario? Si un sediento en el desierto, a punto de desfallecer roba agua de un tercero para salvar su vida, ¿amerita una condena a muerte del mundo libertario? ¿Están los derechos de propiedad por encima del derecho a la vida?

El derecho a la vida

En el caso del “problema judío”, partir de que el derecho a la vida está dado y saltar de inmediato a la institución de la propiedad privada es un error analítico monumental. Para Hoppe, en síntesis, el problema árabe-israelí se reduce a un problema de ocupación injustificada de territorios por parte de judíos europeos de ideología sionista que desplazaron a sus habitantes árabes.

En su sesgado análisis histórico – un análisis completo de este conflicto es francamente imposible por su complejidad circunstancial y extensión temporal – Hoppe invalida la relación histórica entre la Tierra de Israel y el Pueblo Judío. Según Hoppe asociar una tierra a un pueblo es un argumento colectivista, pues sólo los derechos de propiedad demostrables y en manos de individuos tienen validez desde la perspectiva libertaria.

Hoppe parece desconocer el derecho fundamental de un conjunto de individuos históricamente oprimidos a establecer un hogar en donde lograr su autodeterminación y tener la oportunidad de ejercer su derecho a la autodefensa. En el caso del pueblo judío, naturalmente su hogar es Sión; esa tierra sagrada que ha sido el punto de referencia para sus rezos, pues ahí estuvieron sus templos destruidos, el primero por los babilonios y el segundo por los romanos. Esa tierra que en cada festividad que celebran los judíos de la diáspora desde hace dos milenios se menciona en esta frase: “L’Shana Haba’ah B’Yerushalayim” (el año que viene en Jerusalem).

Hoppe sobre el sionismo

Aunque Hoppe se aferre a la idea de que el vínculo de la Tierra de Israel con el pueblo judío carece de validez desde la perspectiva rothbardiana, en el contexto real de la historia, partiendo de un pueblo perseguido y errante, desligitimar la recolonización de de Sión por parte del pueblo judío, o bien negar su derecho a asentarse y autodeterminarse en su tierra histórica, no es otra cosa que quitarle la categoría de humano al judío errante, y condenarlo nuevamente a los progromos y genocidios.

Que Hoppe considere al sionismo como fuerza ocupadora y supremacista, contradice la postura de Teodoro Herzl, padre fundador del sionismo político moderno. Para él, el sionismo “es una respuesta al antisemitismo, pero también es una forma de amor hacia nuestra cultura y nuestra historia”, que “no busca la superioridad sobre otros pueblos, sino nuestra propia autodeterminación”.

En su obra El Estado Judío, que sentó las bases ideológicas de lo que sería Israel medio siglo antes de su fundación, Herzl propone una sociedad donde “si se da el caso de que también vivan entre nosotros gentes de otra religión y de otra nacionalidad, les conferiremos protección e igualdad de derechos”.

Su diatriba en contra de Israel, en la que Hoppe acusa a Israel de cometer apartheid contra ciertos ciudadanos, no se fundamenta en elementos de la ideología sionista, y desde la realidad actual cabría preguntarse: ¿cómo se explica que ciudadanos árabes-israelíes, cristianos, drusos, beduinos, y tantos otros más, sean combatientes en el ejercito sionista y miembros de organizaciones políticas de Israel? ¿Cuál es entonces el factor que confirma ese supuesto apartheid?

Sobre la propiedad de la Tierra de Israel

Según la ética libertaria, en palabras de Hoppe:

En todos los casos de reclamaciones de propiedad en conflicto llevadas a juicio para que se dicte sentencia, la presunción es siempre favorable al poseedor actual del recurso considerado. Y la carga de la prueba en contrario recae siempre sobre el oponente del estado actual de las cosas y de las posesiones actuales. El oponente debe demostrar que, en contra de la apariencia prima facie, tiene un derecho mejor porque posee un título de propiedad más antiguo que el de su propietario actual y que, por lo tanto, su posesión es ilícita. Si y sólo si el oponente puede demostrarlo con éxito, la posesión cuestionable debe serle restituida como propiedad. Por el contrario, si el oponente no consigue demostrarlo, las cosas seguirán como están.

Hans-Hermann Hoppe. An open letter to Walter Block.

En lo referente al Estado de Israel, dice Hoppe:

En el mejor de los casos, sólo un exiguo 7 por ciento del actual territorio israelí fue adquirido o comprado regularmente por judíos antes de 1948 y, por lo tanto, podía reclamarse como propiedad judía legítima.

Hans-Hermann Hoppe. An open letter to Walter Block.

Se concluye por tanto, según la ética libertaria que las tierras de Israel le pertenecen a sus propietarios actuales y que únicamente aquellos despojados de su tierra y sus descendientes que puedan demostrar títulos de propiedad más antiguos que los de propietarios actuales de tierra, tendrían derecho a pedir compensaciones sobre sus tierras. Eso de ninguna manera significaría que el restante 93% de las tierras de Israel sean propiedad de individuos palestinos, pues antes debe demostrarse que durante Mandato Británico en Palestina esas tierras tenían propietarios genuinos de origen palestino.

¿Exigirá Hoppe que se compense a 800.000 judíos?

Como Hoppe propugna la igualdad ante la ley, debe exigir del mismo modo, que se compense a los descendientes de los más de 800 mil judíos exiliados de países árabes entre 1948 y 1952. Ellos pertenecían a comunidades mucho más antiguas que la misma existencia del Islam; sin embargo, se vieron obligados a abandonar estos países en expulsiones masivas después de la Declaración de Independencia del Estado de Israel, asentándose la mayoría en el incipiente país. Para contextualizar ese episodio, cabe mencionar que ese número de personas judías expulsadas de países árabes supera a los árabes palestinos que abandonaron o se vieron obligados a abandonar Israel en el momento de su fundación y quedaron confinados en campamentos de refugiados.

De forma similar, el profesor Hoppe debería estar abogando activamente por las compensaciones a los descendientes de los millones de judíos de Europa que fueron asesinados, expulsados y despojados de sus bienes materiales durante la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Entre las anécdotas que el profesor Hoppe debería considerar al lamentarse sobre la existencia de Israel, está la de los casi mil judíos que lograron escapar del Holocausto en el transatlántico St. Louis y que al llegar a América no lograron desembarcar, ante la negativa de Cuba, Estados Unidos y Canadá de recibirlos. El barco regresó a Europa, donde 254 de sus pasajeros murieron asesinados en el Holocausto. Ciertamente los judíos no eran bienvenidos en casi ningún sitio. De hecho, los judíos sobrevivientes del Holocausto que ingresaron a Palestina no lo hicieron legalmente, sino que en condición de ilegales.

Un hogar para los judíos

La realidad, aunque algunos idealistas no la quieran ver, es que la existencia del “Estado Judío” da a los judíos de todas las latitudes la seguridad de tener un hogar, o un recurso de última instancia.

Israel ha sido el refugio judíos soviéticos afectados por el comunismo, de judíos etíopes afectados por guerras y rescatados mediante la Operación Moisés, de judíos expulsados de sus países en Medio Oriente y norte de África, de judíos argentinos afectados por las crisis económicas, de judíos franceses hoy día asediados por el antisemitismo, y muchos más. Esos judíos que lograron migrar a Israel conservan sus vidas y en gran medida su libertad y propiedad; y para muchos de ellos, a pesar de no haber llegado a Ancapia, Israel representa una mejoría inmensa en su bienestar.

Como se explicó, Israel fue la concreción de un sueño milenario, conseguido mediante migraciones voluntarias, sacrificio y trabajo intenso. Posiblemente no exista ningún otro caso en la historia de los estados en que la fundación de uno se haya dado de un modo tan consciente y anhelado por tantas generaciones. Quizá se podría decir que a pesar de que el Estado de Israel contemporáneo tenga los mismo defectos que cualquier estado, su surgimiento fue un orden espontáneo en el sentido austriaco.

Los ataques del terroristas del 7 de Octubre de 2023 y la respuesta israelí

El 7 de octubre de 2023, se dio en el sur de Israel la peor masacre de la historia del pueblo judío desde el Holocausto. Terroristas de la organización yihadista Hamás atacaron poblaciones civiles dejando un saldo de más de 1200 asesinados y 250 secuestrados. Lo ocurrido fue dantesco: decapitaciones, incineraciones de personas vivas, asesinatos y secuestros de bebés y ancianos, mutilaciones genitales, violaciones sexuales, por nombrar algunas de aberraciones cometidas por los terroristas.

Los terroristas festejaban sus asesinatos con llamadas a sus familiares contando sus “hazañas”, y cuando ingresaban a Gaza con los secuestrados: algunos muertos, otros moribundos y otros absolutamente perplejos, como la madre del bebé de 9 meses y el niño de 4 años que se aferraba a ellos del modo más desesperado -todos aún secuestrados o muertos-, los habitantes de Gaza festejaban la carnicería con júbilo intenso.

Ante tal situación de barbarismo, Block aseveró en su artículo que “es deber moral destruir a Hamás”, por lo que “Israel tiene derecho a hacer lo que sea necesario para desarraigar esta cultura malvada y depravada que reside junto a él”.

Conspiraciones judías

La aseveración de Block provocó el repudio de Hoppe, pues según este último, Block hacía un llamado a “la matanza indiscriminada de civiles inocentes”. Si bien Block fue ligero en su declaración sobre la necesidad de que las Fuerzas de Defensa de Israel exterminen a Hamás a toda costa, en ninguna parte del escrito de Block se propone una matanza indiscriminada o un genocidio.

Además de calificar duramente a Block, Hoppe agregó elementos conspirativos sin fundamento probado que sugerían que varios helicópteros del ejército de Israel habrían asesinado a ciudadanos israelíes. Además, que este incidente se utilizaría por Israel como un argumento para activar su imperialismo y regresar a su “supuesto tamaño bíblico original”.

Todo lo anterior parte de supuestos no demostrados. Sin embargo, lo más grave que menciona Hoppe en su carta es que el ataque de Hamás a Israel no fue “totalmente no provocado” por el liderazgo político israelí.

Ante tal aseveración no queda más que preguntarse: ¿fueron las víctimas de asesinato, secuestro y violación culpables de su destino? ¿Los jóvenes que celebraban en un festival por la paz merecían la muerte, aun suponiendo que el “liderazgo político de su país” fuera asesino? ¿Por qué Hoppe defiende al individuo gazatí, e incluso al individuo alemán de la Alemania Nazi, pero no al judío ciudadano israelí? ¿Por qué insinúa Hoppe que los ciudadanos israelíes deben pagar por los pecados de sus gobernantes? ¿Dónde quedó el individualismo metodológico de Hoppe?

Conclusión

En conclusión, parece ser que Hans-Hermann Hoppe, al igual que en su momento Murray N. Rothbard, mide al Estado de Israel con una vara distinta que con la que mide a sus enemigos. Al ser Israel un país progresista, abierto y con valores occidentales, debe compararse con un ideal libertario. Mientras que sus vecinos salvajes deben tratarse con consideración y aceptar sus pecados.

La Gaza subterránea es una red de túneles terroristas que conectan escuelas, mezquitas, hospitales y zonas residenciales con depósitos de armas. Esos túneles Se utilizaron para el ataque terrorista del 7 de octubre de 2023, y están siendo la vía para movilizar a los secuestrados, terroristas y armamentos.

La máxima autoridad de Hamás, Ismail Hainya, propone la destrucción de Israel gritando: “Palestina es desde el mar hasta el río, desde Rosh Hanikra hasta Rafah” y dice que la generación actual es “la generación del misil, el túnel y operaciones suicidas”.

Mientras Hamás se empeña en destruir a Israel por medio del terrorismo, Israel se empeña en recuperar a los secuestrados, destruir la red de túneles, y aniquilar a los mandos de Hamás y a los terroristas que participaron en la masacre.

Críticas al colectivismo bélico

Seguramente si se tratase de una guerrilla privada o un ejército de mercenarios, Hoppe aceptaría muchas de las acciones que ha emprendido el ejército de Israel; pero al tratarse del ejército de un estado, su condena es tajante.

La postura de Hoppe hace recordar la reacción de Rothbard ante la muerte del Che Guevara: ¡escribirle una elegía! Bastó para Rothbard compartir con el Che -un asesino comunista- el mismo enemigo.

¿Será que Rothbard, siendo el genio que fue, no se preguntó qué hubiese sido del mundo si las ideas del Che y de Fidel, de Marx y de Lennin, hubiesen triunfado? No se pregunta Hoppe: ¿Que sería de la Europa contemporánea si el Islam retrógrado desplazara a la cultura judeocristiana?¿Qué sería del mundo si las aspiraciones de califato de los trasnochados fundamentalistas musulmanes se hicieran realidad?

Sin menospreciar las críticas incesantes de Murray N. Rothbard y de Hans-Hermann Hoppe al colectivismo bélico; en el caso del conflicto árabe-israelí cobra cada vez más vigencia la frase atribuida a Golda Meir: “Si los árabes bajan las armas, se acaba la guerra. Si Israel baja las armas, desaparecerá Israel”.

Ver también

10 mitos sobre Murray N. Rothbard. (Adolfo Lozano).

5 Comentarios

  1. Le felicito por este articulo, ademas de por su ensayo del año 2016 titulado «»PENSAMIENTO ECONÓMICO EN LA TRADICIÓN JUDÍA, CON ESPECIAL REFERENCIA A MOISÉS BEN MAIMÓNIDES: LA PERSPECTIVA AUSTRIACA.

    Lo de Hoppe es realmente de traca; mas aun, yo lo calificaria de «Antijudio», no de antisemita, porque a mi me parece un termino inadecuado; este ultimo termino se refiere mas bien al antisionismo, que simple y llanamente es negarle a los judios el derecho a tener una patria; pero es que ademas en su diatriba contra Block (incluida la «excomunion» del movimiento libertario, con la que seguramente estara de acuerdo el cretino de Lew Rockwell; lo digo porque este tambien es un Antisionista Furibundo) recurre a dos falacias y contradicciones que no aparecen en su articulo; son las siguientes:

    1ª) En otros ensayos de teoria economica (creo que respecto a la inmigracion, con los que yo coincido) dice y con razon que los Bienes Publicos, basicamente las infraestructuras y yo añadiria el ejercito, son propiedad ,refiriendose a los USA como ejemplo, de los americanos que los han sufragado con sus impuestos y que por consiguiente los inmigrantes no pueden disfrutar sin mas de ellos gratuitamente; por consiguiente, basandonos en su definición sobre quienes son los propietarios de esos Bienes Publicos, hay en Jerusalem infraestructuras de hace mas de 2.000 que fueron sufragadas por el pueblo judio, no se cuantas calles, pero hay una que es esencial y que ademas, espiritualmente implica a las tres religiones monoteistas; evidentemente me refiero a la explanada del Monte del Templo y al Kotel o Muro de las lamentaciones que no es otra cosa que un resto del Templo; ¿existe alguna duda respecto a que su propietario originario era el pueblo judio? Mas aun la Arqueologia ha demostrado sin lugar a dudas que el Rey David existió; segun la Biblia, cosa que no esta demostrada, pero es verosimil, David le compro a los Jerusomilitanos el monte Sion para edificar el Primer Templo, que completo o construyo Salomon; de esto tambien hay evidencias arqueologicas; ¿que no hay un titulo de propiedad? No, al igual que las carreteras de los USA que no son propiedades privadas; ¿que tiene que ver todo esto con el colectivismo metodologico? Nada.

    2ª ) Y este argumento es absolutamente deleznable; Para justificar su argumento contra Block tacha los bombardeos de Dresde y otras ciudades alemanas durante la 2ª Guerra como crimenes de guerra (cosa bastantea dudosa) y los equipara con las acciones militares de Israel en la Franja de Gaza; el argumento es retorcidisimo y fanatico, porque no se da cuenta de que hay una similitud esencial , pero contraria a su tesis, entre la Alemania Nazi y La Franja de Gaza ; salvo que tu fanatismo te lo impida, no hay que se muy avezado para darse cuenta; se trata del hecho de que a Hitler y a su grupo de criminales, al igual que a los jefes de Hamas ,Sinwar, Haniye y otros, les importaba/importa un comino lo que le pasa a sus amados pueblos, que por otra parte tampoco estan/estaban exentos de culpa (salvo los niños), porque la mayoria aprueban la ideologia que los sustenta, sin ese apoyo a la larga Hamas no existiria (Ley de Hume )

    Es una pena, porque en lo que se refiere a Teoria Economica tanto Hoppe como Block son excelentes economistas; por cierto, hay que decir que Block, de origen Judio, tambien tuvo la ocurrencia de justificar eticamente el «contrato voluntario de esclavitud»; pero aqui, aunque Hoppe se opuso, no hubo ninguna diatriba ni excomunion; por eso digo al principio que hay antijudaismo en la respuesta de Hoppe.
    Un cordial saludo

  2. Otra cosa, fundamental; es lo que ocurre con las prisas; desde el punto de vista etico y del derecho internacional, en el sentido de Francisco de Vitoria, Grocius, etc; , jamas hubo hasta el momento actual un ejercito como el de Israel; pero, la cuestion fundamental es que antes de la Escuela de Salamanca y del CRETINO de Lutero, ya existia el Judaismo y la Tora; y Occidente sin eso no es nada eticamente

  3. No soy Judío, solo un ciudadano del mundo,he leído este ensayo lo cual es muy complejo para mí, pero quiero decir que después de todo lo que leí, Israel es el pueblo escogido de Dios, mucho antes que fronteras existieran y teléfonos celulares con vídeo cámaras ,existieran como ahora que graba de todo lo entendible y lo no entendible.
    Todo este conflicto me ha llegado a enseñar que Palestina ( dicho de los Ingleses ) son los mayores culpables NO el pueblo judío, ellos en una cobardía post guerra, no tuvieron los shortcitos bien puestos y dejaron un relajo hasta 1948 que Israel nace como estado.


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