El estadio en que estamos en la evolución de las ideas liberales nos obliga a aunar esfuerzos entre todos, porque somos una red creciente de ramificaciones ya impredecibles.
El 12 de marzo de 2005, vio la luz el Instituto Juan de Mariana, proyecto soñado y ejecutado por su fundador, Gabriel Calzada. Diez años dan para mucho. Varios de los que nos sumamos a esa apasionante aventura entonces éramos unos polluelos recién salidos del cascarón. Hace tiempo que dejamos de serlo.
Hoy, todos aquellos jóvenes que se acercan a nosotros con la energía y el entusiasmo propios de quienes buscan la «verdad» y lo «correcto» por encima de todo serán los que tomen el testigo. Necesariamente. Afortunadamente. Dentro de un proceso como es el desarrollo de una institución, hay un momento para cada cosa. Y, para nosotros, tras estos diez años de andadura, era imperioso dar un giro a nuestra cara más visible, nuestra web, y a nuestro rumbo, nuestra estrategia. Se trata de una mera adaptación a los tiempos. Nada que el tiempo no imponga si no queremos ahogarnos antes de llegar a la orilla. Pero también es resultado de querer más, de aspirar a más.
Gabriel empezó con las manos vacías y un grandioso empuje capaz de embriagar incluso a los que nacimos inertes. Pero diez años más tarde, las cosas han cambiado, y mucho. No sólo en nosotros; también en nuestro entorno. De los seminarios de Jesús Huerta de Soto o Carlos Rodríguez Braun salió una semilla con tintes marcadamente académicos. De esa semilla nació un Instituto. Y de todas aquellas instituciones y personas que promueven las ideas de la libertad, entre ellas, el propio Instituto, está brotando un árbol con ramificaciones variadas e impredecibles. Ya son muchas las personas que siguen estas ideas. Ya no tenemos la sensación de estar solos. Ya no se se concentra sólo en el campo académico. El estadio en que estamos en la evolución de las ideas liberales nos obliga a aunar esfuerzos entre todos, porque somos una red creciente de ramificaciones ya impredecibles. Y, por lo mismo, nos impone una adaptación a nuevos públicos y nuevas formas de comunicar. No es sólo necesario. Es un hecho. Ya hemos trascendido el ámbito puramente académico. Por eso, desde el Instituto, trabajamos como el primer día para seguir desplegando la red de la libertad, y aprovechamos para incorporar nuevos bríos e ideas. Para esta preciosa e incierta empresa, esperamos y necesitamos contar contigo. Esta es tu casa, la casa de todos los amigos de la libertad.
3 Comentarios
La casa de los amigos de la libertad
No creo que sea el único, (llevo casi 10 años siguiendo al IJM), pero los que no somos académicos no sabemos como poder colaborar, en que podemos ser útiles.
Seguís siendo unos polluelos
Seguís siendo unos polluelos aunque académica e intelectualmente hace mucho que dejaremos de serlo. Mi más sincera enhorabuena por estos diez años iluminando como un faro en la oscuridad.
Me alegra poder volver a
Me alegra poder volver a comentar aquí, después de meses sin poder hacerlo. Muchas felicidades en esta nueva andadura.