El fin del dinero estatal vendrá cuando el uso de las divisas electrónicas se extienda mucho más allá de su actual alcance y suponga una verdadera amenaza a los privilegios actuales de todos los Estados.
En los dos artículos anteriores hemos analizado el monopolio estatal en la emisión de dinero y el papel que los distintos Bancos Centrales han desempeñado a la hora de utilizar este privilegio en beneficio de sus respectivos gobiernos. Tras haber visto las perniciosas consecuencias y los terribles incentivos del dinero fiduciario controlado por un órgano centralizado, dependiente del Estado y sin ningún tipo de control, hoy pasaremos a analizar algunas de las alternativas liberales a este monopolio generalmente aceptado por el público.
Los economistas austríacos coinciden en criticar el papel de los bancos centrales y el estatismo monetario, donde discrepan es en las alternativas: patrón oro, reservas fraccionarias, reservas del cien por cien, libertad de emisión monetaria a los bancos o teoría del free banking, pero podríamos agruparlos en dos grandes grupos, a saber, defensores del patrón oro y de la desnacionalización del dinero con competencia entre monedas.
Una de las alternativas más conocidas es la que tratamos en el primer artículo de esta serie, no es otra que la presentada por el Nobel de Economía en 1976, Friedrich Hayek, donde propone la desnacionalización del dinero y que sean diferentes emisores privados los que, compitiendo entre sí como con cualquier otro bien, provean de un dinero de mucha mayor calidad y a un menor coste a todos los usuarios. Para el economista austriaco, no habría necesidad de establecer un patrón oro en este modelo de competencia, pues sería la propia competencia la que actuaría como salvaguarda y obligaría a los emisores de dinero a actuar de una forma responsable. La idea de Hayek era la de eliminar el “curso forzoso” impuesto por los Estados por otro en el que la gente pudiese escoger libremente entre las distintas alternativas.
Algunos economistas liberales se atreven incluso a criticar el patrón oro, como por ejemplo Michael Suede quien argumenta en su blog que, cuando el oro está representado en otro bien (billetes de banco), ¿quién puede garantizar que realmente el banco no está emitiendo más billetes de los que podría por sus reservas en oro? ¿La ley? Suede se apoya en el carácter arbitrario en el dictado de las leyes y en los ejemplos históricos para rechazar el patrón oro.
Jesús Huerta de Soto o Murray Rothbard, por su parte, defienden el patrón oro, pero sostienen que debe ser acompañado de libertad de emisión por parte de bancos privados, al mismo tiempo que debe imponerse el 100 por cien de encaje para evitar que los bancos expandan el crédito con asientos contables, es decir, la banca debe mantener sin prestar la totalidad de los depósitos a la vista que sus clientes le conceden a la espera de que estos sean reclamados, de forma que, si todos los depositantes exigieran simultáneamente la retirada de esos pasivos los bancos podrían hacer frente a las demandas sin ningún problema.
Para estos economistas, el problema surge cuando entra en juego la expansión del crédito originada por el sistema bancario de reserva fraccionaria, en el cual los bancos “pueden crear dinero de la nada”. Todo este proceso pernicioso viene además dirigido por el Banco Central, organismo encargado de gestionar la oferta monetaria y fijar los tipos de interés. El problema de esta expansión del crédito mediante la reserva fraccionaria es que se produce dinero de la nada que genera inflación, distorsión crediticia y finalmente el ciclo económico, por tanto, la banca libre con reserva fraccionaria sería inestable.
Los teóricos del free banking con Larry White y George Selgin a la cabeza, se diferencian principalmente de Murray Rothbard y Jesús Huerta de Soto en la no necesidad de una reserva del 100% de los pasivos bancarios a la vista. White toma como modelo la experiencia de la banca libre en Escocia a principios del siglo XVII. Según este mismo autor, “durante más de un siglo hubo estabilidad monetaria y bancaria bajo un sistema de banca libre, en el que varios bancos emisores de forma competitiva y descentralizada podían emitir sus propios billetes bancarios respaldados en oro”. Básicamente la estabilidad venía dada por un sistema de compensación entre bancos donde rápidamente se ponía de manifiesto si alguna de las entidades tenía problemas. De esta forma, al contrario que hoy con la safety net del banco central, se fomentaba la responsabilidad crediticia.
Ambas corrientes comparten la opinión de que los bancos, como cualquier otra empresa privada, deben encuadrarse en un marco de competencia de la misma forma que lo hace cualquier otro sector y sin el beneplácito político como en la actualidad. Actuando en competencia y a sabiendas que no tienen el respaldo infinito de la banca central detrás, los incentivos a actuar de una forma responsable y menos cortoplacista sería mucho mayor.
Como bien resume Adrián Ravier, en la historia bancaria se han puesto en práctica algunas de las propuestas vistas anteriormente, algunas de forma completa como la del patrón oro y banca libre con reserva fraccionaria a lo White y Selgin, y otras posteriores de una forma más parcial o alejada del encaje liberal: patrón oro y Bancos Centrales como monopolistas de emisión o el pseudopatrón oro, similar al punto anterior pero después de la Primera Guerra Mundial.
Algunas de las propuestas austríacas o liberales aún no aplicadas serían la competencia de monedas con dinero fiat a lo Hayek o el free banking con encaje del cien por cien a lo Rothbard y Huerta de Soto.
De todas estas ideas, la que podría parecer más fácil de llevar a cabo en el entorno actual de continuo desarrollo de criptomonedas como Bitcoin, Ethereum o Ripple sería la hayekiana de desnacionalizar la emisión de dinero hacia una competencia de emisión privada y hacia un nuevo paradigma en la historia de la política monetaria. Este cambio se llevaría a cabo no porque los Estados se hayan dado cuenta de las terribles consecuencias de la gestión actual del dinero fiduciario o porque hayan decidido, por fin, poner punto y final al privilegio de emisión de dinero de forma discrecional y en beneficio propio. Ni tan siquiera para evitar que otros políticos de ideologías opuestas puedan verse enfrentados a tal perniciosos incentivos. No. El fin del dinero estatal vendrá cuando el público entienda cómo de negativo es el dinero que están utilizando actualmente y abracen alternativas mucho mejores: más baratas, eficientes, rápidas y flexibles, pero sobre todo, lejos de las garras intervencionistas del Estado, que lo único que logran es disminuir su valor y minar la capacidad adquisitiva de la gente que lo utiliza. El fin del dinero estatal vendrá cuando el uso de las divisas electrónicas se extienda mucho más allá de su actual alcance y suponga una verdadera amenaza a los privilegios actuales de todos los Estados.
6 Comentarios
Buen articulo Jordi y
Buen articulo Jordi y fijate lo que ahora está reconociendo Greespan despues de lucrar con la FED , https://mises.org/blog/alan-greenspan-admits-ron-paul-was-right-about-gold
Siempre que el estado obligue
Siempre que el estado obligue a pagar los impuestos y gaste en n moneda fiat , es decir, moneda soberana, seguirá habiendo dinero del estado.
PEDRO, buen comentario.
PEDRO, buen comentario. Antiguamente se cobraban tributos en especie también, hasta que se empezó a ver el chollo del dinero. Mucho más fácil de cobrar evidentemente sobretodo si circula tanta cantidad.
CESAR, supongo que con centralización os referís a que se genera dinero sin saber exactamente cuanto quiere la gente. Un monopolio natural de producción de un medio de cambio de darse tampoco sería un centralismo ya que incurrirá en riesgo de desaparición si no hay demandantes que a su vez ofrezcan algo.
Yo estoy a favor de la soberanía monetaria pero para seguridad frente a externalidades negativas. Frente a internalidades negativas que se pudieran dar como pasa en Venezuela hoy, simplemente, legalizar el emprendimiento de medios de cambio, como Bitcoin y demás.
Es que un medio de cambio descentralizado o no monopolizado naturalmente, sólo puede darse en anarquía (para evitar el monopolio coercitivo estatal) y en un mercado de competencia perfecta a la vez yo creo.
También podría darse la situación de varios medios de cambio circulando legalmente, pero la gente de forma generalizada debería de aceptar todos los medios de cambio que hayan entonces.
Las monedas y los billetes aunque equivalen a euros en España y la eurozona, se podría decir que son dos medios de cambio ambos valorados. Y dentro de ellos, las monedas más pequeñas por ejemplo. Por eso las de 1 cént. aunque las tengas ya son más para coleccionismo a no ser que juntes muchas; pero en este caso ya sería más dudoso que te acepten pagar con 100 monedas de 1 cént. algo que está a 1 €.
Faked.
Faked.
Disculpa mi respuesta recien hoy. Estuve viajando por negocios 🙁
No recuerdo haber hablado de «centralizacion» del papel moneda. Pero mira que los » monopolios naturales» no existen. Son el cuento del tio de los gob iernos para justificar su oferta de servicios mas cara e ineficiente que la del sector privado en competencia. Ej la provicion de energia ha sido hasta hace poco un quasi monopolio natural Hoy con las energías alternativas los consumidores d le venden al estado su energía privada .
Respecto al papel moneda fiat, de non santa bona fide, tardará en erradicarse porque estamos presos de una oferta y consumo compulsivo de servicios monopolizados por el Leviatan , peajes, alcantarillados etc, que el estado mercantilista nos cobra caros e ineficientes en una proporción de un 50% o mas de nuestros ingresos. El gobierno nos cobrara en su moneda de curso legal obligatorio mientras pueda. Depende de nuestros esfuerzos como dijera Jordi en este articulo. De las externalidades negativas de un monopolio de emisión , la deuda publica es la principal y solo se da como consecuencia del propio sistema de moneda fiat de emisión inescrupulosa. Bajo el patrón oro esta deuda fiscal no podría darse. Saludos.
CESAR, el patrón oro no creo
CESAR, el patrón oro no creo que se volviera a dar si no hay aceptación mundial o al menos de suficientes países para que pueda existir una economía amplia. Cada país puede tener su moneda y si tiene más oro como recurso lo normal es que sea la moneda de oro es evidente.
En cuanto a los monopolios naturales me refiero a que puede haber oferentes que los quiera todo el mundo. Es raro, pero puede pasar. El Leviatan sería un monopolio coercitivo.
No pasa nada, tranquilo.
Perdón, que falta un matiz.
Perdón, que falta un matiz. Me refiero a que pueda ofrecer algo que no ha ofrecido nadie aún y aunque otros ofrecieran algo similar se decantaran todos los demandantes por uno. Esto pasa más cuando surgen productos nuevos y la gente los empieza a demandar no cuando hay ya mucha competencia.