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La política ateniense (I): la deliberación

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Cuando hablamos de demokratía ateniense tendemos a pensar que funcionaba como nuestra democracia actual o de una manera muy similar. Pero lo cierto es que era un sistema mucho más complejo de lo que imaginamos. Con esta serie de artículos vamos a intentar explicar la estructura política básica de la Atenas clásica, teniendo en cuenta que Atenas no era toda la Hélade y había poléis con otros sistemas de gobierno, como por ejemplo Esparta. Comenzaremos por la deliberación.

El sistema de gobierno de toda polis griega está integrado por tres funciones: deliberación, justicia y archai. Es preciso evitar el error de imaginar estas partes como si se correspondieran con los poderes de un Estado democrático moderno. La Atenas a la que nos estamos refiriendo se manifiesta entre la mitad del S.VI a.C y principios del S.IV a.C.

La deliberación

La deliberación es la función que se realiza fundamentalmente en dos órganos: un consejo restringido y la asamblea de todos los ciudadanos. Esto es importante porque, que el gobierno de una polis sea más o menos oligárquico o democrático, depende de los siguientes factores:

  • Que la participación en el consejo esté más o menos limitada por razones de censo o de origen.
  • Que la asamblea tenga o no la capacidad de enmendar al consejo.
  • Que la ciudadanía no esté limitada a los propietarios.
  • Que los magistrados estén subordinados al poder asambleario, ejecuten las decisiones de éste y no sean los que convocan asambleas.

Deliberar es debatir y exponer argumentos, para lo que era necesario el dominio de la retórica y la oratoria. De la deliberación surgían las decisiones políticas y las normas legales. El logos debía expresarse de manera primordial a través de la oratoria. Resumir estos conceptos suele ser complicado, ya que, aunque para nosotros tengan un significado muy concreto, para los griegos tiene matices y detalles muy diferentes.

Participación sin discriminación

Para Mauricio Fioravanti la deliberación en la política ateniense presenta las siguientes características:

Primacía absoluta de la asamblea de todos los ciudadanos atenienses para la asunción de las decisiones de relevancia colectiva. Derecho a la palabra y de propuesta dentro de la asamblea atribuido a todo ciudadano sin discriminación alguna. Extracción por suerte de los cargos públicos y de las magistraturas, comprendidos en los tribunales, de nuevo sobre el presupuesto de una igualdad absoluta entre los ciudadanos, de tal manera que todos son considerados dignos de acceder incluso a los más altos cargos. Alternancia anual de los gobernantes, que compromete en la responsabilidad de gobierno a la parte más tenaz posible de la ciudadanía. Obligación de los mismos gobernantes de rendir cuentas públicamente.[1]

Mauricio Fioravanti, Constitución. De la Antigüedad a nuestros días. Madrid, Trotta, 2001, pp. 17-18.

Logos

A continuación, desarrollaremos brevemente los rasgos esenciales de la deliberación política ateniense, expuestos por Luis Roberto Mantilla Sahagún, en “La deliberación política en la democracia ateniense.”[2]

La primera característica es el logos (palabra, discurso, razón) El logos debe ser el instrumento principal mediante el que se tienen que expresar los argumentos en el debate. La exposición racional de los argumentos, tanto en el consejo como en la asamblea, era algo esencial de su sistema político. En este momento los buenos oradores adquirirán una gran fama, y aparecerá la figura del demagogo, entendida como la figura del político que guiaba al pueblo, aunque no tenía el sentido peyorativo que le damos hoy.

Escritura y ley

Otro de los principios fundamentales era la escritura, aunque estaba más relacionada con el sistema jurídico ateniense, la plasmación por escrito de las disposiciones legales de la polis hace que queden claramente fijadas las funciones, tareas y derechos de los ciudadanos de la polis.

Por último, tenemos el valor de la ley. La ley era la expresión máxima de la comunidad y de la polis. Ley, hombre y naturaleza eran indivisibles para la cosmovisión de un ciudadano de la polis griega. Para los ciudadanos el cumplimiento de la ley era algo sagrado y el peor castigo posible era la muerte cívica, materializada en muchas ocasiones en el ostracismo, instituido por Clístenes en las reformas del 510 a.C.

Terminamos con la explicación del concepto de deliberación, en el próximo artículo desarrollaremos cuáles son los órganos de gobierno de Atenas y cuál fue su evolución a lo largo del periodo democrático.


[1] Fioravanti, Mauricio, Constitución. De la Antigüedad a nuestros días, Madrid, Trotta, 2001, pp. 17-18.

[2] Mantilla Sahagún, Luis Roberto, Tópicos del derecho parlamentario, Ciudad de México, UNAM, 2007, 83-123.

Ver también

La indeseable democracia ateniense. (Daniel Leiva).

Desmontando algunos mitos de la democracia pura. (Manuel Llamas).

Homero y los orígenes de la democracia. (Emilio Díaz Rolando).

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