Lawrence Reed. Este artículo fue publicado originalmente en la FEE.
En su extraordinario nuevo libro, La llamada de la tribu, el Nobel peruano Mario Vargas Llosa explica hasta dónde le ha llevado su viaje intelectual. En los años 50 y 60 fue un socialista que incluso coqueteó con el comunismo cubano. Gracias a tener una mente abierta y observadora, lo superó. Desde hace 50 años, defiende la libertad y el libre mercado del liberalismo clásico. Escribe,
La igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades no significan igualdad de ingresos… Porque eso sólo sería posible en una sociedad dirigida por un gobierno autoritario que «igualara» económicamente a todos los ciudadanos mediante un sistema opresivo, acabando con las diferentes capacidades individuales, la imaginación, la inventiva, la concentración, la diligencia, la ambición, la ética del trabajo y el liderazgo. Esto implicaría la desaparición del individuo, subsumido en la tribu.
Mario Vargas Llosa
Adam Smith, José Ortega y Gasset, Friedrich A. Hayek…
El primer capítulo de La llamada de la tribu vale por sí solo el precio del libro. A partir de ahí, el libro es aún mejor. El autor dedica cada uno de los siete capítulos siguientes a los intelectuales cuya obra le hizo pasar de ser un joven marxista fatuo a un liberal clásico maduro y reflexivo: Adam Smith, José Ortega y Gasset, F. A. Hayek, Karl Popper, Raymond Aron, Isaiah Berlin y Jean-François Revel. Lo recomiendo con entusiasmo.
Este 28 de marzo, Vargas Llosa cumple 87 años. Esta actualización de un ensayo anterior que escribí con motivo de su 85 cumpleaños en 2021 es mi manera de felicitar de nuevo al Gran Viejo de la Libertad de América Latina.
Defensa de la libertad frente a China
Cuando el coronavirus estalló en todo el mundo en marzo de 2020, Vargas Llosa provocó las críticas del régimen comunista chino cuando afirmó que la pandemia podría no haber ocurrido si China «fuera un país libre y democrático en lugar de una dictadura». (Se aprende mucho de un hombre simplemente por quiénes son sus enemigos).
Escribiendo para periódicos de Perú y España, señaló lo que el mundo sabe ahora como un hecho indiscutible, a saber, que «al menos un prestigioso médico, y quizá varios, detectaron este virus con tiempo suficiente y, en lugar de tomar las medidas correspondientes, el gobierno trató de ocultar la información y de acallar esa voz, o esas voces sensatas, y trató de sofocar la información, como hacen todas las dictaduras».
El «prestigioso médico» al que aludía Vargas Llosa era el doctor Li Wenliang, de 34 años, una de las primeras víctimas tanto del virus como de la cleptocracia comunista que trató de ocultarlo.
Los tiranos mentirosos de Pekín se tomaron un descanso de su genocidio contra los uigures, su persecución de los cristianos, su probable liberación (accidental o intencionada) del virus COVID de un laboratorio de Wuhan, su aplastamiento de las libertades en Hong Kong y su acoso a Taiwán para reprender a su contrincante peruano por su «difamación arbitraria» y sus «opiniones irresponsables y prejuiciosas». Merece llevar esas acusaciones como una insignia de honor.
Cuando se pudo arreglar Perú…
Perú perdió una oportunidad de grandeza cuando sus votantes fracasaron por un estrecho margen a la hora de elegir Presidente a Mario Vargas Llosa en 1990. Se trata de un hombre que fue lo suficientemente inteligente como para rechazar el socialismo cuando vio la tiranía y las privaciones que producía en lugares como Cuba. Es reconocido en todo el mundo como uno de los mejores novelistas latinoamericanos de los últimos tiempos.
Más recientemente, el pueblo de Perú saltó del acantilado por el socialismo cuando eligió al «socialista democrático» Pedro Castillo como su Presidente en 2021. Cuando hombres o mujeres del signo de Castillo llegan al poder, su componente socialista prima sobre el democrático y las libertades comienzan a desaparecer. Castillo apenas cumplió un año en el cargo cuando, en diciembre de 2022, fue destituido y destituido por intentar un golpe de Estado muy poco democrático. Los peruanos deberían haber escuchado a Vargas Llosa hace años, en cuyo caso podrían haber evitado este doloroso episodio.
Hace trece años, Vargas Llosa recibió el Premio Nobel de Literatura «por su cartografía de las estructuras de poder y sus mordaces imágenes de la resistencia, la revuelta y la derrota del individuo». Decir la verdad al poder es un motivo frecuente en sus novelas y ensayos; también es un compromiso personal en su propia vida.
Elogio de la lectura y la ficción
En la conferencia que pronunció en Estocolmo el 7 de diciembre de 2010, sostuvo que la base de la buena literatura es la libertad de expresión. Titulada «Elogio de la lectura y la ficción», dijo que lo más importante que le había ocurrido en la vida era aprender a leer a los cinco años. La lectura, explicó, «transformó los sueños en vida y la vida en sueños y puso el universo de la literatura al alcance del niño que una vez fui». Pronto se dio cuenta de que «para que floreciera la literatura, primero era necesario que una sociedad alcanzara la alta cultura, la libertad, la prosperidad y la justicia».
Un crítico de la conferencia declaró que era «un tributo rotundo al poder de la ficción para inspirar a los lectores a una mayor ambición, a la disidencia y a la acción política».
Con motivo del 87 cumpleaños de Mario Vargas Llosa, comparto los siguientes extractos de su conferencia. Espero que los lectores se unan a mí para desearle muchos años más poniendo su pluma al servicio del bien de la humanidad.
Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola. Sin las ficciones seríamos menos conscientes de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible y del infierno en que se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión. Quienes dudan de que la literatura, además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna a la tumba, la temen tanto que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan con tanta suspicacia a los escritores independientes.
Mario Vargas Llosa
Como todas las épocas han tenido sus espantos, la nuestra es la de los fanáticos, la de los terroristas suicidas, antigua especie convencida de que matando se gana el paraíso, que la sangre de los inocentes lava las afrentas colectivas, corrige las injusticias e impone la verdad sobre las falsas creencias. Innumerables víctimas son inmoladas cada día en diversos lugares del mundo por quienes se sienten poseedores de verdades absolutas.
Mario Vargas Llosa
No debemos dejarnos intimidar por quienes quisieran arrebatarnos la libertad que hemos ido conquistando en la larga hazaña de la civilización. Defendamos la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternancia en el poder, todo aquello que nos ha ido sacando de la vida feral y acercándonos –aunque nunca llegaremos a alcanzarla– a la hermosa y perfecta vida que finge la literatura, aquella que sólo inventándola, escribiéndola y leyéndola podemos merecer. Enfrentándonos a los fanáticos homicidas defendemos nuestro derecho a soñar y a hacer nuestros sueños realidad.
Mario Vargas Llosa
¡Feliz 87 cumpleaños, Mario Vargas Llosa!
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