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Los negacionistas

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Sólo la verdad os hará libres

San Juan

Hace poco, viendo las noticias de la noche, concretamente de Antena 3, que suele presumirse uno de los informativos menos sesgados de los grandes medios, hubo una serie de adjetivos de su presentador Vicente Vallés que me llamaron bastante la atención en su programa y boca en referencia a algunos presidentes de parlamentos autonómicos de Vox. En concreto, se les llamó ‘negacionistas’ con ideas de ‘populismo de extrema derecha’. No me llamaron la atención similares descripciones en prensa de izquierdas. Pero escucharlo por primera vez en un programa que no se presume con ese sesgo sí era otro paso adelante en la inquietante homogeneización de una narrativa impuesta.

¿Por qué se les describía de esta manera en dicho informativo? Como podemos fácilmente imaginar, se trata de políticos y personas escépticas con la narrativa oficial del cambio climático y relativa a la llamada vacuna del covid.

Segunda dosis

Recientemente, algunos medios nacionales como ABC se hacían eco de un caso de indemnización millonaria solicitada al Estado. Un joven de Sevilla de 19 años con una discapacidad del 84% que necesita al menos dos horas diarias de ayuda de otra persona para defecar, secarse las piernas tras la ducha, cortar alimentos duros y sufre alteraciones visuales. Hoy asiste regularmente al Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral en Sevilla con tratamientos que tiene costear su familia. Un chico perfectamente sano hasta el 23 de septiembre de 2021.

La segunda dosis de la vacuna del covid le produjo rápidamente parestesias y alteraciones sensitivas. En semanas, estos síntomas derivaron en problemas motores que le acabaron impidiendo la movilidad normal. Tres meses después se le diagnosticó una ‘lesión medular incompleta’. Más tarde, el Servicio de Neurología del Hospital del Rocío en Sevilla emitió un diagnóstico final de ‘mielitis transversa en relación con la segunda vacuna del covid’.

Ojos, brazos, piernas

Su caso no ha salido en ninguna gran televisión. Son víctimas sin rostro, sin nombre, sin voz. No existen. Como por ejemplo en nuestro país el caso de un varón de 42 años sin tampoco patología alguna previa que perdió casi completamente la visión y la movilidad normal en las piernas tras la vacuna del covid. O un adolescente con tan sólo 13 años en Málaga a la que el medicamento le quitó la movilidad en las piernas y mantuvo 4 meses hospitalizado. O un varón de 75 años con movilidad comprometida en brazos y piernas repentinamente tras el mismo producto farmacéutico.

Los casos a nivel mundial reportados y documentados y con informes médicos de efectos secundarios graves y muy graves por este producto farmacéutico (no hablamos de sospechas o rumores sino casos confirmados médicamente) por personas que no padecían patologías previas asociadas se cuentan por cientos y cientos. Y lo más francamente sorprendente es que la mayoría de las versiones de este producto siguen disponibles para el gran público.

Sin consentimiento informado

Productos que además se dispensaron a millones sin ninguna evaluación ni receta médica. Sin consentimiento informado. Sin un debate público. Sólo una repetición de la propaganda del fabricante constantemente en los medios. Se repire mil veces al día la más que engañosa cifra de reducción de riesgo relativo del 90% o más. Este resultado se obtiene a partir de estudios de 2 y 3 meses. Sobre ellos han ido acumulándose dudas acerca de su integridad y fiabilidad.

De hecho, docenas de gobiernos y autoridades coaccionaron masivamente a la población para recibir este producto. Sí, imaginen un producto que millones de personas recibieron bajo coacción de perder empleos y modo de vida y que pocos meses después, esas mismas autoridades que casi obligaron a consumir el producto a la población entera, reconocen por ejemplo en nuestro país al menos más de 500 fallecidos como causa directa de consumirlo. Y esto es sólo la cifra admitida hasta ahora por la autoridad pública; si se solicita un análisis por lotes del producto, la cifra crece de modo importante. Por trágico que parezca, no hace falta imaginar. Es una fiel descripción de la barbaridad que han hecho gobiernos de casi todo signo y lugar.

Retirado del mercado

Nuestra mente es frágil, pero quizás no recordemos que una versión de este producto como la de Astrazeneca fue retirada del mercado a lo largo de 2021 y 2022 en muchos países por las autoridades sanitarias, entre ellos el nuestro. Tenía un nivel de efectos secundarios y fallecimientos demasiado alto para poder ocultarse. ¿Se emitió alguna disculpa? ¿El Estado se prestó a indemnizar a las víctimas? No, se siguió coaccionando largo tiempo para seguir recibieron otras versiones del mismo producto. Es más, en 2023 el gobierno español sigue comprando más vacunas para el covid, pese a tener más de 100 millones de dosis sin usar. ¡No sólo el producto no se pretende sacar del mercado, sino que seguimos pagando millones los contribuyentes a sus fabricantes por más producto!

Hoy, por ejemplo, en España sigue estando disponible la vacuna covid de Janssen. La FDA de EEUU hace semanas que la ha prohibido por razones similares de las de Astrazeneca: un nivel de inseguridad demasiado alto.

Miles de muertos no bastan

Pero, ¿qué es demasiado alto? ¿Cuántos fallecidos y víctimas de un producto farmacéutico se necesitan para sacar el producto del mercado? Si bien en los años 70 en EEUU se retiró una vacuna por unas docenas de fallecidos directos, hoy miles de muertos en el mundo no parecen ser suficiente. Trágicamente, las autoridades han mostrado una tolerancia de inseguridad y mortalidad con la vacuna covid, probablemente nunca vista antes con un fármaco. En parte porque han sido productos aprobados para ‘uso de emergencia’, sin necesidad, por tanto, de los más largos y exigentes procesos de aprobación, cuestión fundamental de la que nunca se informó a la población. Y una población que recibe de tal modo un producto sin información fundamental es sin duda una población engañada y manipulada.

En noviembre de 2021, en plena vorágine de administración del producto, el prestigioso British Medical Journal publicó un artículo de investigación donde revelaba importantes problemas y presuntas manipulaciones de datos en los ensayos rápidos que se hicieron para la aprobación de emergencia de este fármaco. Fue el primero probablemente de otras investigaciones reveladas sobre falta de integridad, o dicho de otro modo: manipular los datos para ocultar los riesgos de un producto. Por desgracia, este nivel de corrupción por parte de la industria farmacéutica que acaba corrompiendo tanto a los reguladores y autoridades como a las revistas científicas no es nuevo.

Otros escándalos

Al final de los 90, dos de las más prestigiosas revistas médicas de EEUU, el JAMA (Journal of American Medical Association) y el NEJM (New England Journal of Medicine) se vieron involucradas en la publicación de estudios manipulados de dos fármacos contra la artritis, el Vioxx y el Celebrex. Vioxx acabó siendo uno de los casos más trágicos de corrupción de la industria farmacéutica. En EEUU sólo acabó prohibiéndose el producto tras permitirse durante años su consumo y prescripción, tiempo en el que Vioxx mató a 38.000 norteamericanos reconocidos por las autoridades como víctimas mortales del fármaco. Multipliquen por 13 todos los muertos en los atentados de las Torres Gemelas y obtendrán las víctimas mortales de Vioxx de Merck en EEUU. Por cierto, aparte de éstos, casi 90.000 norteamericanos sufrieron ataques cardíacos por el mismo fármaco.

¿Pero por qué los médicos no se rebelaron antes y dejaron de recetarlo al ver el gran número de efectos secundarios? Por desolador que parezca, el médico promedio cumple protocolos y receta fármacos protocolizados como lo fue Vioxx durante años. Otra cuestión, incluso más difícil de digerir moralmente, la relación económica que acaban entablando muchos médicos con determinados laboratorios (si bien hay normas para evitar estas prácticas, las farmacéuticas invierten millones en asesoría legal y comercial para sortearlas). Un caso, el de Vioxx revisitado en el gran y reciente libro del Dr John Abramson titulado ‘Sickening’ sobre la responsabilidad de la industria farmacéutica en destruir el sistema sanitario norteamericano.

Víctimas invisibles

Las víctimas de la llamada vacuna covid son invisibles. Mucho menos dignas de minutos de silencio, recordatorios u homenajes que sin embargo han parecido y parecen habituales para otras víctimas. No son mencionadas ni existen en los programas televisivos de los grandes medios. Eso sí, sale constantemente mencionado aquel artículo de Lancet que dejó en todos una idea: la de que las vacunas del covid salvaron hasta incluso a 20 millones. La cifra no es nada modesta. Y si piensas que es realmente exagerada porque fue un estudio cocinado y manipulado hasta la saciedad, diseñado para sustentar la imagen y el marketing de los fabricantes, probablemente acertarás.

En esencia, ese estudio no se trata más que de una modelización de datos más cerca de la propaganda que de la ciencia (aquí más sesgos del estudio para que el resultado se inflara lo más posible en el resultado), comparable a los modelos del Imperial College de Londres del 2020 que predecían que los confinamientos salvarían millones. Modelos que dicen lo que el cocinero de datos de turno desea que salga en la receta que hoy sabemos que fueron una gran estafa.

En relación con la llamada vacuna del covid, el grueso de los grandes medios de comunicación parece embarcado en una obsesión negacionista sin remedio sobre sus graves efectos secundarios y sus víctimas, incluso mortales por docenas. Ellos son los auténticos negacionistas.

5 Comentarios

  1. Aprecio y agradezco tu valentía. El fraude y la manipulación de que hemos sido víctimas es cada vez más difícil de ocultar. El cuento del pangolín podría ser divertido si no hubiera costado tantas vidas, tantas personas arrasadas por la enfermedad, tan descomunal destrozo económico y tal pérdida del sentido común. Hemos contemplado con horror el enorme poder del cártel farmacéutico cuyos tentáculos y financiadores han manipulado a todos los gobiernos occidentales y a todos los grandes medios de desinformación castigando a las voces disidentes y a prestigiosos investigadores que objetaron la narrativa oficial.
    Crony Capitalism desbocado.

  2. Lo de la degeneración de la prensa (y en general de los medios de información de masas) que se vive en los últimos 40 años en España (y no solo en España) es tremendo. Al no vivir del pago del servicio que prestan a sus clientes (lectores, televidentes, anunciantes, etc.) sino principalmente de las ayudas «públicas» gubernamentales que reciben directa e indirectamente (subsidios con una excusa u otra, incluido el Covid, propaganda institucional, etc.), unido al interés de los políticos (más bien, al interés de determinado o concretos partidos políticos, unos más que otros) por controlar la opinión pública, ha llevado a la situación, en realidad kafkiana, que se describe en el artículo.

    Mucho de ello tiene que ver con el sistema de licencias que instauró la Ley de Televisiones Privadas propulsada por Felipe González (partido PSOE [2]: monopolio repartido entre unos pocos amigos, salvo una licencia, para que no se diga, y que luego hasta esa misma licencia la acaban comprando también los amigos del político que las repartió. Unido a la prohibición por Ley de que las TVs locales se unan y puedan emitir en cadena en todo el territorio estatal… lo que no es sino otro modo de controlar y cerrar más aún ese monopolio en el ámbito estatal.

    De igual modo, el «control» político del Tribunal Constitucional [1] por parte de ese mismo partido político, hace que la Libertad de Expresión (elemento fundamental en una sociedad libre) quede en realidad vaciada de contenido: Ver por ejemplo la Sentencia referida en el siguiente artículo, que achaca al vehículo, la red o agregador de internet, la supuesta eventual responsabilidad de un comentario crítico subido de tono por parte de una persona particular sobre un político:
    https://www.eleconomista.es/legal/noticias/12354217/07/23/el-constitucional-determina-que-el-derecho-a-la-libertad-de-expresion-no-ampara-comentarios-vejatorios-en-internet.html

    Por no hablar de la introducción «de solapadillo» de lo que llaman delito o agravante «de odio» en nuestro Código Penal, que actúa como cláusula penal en blanco que sirve para que los burócratas puedan perseguir cualquier opinión o manifestación políticamente incorrecta o que no le guste al colectivo dominante (código penal de autor, o del enemigo; todo lo contrario de un Código Penal liberal, el que regiría en una sociedad libre, en que se castigan hechos demostrados ante un juez neutral, y no opiniones ni motivaciones supuestas o atribuidas, con igualdad de todos ante la Ley material; código penal liberal que se basa en la idea de la insuficiencia de conocimiento de cualquier humano, muy distinta de la supuesta omnisciencia que adornaría a los burócratas al servicio del Estado).

    Con razón las plataformas se cierran para protegerse y cada día es más difícil leer comentarios críticos libres y variados sobre las noticias o artículos de opinión en internet (lo que eran una fuente de crítica y de libertad, y por ello de conocimiento, que se había abierto y que se ha acabado cerrando). ¡ Con razón desde el poder en la actualidad se puede convencer a la mayoría de la población de casi cualquier cosa [3] !
    …con adornar un poco más «el relato» y vestirlo con la opinión de algún supuesto «experto» gubernamental, todo cuela.

    —————————–
    [1] Hoy presidido por Cándido Conde-Pumpido.
    [2] Que luego el «otro» Partido en teoría alternativo nunca se atreve a cambiar o derogar (en el supuesto de que realmente alguna vez hubiera querido cambiar algo).
    [3] Por absurda y/o alejada de los hechos que esté (como se ha comprobado con lo sucedido con el Covid, en que la realidad ha superado claramente a la ficción (remedando lo descrito en la novela de George Orwell «1984» –y que en el año 1984 parecía solo ciencia-ficción y que nunca se podría hacer realidad– ).

    • Es llamativo ver cómo en los países occidentales los «legacy media», todos a una, promueven una misma Agenda oculta liberticida
      (presentada como lo contrario). Y cómo se crean herramientas legislativas para perseguir y silenciar a quien «se sale» levemente del relato
      acusándolo de ‘desinformar’ o de delito de odio o de anticientífico o de….
      Una muestra de ello, la Canadá de Trudeau:
      https://www.youtube.com/watch?v=MY6jInvrKH4

      • Es llamativo también ver cómo se intenta imponer UNA MORAL ÚNICA (monopolio moral) desde el propio aparato estatal y para-estatal, todos a una. Por ejemplo, este artículo en la prensa diaria de Charo Altable Vicario «De la educación de los hombres, adolescentes, jóvenes y adultos: Contra el NEGACIONISMO».
        Obsérvese que la autora escribe como representante de la «Associació per la Coeducació», con el nombre de dicha asociación escrito en perfecto catalán de Pompeu Fabra, pese a estar en Valencia, donde la genuina lengua valenciana (tanto viva como clásica) significativamente sí distingue entre causal y final/finalidad, «per» y «per a» respectivamente –esto es, no se hace involucionar la lengua artificialmente hacia un supuesto pasado «ideal» donde reinaría la indistinción, movido por el prurito de distinguirse del castellano–):
        https://www.levante-emv.com/opinion/2023/07/07/educacion-hombres-adolescentes-jovenes-adultos-89562363.html

        Recordaremos que es (o debiera ser) característico de una democracia liberal (en realidad, de cualquier sociedad liberal) la neutralidad moral del aparato estatal y quienes trabajan en él, y el respeto a la pluralidad moral (e ideológica y política) de la sociedad (esto último lo dice hasta la Constitución de 1978).
        Recordaremos también que es característico de Occidente la separación del ius y el fas (lo justo jurídicamente, y lo justo religioso manifestado por la divinidad), separación que inició el preclaro espíritu jurídico de los antiguos romanos. Pues bien: hoy nos llevan nuestros dirigentes y sus palmeros a una nueva mezcla e indistinción de moral y derecho, siendo la moral que impone el poder político, no la de una religión tradicional particular, sino la de la superstición estatista que ocupa el lugar de única moral permitida… que además se impone coactivamente por tierra, mar y aire desde la guardería, sin ninguna posibilidad real de escaparse a su influencia). Son cambios muy significativos, cualitativos, que desintegra la esencia misma de los fundamentos de lo que caracteriza o constituye una sociedad libre, embarcándonos por medio de la obliteración de la libertad moral hacia el ‘camino de servidumbre’ que Hayek señaló: https://es.wikipedia.org/wiki/Camino_de_servidumbre

        • Es curioso y llamativo: aparecen sendas y reiteradas DESDIFERENCIACIONES… en lo que conceptualmente la libertad y la competencia y el contraste libre había llevado descentralizadamente a considerar como ‘cosas diferentes’ en distintos ámbitos evolutivos:

          — En el ámbito JURÍDICO se desdiferencia (se pasa a mezclar) el ius y el fas (que era una distinción típica y característica –yo diría que es/era una tradición fundante– de Occidente).

          — En el ámbito MORAL un nuevo monopolio se asoma desvergonzadamente tendente a desplazar y ocupar el espacio de la libertad moral individual tradicional (que era otra característica fundante de Occidente, también, donde una aportación señera del catolicismo patrio fue haber salvado el libre albedrío polemizando contra el «servo arbitrio» luterano).

          — En el ámbito LINGÜÍSTICO: la clara distinción entre clausula causal y cláusula final (esto es, la clara distinción de ‘per’ y ‘per a’ en lengua valenciana, que se corresponde con la clara distinción de ‘por’ y ‘para’ en lengua castellana)… pasa a desdiferenciarse por orden –convertida en coactiva– de supuestos lingüistas travestidos en políticos o ingenieros sociales: Gran Mogol de la lengua catalana, fue llamado bastante acertadamente Pompeu Fabra por estudiosos de la tradición lingüística diversa de los diferentes pueblos con hablantes de las lenguas de Oc).

          — En el ámbito ECONÓMICO (o jurídico-económico, o económico-institucional) se pasó a desdiferenciar las claramente distintas instituciones espontáneas de depósito y de préstamo (lo cual es el origen y causa de los ciclos económicos; ciclos económicos a su vez originadores de guerras, revoluciones y otros muy señalados malestares contemporáneos; ciclos económicos que… «De quién depende? ¡Pues ya está!»… dependen del intervencionismo económico de los Gobiernos).

          Parece deducirse que existiría un patrón (repetitivo) claro; o bien una estrategia dirigida a subvertir todas y cada una de las instituciones (espontáneas) tradicionales.
          Lo que está claro es que este nuevo patrón/estrategia no es un patrón fundante de ninguna libertad, sino de todo lo contrario. No es por nada…


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