¿Para qué nos iban a contratar los empresarios si las tareas las podrá realizar mejor y de manera más barata un robot?
Son continuos los artículos que aparecen en prensa hablando de las consecuencias laborales que el desarrollo tecnológico y la mejora de la inteligencia artificial -de lo que llaman “robots”- van a tener en el mercado laboral, ya que, según muchos, dichos avances dejarán a cientos de millones de personas en la calle (aquí, o aquí). Hay quienes afirman que eso no va a pasar y se defienden afirmando que los “frikis” de la tecnología llevan décadas avisando de sus futuros logros, sin que lleguen nunca. Otros, que sí vislumbran un problema, proponen cobrarles impuestos a los robots, sin aclarar muy bien si ello es necesario para aumentar el papel del Estado, para simplemente mantenerlo o, exclusivamente como medida imprescindible, para poder transmitir rentas a aquellos que pierdan sus empleos y no tengan forma de ganarse la vida. Muchos liberales, algunos en estas páginas (aquí y aquí), niegan la necesidad de crear dichos impuestos a los “robots”, y se basan para ello, entre otros argumentos, en la convicción de que existen “principios básicos” (sic) de la economía, según los cuales “la automatización informática creará nuevos sectores e innumerables puestos de trabajo”. Evidentemente, si ello fuese así y un número de empleos suficientes estuviese de alguna manera garantizado en un sistema económico capitalista y liberal, toda la cháchara sobre esos nuevos impuestos no sería sino charlatanería, miopía o ignorancia de políticos y burócratas, quienes sólo aspirarían con ello a tener poder sobre una mayor cantidad de recursos para gastarlos a su antojo. Dichos políticos, además, están siendo respaldados por empresarios como Bill Gates. Sí, el mismo Bill Gates que fundó Microsoft desde un garaje y que es uno de los hombres más ricos del mundo.
No seré yo quien defienda la “creación” de nuevos impuestos que, directa o indirectamente, aumenten la carga sobre los capitalistas, ya sea directamente, ya sea a través de sus bienes de capital, sean softwares, sean robots, etc… Pero sí creo que existe un riesgo importante de que la evolución tecnológica sustituya gran parte de los empleos actuales en un plazo de quince o veinte años, sin que sea tan evidente que los trabajadores sustituidos puedan ser empleados en nuevas actividades. La gravedad de la amenaza exige, creo, una reflexión más pausada, que analice la verdadera situación, y que no dé por hecho que el pasado va a volver a repetirse.
En efecto, es cierto que el desarrollo tecnológico ocurrido durante la revolución industrial ha hecho que los estándares de vida de la gente hayan mejorado de manera exponencial, y que ello se consiguió gracias a que la mano de obra liberada de las actividades manuales, mecánicas y repetitivas se pudo centrar en otras actividades de mayor valor añadido. Lo cierto es, sin embargo, que en un primer momento, gracias a la tecnología y a la división del trabajo, se empleó a un mayor número de trabajadores en los mismos sectores productivos, y no necesariamente para realizar trabajos que exigían mayor preparación; pero gracias a la ayuda de las máquinas, la producción en dichos sectores aumentó drásticamente, tanto en valor absoluto, como en producción por trabajador, sin que, sin embargo, ello supusiese la realización de tareas que exigiesen una mayor cualificación (basta con leer novelas del siglo XIX para hacerse una idea). Fue en una segunda fase, tras la generalización del uso de la electricidad, y ya en el siglo XX, cuando los avances tecnológicos sí favorecieron el empleo de mano de obra más cualificada, lo que llevó a una mayor educación para un mayor número como requisito para poder trabajar en ese tipo de actividades de más valor añadido (en palabras de Acemoglu: “The idea that technological advances favor more skilled workers is a twentieth century phenomenon”).
El problema se plantearía el día -y no veo ninguna razón de peso, ni física ni metafísica, para que tal día no llegue- en el que las máquinas puedan hacer, mejor que nosotros, gran parte de los trabajos que ahora realizan las personas más cualificadas: el día en el que la inteligencia artificial sea igual, o más creativa, que el ser humano medio, o pueda percibir la realidad con más detalle que nosotros, sacar de esa realidad más información que nosotros y procesarla y contrastarla con sus bases de datos mejor y más rápido que nosotros, sin descansos, vacaciones o pérdidas de atención… para tomar, posteriormente, decisiones “objetivas” que, además, no estarán “contaminadas” por el sesgo de nuestro cerebro del que hablan los economistas conductuales.
El problema que se plantea no es si ese día -si llega- podríamos vivir mucho mejor. La respuesta –“sí”- es más que evidente; el verdadero problema es la forma en la que se realizaría la transición y la capacidad que tengamos para descubrir tareas en las que la máquina no supere al hombre. Porque si nos supera en todo -o casi todo-, a casi todos, serán -seremos- miles de millones los sustituidos por las máquinas; y esos sustituidos son propietarios y/o tienen derechos sobre lo que produzcan esas máquinas, en cuyo caso no habrá ningún problema, o, en caso contrario, el problema social será tremendo. Se afirma, con razón, y lo reconoce también Bill Gates, que la empatía y capacidad de comprensión humanas son lo más difícil de replicar por la tecnología, pero, ni tengo tan claro que no puedan también sustituirse, ni creo que sea nada fácil encontrar trabajos aprovechando esas cualidades para miles de millones de personas… aunque esa transición va a durar décadas.
Lo cierto es, sin embargo, que por ahora no está tan claro que los avances tecnológicos estén siendo, en conjunto, un problema para los trabajadores (artículo aquí), dado que la destrucción de empleo parece que está siendo más lenta (en relación con los puestos que se van creando) de lo que algunos preveían, precisamente por el cambio en los deseos de consumo hacia productos cuya fabricación exige tareas en las que la mano de obra es más difícilmente sustituible por robots (tal y como preveían muchos liberales). Pero también es cierto que los cambios tecnológicos realmente radicales todavía no han llegado, aunque se vislumbran ya (uso generalizado de impresoras 3D, conducción autónoma, inteligencia artificial y big data aplicados a gran escala, etc.). Y es que, de nuevo, si las máquinas fuesen no sólo físicamente más fuertes, sino también más listas, más creativas y capaces de gestionar mayor cantidad de información que nosotros, ¿para qué nos iban a contratar los empresarios teniendo la posibilidad de que esas tareas las realice mejor y de manera más barata un robot?
La tecnología avanza a gran velocidad y, de aquí a quince o veinte años, o nos convertimos en una sociedad en la que casi todos seamos propietarios capitalistas, y/o en la que los empresarios sean capaces de seguir creando -a igual o superior velocidad y a pesar de las trabas impositivas y burocráticas-, modos de ganarse la vida alternativos -y no sustituibles por robots- tanto para quienes vayan perdiendo sus trabajos en los sectores tradicionales, como para quienes se incorporan por primera vez al mercado laboral, o el problema social va a ser terrorífico. Que la educación siga encorsetada en modelos, formas y contenidos de hace casi un siglo es algo que debería preocuparnos… sobre todo si pensamos en aquéllos que accederán al mercado laboral dentro de quince o veinte años.
10 Comentarios
¿Pero dónde está el problema?
¿Pero dónde está el problema? Preocuparse por un futuro sin necesidad de trabajar o en el que gracias a la tecnología se dispare la productividad de jornadas laborales cada vez más reducidas me parece el colmo del alarmismo absurdo.
Debería estar claro que en el futuro todos seremos propietarios capitalistas y empresarios sin necesidad de que nadie nos contrate para subsistir (de hecho ya sería así si no existiera el maldito Estado que nos esclaviza)
¿Un problema que podamos adquirir robots cada vez más baratos que satisfagan todas nuestras necesidades sin tener que dar un palo al agua? Alucinante.
No sé para qué tenemos la cabeza: no necesitamos trabajar, necesitamos bienes y servicios que serán cada vez más baratos y accesibles gracias al desarrollo científico tecnológico. Que los políticos quieran ver un problema en eso para manipularnos se entiende, pero que alguien con dos dedos de frente lo suponga no tiene perdón de Dios
No se trata de eliminar el
No se trata de eliminar el trabajo ya que hay quien se siente realizado con su empleo sino de eliminar la necesidad. ¿Porqué? porque es conveniente destruir el diálogo político de la explotación de alguna manera para que haya paz. Y una es eliminando la supuesta clase proletaria convirtiéndose todos en autónomos capitalistas u otros menesteres o la necesidad en general de tener que trabajar para vivir. Esto es más complicado quizás en cómputo general pero quizás con robots sería posible.
El problema es la arrogancia humana de creer que sólo los humanos pueden amar o cosas así.
¿También son los únicos que pueden odiar entonces no?
Infravalorar máquinas también, algo muy humano xD
Producir solo tiene sentido
Producir solo tiene sentido si hay alguien que va a consumir. Si hay menos humanos, los robots no producirán tanto como nos cuentan. Sencillamente, las necesidades y los caprichos de menos humanos (por ejemplo, un 99% menos de humanos que ahora) requieren menos producción. Por lo tanto, deberá haber dos tipos de robots con inteligencia artificial: los robots productores y los robots consumidores. Estos últimos tienen el trabajo más difícil, porque deberán imaginar nuevas y más eficientes formas de «necesitar» algo que todavía no haya sido provisto por los superinteligentes robots productores. Pero en ese momento se verá que los productores son consumidores de las necesidades producidas por los consumidores. Menos mal que la cantidad de materia en el universo es fija en invariable, o esto no tendría fin…
Por otra parte, me pregunto si la inteligencia artificial será capaz de sobrevivir al contacto con la irracionalidad.
Tranquilo, pequeño, que si la
Tranquilo, pequeño, que si la tontería natural ha creado la inteligencia artificial, se infiere que la tontería artificial natural creará la inteligencia natural artificial. O sea, que si nos consumimos nos producimos, que además da mucho gustito venéreo
LEMBERGER, la producción que
LEMBERGER, la producción que genera productos consumibles de alguna manera será.
Los robots si llegan a tener consciencia algún día, no producirán por producir a no ser que tengan también sesgos cognitivos o qué sé yo; mientras tanto esa decisión queda en manos del programador obviamente.
Creo que te imaginas algo que puede que no sea posible ni deseable. Y es: hacer a los robots, humanos.
¿Para qué?
Para eso te reproduces con otros humanos que es más fácil digo yo.
La sustitución no es
La sustitución no es necesaria pero sí podría ser posible o deseable. El trabajo por cuenta ajena creo que debería estar compuesto por este tipo de máquinas sin ningún tipo de conciencia de clase (si es que la hubiera y no de roles), los políticos para evitar su corrupción… etc.
En cuanto a la empatia y la comprensión bastaría con una programación más sofisticada de la máquina quizás. Al ser esencialmente regular a la hora de procesar información y demás sí es posible que acabe superándote.
De todos modos no está muy claro el absolutismo de cosas como el ser empatico, simpático, apático…
hay ocasiones en las que no se debe ser yo creo.
Además, los animales que no tienen capacidad para razonar tampoco ostentan estas supuestas cualidades aunque lo pueda parecer a veces. Y…
¿han sustituido al ser humano?
El séptimo arte tiene bastante culpa de hacer ver a esto como a un enemigo porque el colectivismo humanista es más mediático e interesa más a la gente en general se ve, pero una máquina podría incluso quererte más o valorarte más que otra persona.
El señor Gates creo que debería de bajarse los humos un poco y dejar de infravalorar a los que les interesa el tema.
¿Qué pasará con el empleo?
Pues la gente se dedicará a lo que no puedan dedicarse las máquinas. Algo habrá aunque sólo sea mirar como hacen las tareas estando de cháchara. El auge del sector terciario desde hace décadas demuestra un poco esto.
Si hoy en día hay tanto paro suele ser por trabas burocráticas y porque no es rentable contratar a un empleado por lo que cobra mínimamente ya por ley.
Si se pusiera por ley un salario mínimo de 12 millones de euros al mes, el paro tener por seguro que sería del 99,9 % hubieran o no máquinas.
El principal motivo por el
El principal motivo por el que es poco probable que se expandan los robots multitarea, es por el coste. Hoy en día el robot de Honda Asimo, cuesta 30 millones por unidad, y aunque se produjera en serie, es poco probable que pudieran reducir su coste por debajo de los 300.000€. Sobretodo porque hablamos de una industria de alta obsolescencia, que estará sustituyendo sus modelos como máximo a los 10 años (con un gran número de caras actualizaciones por medio). Así que entre el coste inicial, las actualizaciones y el mantenimiento, puede que hablemos de unos 350.000€ por robot para su vida útil de 10 años. Eso significa que mientras el desempeño sea similar, las empresas preferirán a trabajadores humanos, pues evitarán tener que endeudarse en exceso. Por supuesto que en todos los campos aparecerán un gran número de robots especialistas (con un software más económico y limitado), pero que tendrán que trabajar bajo las órdenes y supervisión de operarios humanos.
Además del factor coste, las empresas tendrán en cuenta su imagen, y será más popular una compañía con 1000 trabajadores y 10.000 robots, que una con 11.000 robots. De la misma manera que hoy hay campañas publicitarias en favor del comercio justo o la producción ecológica, en el futuro habrá campañas en favor de la producción humana socialmente responsable.
El resultado de esto es que no se buscará la dicotomía hombre o máquina, sino la integración, la fusión.
JAVIAC, tampoco sería
JAVIAC, tampoco sería necesario tanta cantidad de robots si son multitarea o tan productivos. Nadie habla de sustitución ni de integración forzada sino de posible o deseable.
Llegará un momento en que no se podrán materialmente producir ciertas cosas por mera cuestión recursiva.
¿Cómo conseguirá dinero u otro medio de cambio la gente para que siga existiendo consumo y producción? los próximos siglos lo dirán.
El asunto es que es posible que la libertad económica se base algún día temporalmente en el decrecentismo, ¿no?
FaKeD13, estoy hablando de
FaKeD13, estoy hablando de robots humanoides independientes con capacidades similares a las nuestras (superiores, pero tampoco mucho). Y desde mi punto de vista ese producto apenas saldrá al mercado, será más una competición entre empresas de robótica por ver quien hace el robot humanoide más avanzado (por cuestión de prestigio ante los consumidores y los accionistas). Pero no para comercializarlo (o solo a nivel corporativo a pequeñisima escala, como hacen hoy con Asimo). El verdadero producto de las empresas de robótica es y será, robots especialistas, tremendamente torpes en cualquier cosa que se salga de aquello para lo que están programados. También los exotrajes, wearables, y los aumentos robóticos para cyborgs. Por tanto no habrá una sustitución del trabajo por parte de los robots, sino tan solo una sustitución de ciertas tareas. Mientras se crean otras muchas. Personalmente veo el futuro de la robótica con operarios llevando exotrajes completos o cascos a lo Ironman, con alta capacidad de carga, gafas inteligentes y ultra conectadas, y con acceso a tutoriales tridimensionales para la resolución de cualquier problema.
No habrá decrecentismo, pues seguirá siendo posible el pleno empleo, y la demanda agregada no dejará de crecer. En el futuro los robots serán herramientas semi inteligentes de los operarios humanos, es decir que habrá cooperación no competencia.
JAVIAC, esto no es como
JAVIAC, esto no es como sustituir al caballo por el coche. Los robots no deben tener ciertos atributos humanos precisamente para que se complementen.
La domotica demuestra ya un poco que sí se puede comercializar algo sofisticado. Otra cosa es que sea necesaria su producción como ya digo en cantidades industriales.
Con decrecentismo no me refiero tanto a producir servicios sino a producir productos.