Como ya saben los lectores del IJM, a comienzos de agosto falleció en Guatemala Manuel Ayau, fundador, primer rector y alma de la Universidad Francisco Marroquín, tan cercana a nuestro Instituto. Y aunque ya escribió tempranamente sobre él una ilustre compañera de columna, María Blanco: (http://www.juandemariana.org/comentario/4731/muso/forever/ ), me ha parecido conveniente rematar esa información con una crónica de los actos celebrados en su memoria, la mayoría de los cuales se pueden encontrar en los archivos de la UFM.
Por ejemplo, pueden entretenerse con las emotivas fotos de su velación en el Campus de la Universidad, el servicio religioso celebrado en medio de una tromba de agua (ya sé que suena a tópico, pero no puedo evitar este recurso literario del llorar de los cielos…), o su inhumación posterior, calmada ya esa tormenta del istmo centroamericano ( http://picasaweb.google.com/musoufm ).
Son muchos los testimonios de condolencia que han llegado de todas las partes del globo y, seguramente para permitir a sus amigos rendirle un último homenaje (cosa que sospecho que él habría procurado evitar…), el pasado 12 de septiembre se convocó en la UFM una multitudinaria celebración en su recuerdo. La que, al más puro estilo Marroquín, pudimos seguir por internet en tiempo real. Así que les voy a resumir algunas intervenciones que tuvieron lugar ese día, en presencia o a través de mensajes escritos y audiovisuales.
Y que arrancaron justamente con el presidente del IJM, Gabriel Calzada. Buen comienzo. Pero ya he indicado brevemente cómo nuestro Instituto mantiene una estrecha relación con la UFM, de la que también es parte activa su Rector, Giancarlo Ibárgüen (al que por cierto conviene felicitar por el magnífico desarrollo de estos actos). Gabriel señaló una característica de Ayau que luego sería repetidamente evocada: su alegría y buen humor, recordando precisamente la entrega del II Premio Juan de Mariana que había tenido lugar en el Casino de Madrid apenas tres años atrás (http://www.juandemariana.org/album/2488/ii/cena/libertad/ ).
Sin orden predeterminado, les contaré algunas cosas que pude escuchar. Entre las personas cercanas a la Marroquín tuvimos a su Rector (con esa inmortal cita del Quijote: “la libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones…”; y es que hablar de Ayau es hablar de libertad); el profesor Joe Keckeissen, alumno de Mises que puso en marcha los estudios de economía en la UFM; el empresario y escritor Francisco Pérez de Antón; Lucy Martínez -Mont, eficaz impulsora de las Exploraciones sobre la Libertad; o la grabación cariñosa del P. Roncero recordando el convencimiento de Ayau de que “sin libertad no se puede salir de la pobreza”.
Del entorno latinoamericano escuchamos testimonios procedentes del Perú (Enrique Ghersi), Chile (Leónidas Montes), México (Roberto Salinas de León), Argentina (Alberto Benegas Lynch), Venezuela (Ricardo Zuluaga) o Ecuador (Dora de Ampuero). Sin olvidar una notable presencia de gringos, que supieron reconocer (seguramente mejor que muchos españoles y europeos) la importante aventura intelectual que supone esta universidad guatemalteca. Hablo de Leonard Liggio (Liberty Fund y Cato Institute), Alex Chafuen, CEO de la Fundación Atlas (quien destacó la importancia de algunas virtudes en la persona de Ayau: integridad, pasión, determinación, continuidad…); Frederic J. Fransen, director ejecutivo del Center for Excellence in Higher Education; Mary O’Grady (consejo editorial del Wall Street Journal); T. Allan Russell, Chairman de Liberty Fund; Ed Crane (Cato Institute), Larry Reed, presidente de la Foundation for Economic Education; Robert Sirico, fundador del Acton Institute y un larguísimo etcétera.
Junto al referido sentido del humor de Manuel Ayau, que le llevaba a mantener un permanente optimismo ante los éxitos y los fracasos, y que fue ilustrado con un sinfín de anécdotas, destacaré también como leitmotiv en su vida las tres palabras que ilustran el escudo de la Universidad Francisco Marroquín: Verdad, Justicia, Libertad.
Termino con una referencia a la ejemplaridad. Muchas personas hablaron del carácter emprendedor de Ayau, su faceta de impulsor del pensamiento liberal, promoviendo no solo la UFM sino una multitud de iniciativas grandes y pequeñas en defensa de las tres palabras que acabo de escribir. Todos coincidían en la necesidad de preservar y mantener su legado, de seguir su “luminosa estela”, de no entretenerse en conversaciones o lamentos y poner manos a la obra…; que es lo que precisamente acaba de anunciar la UFM con los proyectos Manuel F. Ayau Society – Friends of UFM, Inc. (http://friends.ufm.edu/index.php/Main_Page ).
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